28.1.06

Oh, sí, mi agente.

La pobre me pidió que escribiese de ella. ¿Afán de protagonismo? No, bueno, no. La pobre cree que escribo bien, y le gustaría meterse por dentro de mi prosa, y ver qué tal está, y luego leerse, y mientas lee decir "eh, ¡esa soy yo! ¡¡¡Soy yo!!!". La pobre. En los asuntos que no implican directamente su persona es muy optimista. Por eso es mi agente. No porque piense que vayamos a ganar ningún dinero (no, al menos, gracias a su trabajo como agente. Me paga cañas, pero no me hace ganar dinero. Claro que tampoco hay con qué ganarlo), sino porque así me apoya. Entendiendo apoyar como dar la brasa, como recordarme que tengo un don que diseminar por el mundo en forma de palabras agrupadas con un sentido por lo menos relatovo. Se equivoca, claro, no hay ningún don, pero se agradece que alguien pueda cometer ese error.

Quería hablar de mi agente y zas, en el mismísimo primer párrafo, oh, qué cosas, ya estoy hablando de mí, que si mi tal, mi cual, bla bla bla. Que no, que no, que voy a hablar de ella.

Mi agente, hoy (o ayer), viernes, no salía. Se iba a casa, a ver Lawrence de Arabia y La Cena de los Idiotas, y a comerse un montón de bombones. Nadie se los ha regalado, ni los ha robado de regalos de la familia próxima. Es que dice que es absurdo, gustándole los bombones, que no los coma más que cuando se los regalan o se los regalan a alguien a quien ella pueda sustraer la ración mínima de supervivencia, digamos dos docenas de proyectiles chocoláceos rellenos de dulces licores. Con toda la razón del mundo, claro que sí.

Gran mujer. Tiene una especie de alergia asustadiza hacia la felicidad; un retorcido sentimiento de culpa de origen profundamente bíblico que le hace sentirse culpable cuando es feliz, y satisfecha por el deber bien cumplido cuando consigue no serlo. Pero dentro de sí tiene un lado malo, que se rebela contra esa contradicción, que protesta, e intenta ser feliz cuando tiene ganas, y odiar no serlo cuando no lo es. Y yo soy el agente de ese lado malo. Ella no lo sabe y sólo lo sospecha; no ha dejado de notar las alianzas ideológicas de ese subgrupo revolucionario que lleva dentro y su cliente y amigo. Y no sabe, y sólo sospecha, que esa voz maligna, que pretende disfrutar de la felicidad y huir y aborrecer la culpa, la pena y la áspera lluvia de los lunes por la tarde, tiene la batalla ganada. Y no sospecha, sabe que lo merece, pero hasta que no lo logre jamás admitirá creer tal cosa.

Como agente es lamentable, las cosas como son, hay que ser sincero. Pero como persona, como amiga, es impagable.

Joder.

Joder.

Joder.

Joder.

Qué chungo.

Hoy, a media mañana, he hecho una salida clandestina del curro. Destino: los chinos de al lado. Objetivo: Dos maravillosos donuts de chocolate, hmm. Resultado: Depresión, despresurificación, desmembramiento, desconcierto, descalcificación, desorientación; muchas palabras empezando por "des".

Se ha cruzado conmigo una señora, que se hacía preceder por un aerodinámico carrito con criatura de edad considerablemente pequeña sentada en él, toda ojazos, sorpresa, descubrimiento y conquista. Y yo le he sonreído. Le he sonreído. Y he pensado que qué guay, eso de tener niños.

He pensado que qué guay tener niños.

Joder.

Jodeeer...

¡Joder!

27.1.06

Papelito a la salida del metro

Es ya una especie de tradición: Cambia el nombre del maestro, cambian los teléfonos (suprimo las dos cosas, por si las demandas y por no hacerle propaganda) y la dirección, y cada tres o cuatro meses corrigen algún error monstruoso (afortunadamente nunca todos), pero el cuerpo del mensaje es siempre exactamente el mismo, lo cuál sugiere alguna plantilla de procesador de texto estandarizada para estos casos. Dice así:

GRAN ILUSTRE VIDENTE AFRICANO
MAESTRO #####

¡AYUDA A RESOLVER DIVERSOS PROBLEMAS CON RAPIDEZ Y GARANTÍA!

El Maestro Chamán africano, Gran Medium Espiritual Mágico, poderes naturales, 20 años de experiencia en todos los campos de Alta Magia Africanos, ayuda a resolver todo tipo de problemas y dificultades por difíciles que sean. Enfermedades crónicas de droga y tabaco, cualqueir problema matrimonial, recuperar la pareja y atraer personas queridas, impotencia sexual, amor, negocios, judiciales, suerte, quitar hechizos, depresión y protecciones vida familiares, mantener puesto de trabajo, atraer clientes... Cualquier otra dificultad que tenga en el amor, lo soluciona inmediatamente con resultados positivos y garantizados al 100%, de 3 a 7 días como máximo. Todos los Días de 8 a 22 h.

