10.1.08

del bremen a la consulta de ommo, pasando por ayer

La ya penúltima reunión del Taller Literario al que, digamos, voy, mayormente para torturar a simpáticos literatos con mi forma de leer que roza el terrorismo sonoro, y lo roza por la parte de dentro, fue el 9 de diciembre de 2.007. Miércoles, cosa nada rara porque, en fin, siempre que nos reunimos es miércoles.

El tema, porque siempre hay un tema que debe formar parte, de una forma u otra, de los relatos, poesías o ‘cosas’ que escribimos, era el Bremen y un número de camarote que hacía presuponer que el Bremen era un barco. En realidad había más cosas en el tema, como una fecha de 1.936 y un nombre, Anaïs, y una frase, “al principio no pensaba traerte” o algo por el estilo, pero como yo soy un alegre distraído y se me olvidan las cosas sólo recordé barco, porque el Bremen en efecto fue un barco, y camarote.

Así que aquel día quedamos y leímos nuestras historias que pasaban, o no, en el Bremen, y como es lógico cada uno había escrito algo a su aire y a su manera. Pero claro, más de cerca, más de lejos, más fielmente o con más licencias, el barco aparecía en todas las historias. Surcando diferentes mares, siendo escenario de diferentes historias, incluso saltando en el tiempo. Cuando terminamos pensé que entre todos le habíamos construido una bonita vida imposible al barco. Y me fui contento.

Sobre todo porque, en fin, luego pasan cosas, y ejem, yo tenía dos días de vacaciones y cuando al fin me fui a dormir eran ¿qué hora, las dos, las cuatro de la tarde del jueves?

Pero casi mejor, por hoy, pulsemos el [FFW] que luego me dices y ciertas dedicatorias hacen pensar que contra todo pronóstico de vez en cuando nos leen. Así que el post de hoy sigue así, mientras pasamos casi un mes,

 

¡¡¡BRPFLSLDTJFJEFHSHRSPRTFLRCXQLVRPTPRL!!!

 

Y continua así, cuando pulsamos de nuevo el [PLAY] seguimos con la historia ayer, que fue la última reunión del Taller que ya, más o menos oficiosamente y, por qué no decirlo, con algo de participación de mi yo maquiavélico, se llama ya Taller Bremen, lo cuál a mí me llena de regocijo porque fue justo después cuando mi vida se volvió loca y yo empecé a dar el asco que vengo dando últimamente y porque yo he ido llamándolo así delante de gente que lo llama así ahora (aunque por honestidad, el bautismo o la idea no fue mío, o mía; a mí sólo me encanta). El tema de ayer era el Maestro Sharif, Gran Vidente Africano, o algo así. Es muy habitual aquí en Madrid que a uno, a la salida del metro, le encasqueten un papelito, que parece hecho con una plantilla de Word plagada de faltas, donde el gran brujo Yusuf o el Mago Hachid o el Vidente Paoku expone su currículum sobrenatural, que suele ser siempre el mismo (aunque ya no incluye los amarres, como hace dos años) y da un teléfono y una dirección de contacto, y que como este último link entreparentesisado prueba es costumbre que viene ya de antiguo. Así que, al igual que con el Bremen, fuimos todos con nuestros cuentos y, al igual que la semana anterior, en vez de diferenciar las historias a mí me dio por fundirlas, por imaginar a un Sharif que de pronto era un farsante, de pronto un tipo inquietante, luego un brujo de verdad, maligno, benigno, gordo, flaco, blanco, negro o incluso producto patrio de nombre Vicentito. Y nos reímos con Sharif, pasamos miedo con Sharif y sufrimos con la gente que se encontraba a Sharif, para mí siempre un mismo Sharif visto siempre a medio foco, visto en un momento de cambio, recorriendo uno de mil estados, incluso cambiando su nombre, convirtiéndose en El Brujo, en todos los brujos.

Fue estupendo, y sobre todo fue divertido.

Pero esta mañana, al salir del metro, me han dado otro papelito. Profesor Ommo, Gran Ilustre Vidente Médium. A mí, claro, me ha dado un ataque de risa, allí en las escaleras del metro. Pero ahora ya no sé si seguir riéndome, o tomármelo como una advertencia.

Qué inquietante todo.

8 comentarios:

  1. Pues lo siento mucho, majo, pero yo no pienso escribir otro relato sobre el profesor Ommo. ¡Me niego!

    ResponderEliminar
  2. yo creo que era 12
    de diciembre
    cuando estuvimos a bordo del Bremen, no?

    ResponderEliminar
  3. Conde-Duque, sí, mejor, que de Sharif nos hemos librado por los pelos. Uf. Cuando ayer casi me caigo por las escaleras te tuve miedo de verdá de verdá.

    Y sospechosísima anónima, fue el 12, fue el 12. ¿He dicho otra cosa? Se me va, se me va. Pero sí, sí, fue el 12. Habré dicho 9, que fue ayer. Hmmm.

    ResponderEliminar
  4. Pero si "ommo" es muy bonito, que se lee igualito por delante y por detrás.

    A mí me parece un buen tipo, este ommo

    ResponderEliminar
  5. Lo de juntar "ommo", "por delante" y "por detrás" en la misma frase, ¿se supone que es un chiste obsceno?

    ResponderEliminar
  6. Se os lee, se os lee... Y Radio Patio funciona de maravilla oiga. Radio Bremen, quería decir...

    ResponderEliminar
  7. Bueno veo que mi propaganda en las bocas de metro a surgido efecto. espero q tdo lo q se diga sobre mi sea bueno. no creo q kerais tener a los espiritus en vuest5a contra

    ResponderEliminar
  8. tenia muchas ganas de poder volver e ablarle: profesor ommo es usted un farsante y lo digo aqui para q se ntere toda esta gente. fui a visitarle a su consulta y dsd aqel dia mi vida se a llenado d problemas.

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.