METRO ########### ( LINEA # )
TLF: 91 ### ## ## - 6## ### ###

Vamos con el análisis. Lo primero que uno siente al leerlo es agradecimiento, por el ímpetu de la frase tras la presentación: el Maestro ##### está feliz de poder ayudarnos, o quien redactó la tarjeta siente una inmensa alegría al poder compartir con nosotros la solución a todos nuestros problemas. Qué reconfortante. Luego se reanuda la enumeración de títulos, rangos y méritos, y se proclama la experiencia en toda la Alta Magia Africana. Sería de agradecer saber cuántos campos son, ¿y existirá una Baja Magia Africana? ¿En qué consistirá?

Enfermedades de droga, uf.
Y de tabaco, uf.
¡Y dificultades difíciles!
No me queda muy claro si consigue o libra de la impotencia sexual, supongo que podrá hacer las dos cosas, y de ahí la vaguedad de la frase.
¿Atraer clientes? El truco de los butaneros, al fin revelado.

Pero el final es que no puedo tomármelo ni como coña. Vamos a ver, ¿¡cómo pueden ser los resultados inmediatos, y tener un plazo máximo!? ¡Si son cosas excluyentes! Y si son de 3 a 7 días máximo, ¿¡no es eso lo mismo que decir máximo 7 días!?

Me mata. Me mata. Voy a tener que llamarle, para que me arregle el problema 100% inmediatamente en menos de 3 a 7 días máximo.

26.1.06

Leyendo más todavía

Es que estoy empezando a admirar profundamente a este tipo, ¡qué descripciones! Viaja un protagonista con un ex-militar y dos tipos más en LA GRACIA DE DIOS, un jeepney, un cruce entre camioneta y jeep, conducida por un filipino y su hijo. Van por la carretera rumbo a la jungla, tratando de adelantar un camión cargado de cerdos:

"Después de un rato Bong-Bong realizó su movimiento, empleando una mano para manejar el volante y otra para compartir entre las responsabilidades igualmente importantes de cambiar de marcha y pulsar la bocina. Al ponerse al lado del camión de cerdos (que estaba a mi lado del jeepney) el camión hizo un eslalon hacia nosotros como si evitase algún peligro de la carretera ya fuese real o imaginado. La bocina principal de LA GRACIA DE DIOS aparentemente no se oía en el camión, posiblemente porque competía con el ancho de banda de audio con un gran número de puercos que manifestaban su incomodidad en el mismo rango de frecuencia. Con un aplomo que normalmente sólo se ve en ancianos mayordomos ingleses, Bong-Bong alargó la mano de la bocina/marchas y agarró una brillante cadena de acero inoxidable que colgaba del techo con un crucifijo en el extremo y tiró de ella, energizando los sistemas de bocina secundarios, terciarios y cuaternarios: un trío de bocinas de acero inoxidable del tamaño de tubas montado en el techo de LA GRACIA DE DIOS y que colectivamente absorbían tanta potencia que la velocidad del vehículo se redujo (estimo yo) en diez kilómetros/hora cuando su energía se desvió a la producción de decibelios. Una franja semihiperbólica de cultivos agrículas fue aplastada por el impacto sónico, y a cientos de millas al norte, el gobierno de Taiwán, todavía resonándoles sus oídos colectivos, presentó una protesta diplomática ante el gobierno de Filipinas. Delfines y ballenas muertas llegaron durante días a las costas de Luzón, y operadores de sónar de submarinos norteamericanos de paso fueron enviados a un retiro anticipado con la sangre manándoles de los oídos."

Bipartidismo

El bipartidismo es una cosa en la que de vez en cuando vengo pensando, sobre todo después de ver, elecciones tras elecciones, cómo el voto de IU va cayendo lentamente pero sin freno. El problema para el votante de IU, claro, es que no van a ganar ni de coña, entonces ¿qué sentido tiene votarles? Y no se vota, o se elige el peor de los males, y se vota al PSOE porque al menos no gane la derecha, o se opta por alguna otra solución que no he pensado, como tal vez comprarse un kalashnikov de segunda mano en algún comercio local para ir preparando una revolución, emigrar a Túnez y montar un chiringuito o renunciar a todo y empezar a ver Gran Hermano o lo que pongan.

Vamos, que virtualmente creo que estamos entrando, a nivel nacional y en ciertos ordenes regionales, en un bipartidismo, y a ti no sé, pero a mí eso me preocupa, porque cuando existe ese bipartidismo cada partido sabe de antemano que los radicales, los convencidos, les van a votar, porque no les queda otra. Pero para arañar más votos sólo puedes hacer una cosa, que es quitárselos al otro partido. ¿Y dónde están esos votos? Pues en el centro ese del que tanto se habla en algunas elecciones (sobre todo entre la derecha, que supongo que en parte lo hará por esto y en parte, sospecho, porque por lo visto la gente de derechas tiene alergia a esa clasificación, y siempre van por ahí diciendo eso de que ya no hay derechas ni izquierdas), al fin y al cabo en el centro es donde están los más moderados de cada partido, los más de derechas de la izquierda y los más de izquierdas de la derecha (o, traducido a un lenguaje de derechas, digo de centro, los más centristas de la izquierda o los más izquierdistas del centro). Y esto forma una tendencia a la homogeneización; los partidos tienen que volverse moderados, si exceptuamos algún que otro arrebato genuino como los que de vez en cuando les dan para alegría del Guiñol de Canal +, que suelen incluir montones de insultos y escisiones sociales entre los que reniegan de la política y quienes exigen linchamientos del insultante, de los insultados o de todo el mundo. La tendencia no es nada buena, basta mirar a EEUU: Republicanos a un lado, Demócratas al otro, y el resto es voto perdido. Y la diferencia entre los dos primeros no es especialmente significativa, se tiene algún gesto a favor o en contra de ciertas libertades, se alivian y recargan unos impuestos allí y allá, se ejecuta a unos cuantos presos más o menos, pero a nivel de estado todo sigue igual. Supongo que todo esto también debe ser consecuencia de alguna ley evolutiva llevada al campo de los partidos y los políticos: Si un partido quiere vivir mucho tiempo, no es tan mala idea encontrar otro que sea formalmente opuesto, pero esencialmente igual, y dedicarte a alternar con él las tareas de gobierno y oposición. Si quieres llegar a ese acuerdo, te interesa no ser muy distinto del otro partido.

Bueno, bastante deprimente todo, sobre todo en tiempos electorales.

Pero el caso es que últimamente, con todos estos líos del estatut catalán, estoy viendo que hay sitios donde las cosas no son así, donde hay más partidos que obtienen votos, y que consiguen su cuota de gobierno, y un poder con el que desestabilizar ese inmovilismo del monopolio compartido por una pareja e imprimir un cierto movimiento a la política: Los lugares con partidos nacionalistas. Veamos: Galicia, ha habido un cambio de gobierno al aliarse un partido nacionalista con la anterior oposición. Nada garantiza a estos últimos que en las siguientes elecciones vayan a poder seguir contando con ellos. Eso obliga a los dos partidos a aliarse, ¿y qué repercusiones tiene eso para los votantes? Dos partidos lanzando propuestas, que salen gracias al otro partido, que tienen que sufrir al menos un consenso: Más resultados con menos votos para cada uno. País Vasco: Bueno, supongo que tres cuartos de lo mismo, entre EA, PNV y los saltarines restos de Batasuna: Seas un radical, seas ultraconservador, seas quien seas, tienes una opción nacionalista que votar. Sinceramente, qué envidia, tanto partido. Y finalmente Cataluña, con CIU y ERC, tres cuartos de lo mismo. Estos partidos, al no operar a nivel nacional, tienen la gran ventaja de poder tomar decisiones que mandarían al fondo del mar a los grandes partidos nacionales: Carod Rovira ser reunió con ETA, le llovieron pedradas de media españa, y su partido ¿se resintió? No, sacó más votos, y consiguió hacerse socio de gobierno.

Todo eso inyecta en la democracia un flujo de sangre fresca y útil que corre, aunque sea de herida en herida, que no se queda estancada limitándose a pudrirse y mantener un status-quo inmovilista. Total que yo, que odio los nacionalismos, sé que si estuviese en Cataluña votaría a ERC y estaría más contento con mi voto de lo que lo estoy ahora. Y pienso si no sería bueno que las comunidades que no tenemos tradición nacionalista, como Madrid, montásemos partidos alternativos, no ya nacionalistas en el sentido de buscar una independencia, o tener erecciones pensando en ella, sino en el de aprovechar para tener un partido más cercano, más propio, que se ocupase más de las necesidades locales, no por pensar que seamos mejores o diferentes al resto de habitantes de más allá del borde de Madrid, sino porque tal vez lo suyo sea que cada comunidad tenga un gobierno propio, en vez de un espectáculo de marionetas donde el PP y el PSOE tienen metida la manita para tenernos entretenidos mientras continúan a lo suyo, con su constante ataque arañavotos y su secreto idilio de pareja estable.

25.1.06

Leyendo por encima de mi hombro, 2

El mismo libro, Criptonomicón, el mismo autor, Neal Stephenson:

"Sería un idílico paraíso tropical si no fuese por la malaria, los insectos, la diarrea constante y las hemorroides resultantes, y el hecho de que los habitantes estén sucios, huelan mal, se coman los unos a los otros y empleen cabezas humanas como adorno."

23.1.06

Humor Ferroviario

Yo sigo con mi propósito faraónico de no convertir esto en un blog victimista y quejica al uso, pero la RENFE intenta ponérmelo difícil. Cuarenta minutos de retraso, esta mañana, por una avería en algún misterioso punto entre las casas de todo el mundo y Atocha, que hacía que los trenes circulasen por una sola vía, como nos contaba un altavoz dicharachero, y cada ocho minutos, que por cosas de la vida al final han sido unos cuarenta. Como siempre en estos casos, ha comenzado a brotar la crispación social, que la RENFE ha combatido organizando actividades lúdicas; una versión libre del comienzo de Humor Amarillo, cuando la horda japonesa corría colina arriba camino de las pruebas que iban a demostrar cuál de todos ellos tenía menos miedo al ridículo y a las luxaciones: "El próximo tren dirección Atocha llega en dos minutos y entrará por la vía... eh... dos... sí, sí, esta vez ¡dos!", y tropel de gente correteando escaleras abajo, cruzando la estación, galopando escaleras arriba y golpeándose para hacerse hueco en el anden repleto.

Claro, yo en seguida lo he visto como un complot para que empezase a quejarme aquí: Entre eso, que es lunes, que iba a llegar cosa de diez mil millones de horas tarde al curro, que acababa de despertarme y que no me importaría no haberlo hecho (desperarme) hasta ahora, que escribo estas líneas, entre la señora que me daba codazos dispuesta a pelear hasta la muerte por un lugar preferente en el andén, no me extrañaría nada haberme quejado. Pero no. Lo único que he sentido era risa y jolgorio. ¡Y lo digo sin sarcasmos, eh! Era gracioso estar en el andén abarrotado, y ver cómo la gente desprevenida y recién llegada iba llegando al destinado a criar telarañas. Miraban extrañados a aquel montonazo de gente que abarrotaba el lado usualmente semidesierto, del que de vez en cuando salían risitas perrunas, y generalmente no ataban cabos hasta que el tipo del altavoz ratificaba la última decisión sobre el andén bueno. Y ale, todos a correr, ¡que el tren viene en dos minutos! Curiosos relojes tiene esa gente.

Yo me lo he pasado bien. Además, cuando llego tarde, como ya llego tarde, pues se me quita la prisa (aunque no te preocupes, que esto sólo me pasa con el trabajo. Cuando quedo contigo y llego tarde me muero de impaciencia), así que hasta me he dado un pequeño paseito antes de entrar a la oficina. Lo único malo era que no tenía nada que leer, ni lo tendré hasta que esta tarde vaya a comprar refuerzos. No sé qué será de mí en la sobremesa, sin páginas de postre.

Bueno, seguro que no me da por quejarme aquí.

...Ni en ninguna parte, soy horriblemente feliz. Feliz hasta caerme mal cuando me veo reflejado en un cristal. Así no tiene mérito no quejarse, lo sé. Pero la intención es buena.

Por cierto, las fotos de no son mías, las he sacado de esta página donde alguien ha subido sus fotos, se ve, pero sin nada más. Y a mí que me haría ilusión decirle a quien sea que tiene fotos muy chulas y pedir permiso para plantarlas aquí...

Sean de quien sean, haremos esto. Si por un casual llega aquí y le parece mal, yo las quito, palabra de niño bueno.

21.1.06

Los poderes que dominan el mundo

Suelen divirse en tres clases, habitualmente:

1. El Bien, representado por George W. Buch, digo Bush, Jean Claude Van Damme, Ratzginer a.k.a. Benedeeetto Sedicheeésimo, José María Aznar a.k.a. El Tipo Gracioso Del Bigote Inmóvil (que tan bueno era entendiendo lo que la masa electora opinaba, en realidad, sobre la guerra), Jesucristo, el acalde de derechas de mi pueblo (desde aquí, un afectuoso salido para ese patán dicharachero), los Jedis, Harry Potter, Harrison Ford, Gandalf, Aragorn y gentes afines.


2. El Mal, representado por Osama Bin Laden, los Sex Pistols, Satanás, Hitler, los tipos que vigilan que los coches tengan sus papelitos en las zonas de aparcamiento restringido (también conocidas como Todos Los Sitios, casi), Rasputín, Julio Anguita, yo (no me dejes que la modestia me impida ser sincero), la SGAE, los sindicatos, los mendigos, los inmigrantes, Darth Vader, Sauron, Alan Rickman (el malo de Robin Hood, Príncipe de los Ladrones y La Jungla de Cristal y, claro, el mismísimo Severus Snape en las pelis de Harry Potter) y gentes afines.

3. La Zona Mixta, representada por los jubilados que miran las obras, las señoras que exigen un asiento en el metro, los hippies, los músicos pop y las muchachas con gafas y chaquetas de lana que leen libros de Neruda fumando Chesterfield a solas en las cafererías.

Pero como todas muchas clasificaciones, es incompleta, como demuestra Internet, que hoy día como lo contiene casi todo lo demuestra casi todo: Existen, al menos, dos clases más: Por encima de El Bien, Lo Mejor, y por debajo de El Mal, Lo Peor, y así por ejemplo si la Wikipedia es algo Bueno, Mejor aún es la Uncyclopedia (aunque en vez de una foto suya subiré otra foto de una integrante de esta categoría, que alegra más la vista, Naomi Watts).


No es la primera vez que visito ese sitio, que siempre sirve para arrancarle a uno un par de carcajadas y deja esa tranquila sensación de ser consciente de que, en el fondo, a uno no se le va tanto la cabeza como a la gente que escribe ahí. Pero a lo que iba, la navegación de esta mañana de sábado, tan caótica como tiene que ser toda navegación mañanera sabatina, me ha llevado por un mar infestado de foros donde obsesos del Juego me han hecho perder unas mil veces (mira el post de más abajo del Juego, si no sabes de qué hablo. Por cierto, naturalmente acabo de perder El Juego), y de ellos a la página de la Uncyclopedia al respecto, que además de la ineludible cita de Oscar Wilde, da las reglas de nuevo, añadiendo además una reflexión sobre la que de hecho es la única forma de ganar. Dice, de nuevo, que 1. si piensas en El Juego pierdes El Juego, que 2. si pierdes, debes proclamarlo a los cuatro vientos, que 3. una vez explicadas las reglas empiezas a jugar, y una vez empiezas no puedes dejar de jugar, que 4. cuando oyes a alguien perder pierdes, y debes odiar profundamente al otro jugador, y aquí la reflexión, que 5. la única forma de ganar El Juego es olvidarlo, pero de verdad, honestamente, no recordar nada de él; si eres consciente de la victoria entonces pierdes de nuevo.

Lo que convierte El Juego en algo más que una maravillosa perversión lógica, dándole el comportamiento que, algunas veces, tiene esa cosa que llamamos felicidad.

19.1.06

Basuralandia

Ayer.

Ayer, ante el mayor montón de basura que jamás he visto y olido (y apuesto y espero que más grande que el que tú vayas a ver y oler en tu vida), se me vino a la mente este pensamiento tan solemne y depre: "he aquí la muerte de la civilización occidental."

Nos fuimos de excursión, mi jefa y yo, al lugar donde va a parar toda la basura de Madrid. Si tiras algo a la papelera, o a la calle, o a la basura, o por la ventana, o hacia arriba con una velocidad menor a 40320 kilómetros por hora, es casi seguro que terminará allí. Para llegar tienes que cruzar una cañada real que un montón de gitanos han convertido en una colorida e inquietante barriada que es a la arquitectura lo que las pizzas a la pintura renacentista. Además mi jefa quería echarle unas fotos al viento por un asunto de una carretera a construir y unas fincas a expropiar, en fin, asuntos arcanos de la empresa que están más allá de mis dones y horizontes, así que nos metimos por una callejuela encharcada y llegamos a una especie de plaza privada donde aparcamos la furgoneta y en fin, allá fue la buena mujer, dando brincos sobre los regueros, cámara en ristre, echando instantáneas a un prado adyacente. La gente que poblaba la placita kisch nos miraba con ese curioso interés que tiene siempre la gente que no está acostumbrada a que nadie se meta en sus placitas kisch, y de pronto surgió un patriarca (y fue en cuestión de segundos, increíble), bastón en ristre, esgrimiendo afable su sombrero y su sonrisa, explorándonos con sus preciosos ojos azules, a interesarse por si podía ayudarnos en algo. Y mi jefa, que está loca, le dijo que muchas gracias pero que no, que ya estaba. Y nos fuimos, y en la radio, en ese preciso instante, sonaba esa canción que se oye de fondo en Snatch cuando Brad Pitt tumba al Guapo y Thompson piensa que va a morir en aquel campamento gitano: Cuando las ruedecitas del mundo se engranan con esa precisión uno no sabe si asustarse o romperse la camisa y tirarse al barro dando gracias a las leyes de la casualidad.

En fin, fuimos tirando otras cuantas fotos sin más incidentes que los producidos por el barro, y finalmente llegamos a las plantas de tratamiento de residuos urbanos. No sé si se llaman así, de "tratamiento", o me lo estoy inventando, pero vamos, que si no es eso será algo parecido, así muy políticamente correcto. Residuos Urbanos quiere decir basura, claro.

Funciona así. Hay una gran explanada de hormigón, y junto a ella un foso enorme en el suelo, larguísimo, ancho y profundo (supongo: No se veía el fondo). A un lado hay puertecitas altísimas y de poco más del ancho de un camión, que se abren con unas cortinitas rojas, en plan "se levanta el telón", y entonces llegan un montón de camiones de basura de todos los tamaños y condiciones, y dirigidos por un chaval que no llega a los veinte años y que oficia de maestro de ceremonias maniobran con una precisión y velocidad increíble (vamos, no voy yo marcha atrás a toda velocidad hacia un foso con un camión de 10 toneladas cargado con 7 de porquería ni aunque me prometiesen que después podría manosearle los pechos a placer a Naomi Watts) hasta colocarse de culo a la fosa y zas, a descargar basura. Dentro de la fosa... pues lo que decía al principio, la mayor cantidad de deshechos que veré en mi vida, probablemente, y en la pared de detrás hay dos cabinas donde sendos operarios se encargan de mover las palanquitas que desplazan por los raíles del techo un par de enormes pinzas de seis puntiagudas puntas que son como la versión ciclópea de esas maquinitas de los bares en las que, después de meter una monedita, puedes intentar capturar un peluche o alguna otra nadería a base de maniobrar con un palito y un botón.

Ya, ya lo sé, aún no he hablado del olor.

Pero hay que hacerlo. Porque el olor de aquello era algo impresionante. No se puede decir que fuese especialmente malo: Cuando estás allí no puedes ni darte cuenta. Es sobre todo desconcertante, porque a la nariz te llegan como diez mil olores distintos, todos arremetiendo contra tu sistema nervioso, reclamando la atención que se merecen. Cada uno de ellos, por separado, bastaría para hacernos poner cara de asco, en cualquier otra circunstancia, pero allí, con tantos cargando a la vez con tantísimo entusiasmo, uno no tiene otra que rendirse.

Y allí, la empresa tiene gente trabajando. Unos camiones designados pasan junto a ellos, antes de librarse de su olorosa carga, y dejan una muestra en el suelo. Sí, una muestra quiere decir un montón de basura. Entonces lo remueven, lo trocean, lo cargan, lo meten en bolsas, lo llevan a una tienda de campaña modelo hospital de campaña de guerra napoleónica, y allí lo desmenuzan, separando cada trocito, juntándolos por tipos y pesándolos: 1 kilo de cartón para bebidas, 4 de vidrio, 35 de materia orgánica... y así con 100 kilos. En un momento de intimidad, le dije a mi jefa que no sabía cuánto les pagaban, pero debería ser más. Ella me dijo su sueldo. Debería ser más, efectivamente.

El caso es que de ahí vienen algunos de los datos con los que yo trabajo. Y que en realidad yo trabajo para que esa visión apocalíptica no represente la muerte de la civilización (así, en general. La occidental tal vez no se merezca otra cosa, después de todo); para poder hacer algo respecto a la infinidad de basura que todos los días Madrid caga allí. Mi trabajo consiste en vigilar qué hacemos, en pensar cómo hacer esa vigilancia más eficaz, en detectar qué podría hacerse mejor y como, y en ver como vamos de reciclaje esta semanita, cosas así: Somos el pilotito rojo que dice al ayuntamiento si somos, tú y yo, unos guarros. Y semana tras semana sale que sí.

No por ti ni por mí, naturalmente, pero niña mía, sólo golpeando en la chepa con una buena estaca a todo el que pillemos utilizando mal los contenedores de envases ya conseguiríamos que todo fuese un pelín mejor.

18.1.06

Mierda, acabo de perder El Juego

...así que si sabes jugar, acabas de perder tú también, supongo, ji ji.

Y si no, o bien buscas The Game en Wikipedia, o yo te hago una traducción de urgencia:

El Juego es un juego (qué sorpresa) abstracto y auto-referente. La única meta de los jugadores es olvidar que lo están "jugando". La única actividad del juego se da cuando un jugador anuncia a otra gente de que ha "perdido" (temporalmente) el juego (cuando ha pensado en él). Como se transmite por medio de la comunicación oral (o escrita), puede clasificarse como un meme (que son estructuras mentales, conceptos y demás, que siguen patrones de transmisión parecidas a los de los genes. Richard Dawkins hablaba de ellos en el último capítulo de El Gen Egoísta, pero si no lo habéis leído Wikipedia también provee, aunque esto no pienso traducirlo).

Las Reglas:
El Juego tiene un set básico de reglas. Como se transmite de boca a boca estas pueden variar bastante en función de quién las explique y quién juegue, aunque básicamente son estas:

1. Conocer el juego es jugar al juego. No puedes dejar de jugar. Nunca.
2. Si piensas en El Juego, pierdes El Juego.
3. Cuando pierdes El Juego, debes anunciar este hecho a todos los presentes. Suele hacerse mediante una frase sencilla del estilo de "acabo de perder El Juego", o abreviándolo a "perdí", "he perdido" o algo por el estilo, como forma de despertar la curiosidad de quienes lo escuchen, y conseguir más jugadores.

Como estas reglas no son mandamientos celestiales escritos en piedra muchas reglas opcionales y variantes se han ido extendiendo por ahí, aunque hay quien rechaza toda adicción, alegando que son embellecimientos inncesarios para la simpleza original del juego. Dos de las adicciones más comunes son

a) Cuando alguien pierde el juego los jugadores tienen un periodo de gracia de media hora en el que se puede pensar en El Juego (habitualmente, en realidad, tratar de olvidarlo).
b) Cuando un jugador pierde, se entra en tiempo muerto hasta que todos los presentes lo olviden.

Los Efectos:
El anuncio de un jugador de que ha perdido El Juego viene normalmente como non-sequitum. Alguno de los presentes y que no lo conozcan se sentirán confusos, y tal vez pidan una explicación. Si el jugador responde explicando El Juego, todo aquel que le escuche se convierte involuntariamente en jugador. Así, El Juego se expande de una forma viral. Si un jugador pierde en presencia de otros jugadores, suele producirse una cascada de pérdidas (siempre que no se usen las reglas opcionales b) y c) de más arriba), en la que todos los presentes deben declarar que han perdido El Juego.

Estrategias:
Aunque no es posible ganar El Juego, algunos jugadores utilizan estrategias para hacer perder a otros jugadores más a menudo de lo que pierden ellos mismos. Una estrategia utilizada es forzar a otros jugadores a asociar ocurrencias comunes u objetos con El Juego, para que quien haga la asociación recuerde el juego (y por lo tanto pierda). Otra estrategia es ir dejando recordatorios del Juego por ahí para que la gente se los encuentre.

Hacer Trampa:
Hacer trampa es tan sencillo como callarse cuando uno recuerda El Juego, en vez de anunciarlo como exigen las reglas. Algunos jugadores hacen trampa por estar hartos del juego. A veces dirán que ya han ganado, o que lo han dejado. Llegados a este punto, los jugadores más serios del Juego pueden sentirse llamados a recordarles las reglas.

Pues eso. Que o has perdido, o la próxima vez no te libras.

17.1.06

Leyendo por encima de mi hombro

"-Qué consejo daría usted, como el americano más joven que ha obtenido la Cruz de la Marina y la Estrella de Plata, a los jóvenes marines que se dirigen a Guadalcanal?

Shaftoe no tiene que pensárselo demasiado. Los recuerdos siguen tan claros como la undécima pesadilla de la noche pasada: ¡diez valientes tipos en Carga Suicida!

-Mata primero al que lleva la espada.

-Ah -dice Reagan, elevando las cejas bien perfiladas, y moviendo el tupé en dirección a Shaftoe-. Muy inteligente... a por ellos porque son los oficiales, ¿no?

-¡No, gilipollas! -aúlla Shaftoe-. ¡Los matas porque tienen putas espadas! ¿Alguna vez has visto a alguien corriendo en tu dirección agitando una puta espada?"

16.1.06

Postdata: Morían, morirían.

Está mi agente chillándome en una pequeña ventanita diciendo que debería haber escrito la palabra "morirían" en vez de "morían" en la última frase del último mensaje. Yo iba a hacerlo, de verdad, como le estoy explicando, pero ya me está haciendo sentir culpable así que casi que pido disculpas públicas aquí. Lo sé, "morirían" va mejor, verbalmente hablando. Pero tiene un problema, esas dos "ri" me hacen arrugar la nariz y axfísian a la pobre i, que espera impaciente con su tilde a cuestas. En cambio, "morían", rompe limpia y clara como una ola, y la i navega sobre la espuma tan feliz y tan contenta.

Vero, lo siento, pero tengo que decírtelo por aquí (en parte para que luego ya no puedas decir que no digo nada de mi agente literaria en antena): No hay elección, si hay que elegir entre algo que suene correcto o algo que suene bien.

En otro orden de cosas, como podrás imaginar estás despedida, ¡buenas noches!

Qué tiempos estos

A pesar de la superpoblación del globo, del calentamiento atmosférico, de la epidemia del SIDA y de esta otra que parece que se nos viene encima, con esos críos con la gripe del pollo en Turquía (aquí al lado, como quien dice), a pesar de la política exterior de Estados Unidos, de los terremotos y las putadas que el ser humano hace y se hace, no puedo evitar pensar en esta época que nos toca vivir sintiéndome como un chaval (occidental y de clase media) con bici nueva: Qué tiempos fascinantes estos. Qué tiempos para un adicto a la música y a la palabrería barata como esta con la que pinto este monitor tuyo. El otro día, en el trabajo, descubrí por azar que mi ordenador tiene altavoces. No es que yo sea especialmente torpe (que lo soy, por otra parte), es que van integrados dentro de la carcasa del ordenador, y hasta que la publicidad de una página web no se puso a hacer ruido yo nunca pensé que aquello pudiera sonar. Desde luego por su aspecto parece más eficaz tostando pan bimbo que calculando con bases de datos, pero oh sorpresa, en efecto también suena. Y claro, entre eso, la conexión a internet y la página que decía el otro día, www.pandora.com , pues como que el trabajo a tomado una nueva dimensión.

Es que es algo increíble, alucinante. En estas fechas, que hay ordenadores por todas partes uno puede conectarse a internet enchufándose hasta al mismísimo aire (vía conexión wifi de vecino desprevenido, por ejemplo), y entonces ya puede escuchar música, puede consultar enciclopedias (y uncyclopedias, si hace falta), puede bajarse películas, buscar libros, conocer gente, aprender, pasar el rato, trabajar. Puede escribir esto aquí y esperar a que alguien venga y lo lea. Es como plegar el mundo en un cable y meterlo a presión en nuestras pantallas, en nuestros ojos. Y todos esos datos al alcance de la mano. ¿La batalla de Waterloo? Pregunta en Wikipedia. ¿Se escribe haya o halla? Pregunta en Googlefight. ¿Cuándo sale el disco de Devin Townsend? Mira qué dice en su foro. ¿Y qué tal está? Pues dile a la Mula que te lo preste, hasta que salga. ¿No encuentras el DVD de Ser o no ser? Pues díselo también a la Mula. ¿Recuérdas lo genial que fue el Monkey Island? Lo tienen en mil páginas. ¿Quieres leerte Neuromante en inglés? Bájatelo. ¿Quieres aprender historia antigua? Regístrate en un foro al respecto. Quieres un callejero de Hong Kong? Pues no puede estar a más de cinco clicks de distancia. ¿No viste anoche el partido del Madrid? Léete los reportajes de la prensa deportiva. Todo, por un lado o por otro, termina aquí metido o desaparece. Dentro de unos años, lo que no encuentre el Google (o su heredero, cuando tío Google se jubile) será invisible. Lo que por otra parte nos crea la responsabilidad de nutrirle de aquello que no queremos que desaparezca, y de aquello que no pueda desaparecer.

En fin, es magia. Es una base de datos enorme, inmensa, todo a esos cinco clicks de distancia. Aquí al lado. El sueño de los Enciclopedistas franceses, llevado a límites que jamás se atreverían a haber soñado. Y no dejo de pensar en Carlos Sánchez Almeida, y una carta que le escribía a Hipatia, hablándola del triunfo definitivo de su biblioteca. La biblioteca convirtiéndose en el espinazo de la humanidad, en nuestra memoria compartida, en nuestro tesoro común.

Tiempos fascinantes para un adicto disperso como yo.

Sólo me falta tenerte en una ventanita, y la noche sería un poco más perfecta.

O a este lado de la ventana, y se me morían los adjetivos.

9.1.06

¡Ala, ya me he enamorao otra vez!

Se llaman Kinski, y aún no sé de dónde son. Sólo que tienen un disco que se llama Airs Above Your Station que hoy me ha vuelto loco, y otros, que ya están enfilados, con nombres tan increíbles como Be Gentle With The Warm Turtle o Don't Climb On And Take The Holy Water.

No sé si esto funcionará, pero oficialmente haciendo click en este link deberían sonar si no ellos sí alguien por el estilo.

Y si no pues a pelo, vete a la página de Pandora (http://www.pandora.com) y dile que quieres escucharlos.

Y si quieres buscar una canción, prueba con Semaphore o con Rhode Island Freakout.

Poco más que contar, hoy no es un día de mucha prosa. Anoche me terminé Ensayo sobre la ceguera, con una cierta desilusión por el final tan cantado y por no saber qué pasará en las siguientes elecciones, ha llovido, cosa buena, y al lado de mi curro han quemado un coche y una moto, haciendo una fotografía preciosa que no he hecho porque pensaba que no llevaba encima la cámara (y sí la llevaba). He comido en un bar de Tirso, he perreado todo el día en el trabajo, estoy escuchando Godspeed You! Black Emperor y creo que me voy a ir a dormir.

Pero mañana prometo escribir algo. Y tal vez hasta aceptar peticiones y hablar de mi agente (e inevitablemente de despidos que por lo visto son entendidos como bromitas de borracho, ji ji, y de ji ji nada).

Ala, a dormir. O sea, a leer y a dormir. O sea, a leer, a escuchar música y a dormir. O sea, a aumentar un poquito más mi calidad de vida.
Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.