Mi admirable y canoso padre, por algún absurdo azar del discurrir de las políticas rurales que no me siento con paciencia como para narrar, ha sido nombrado Juez de Paz. Esto significa que alguien le dijo “oye, ¿quieres ser Juez de Paz?”, que el dijo “bueno, vale”, y que se ha comprado una americana y una camisa nuevas y anda a la búsqueda de una corbata porque no es cosa de ponerse a oficiar matrimonios civiles vestido con la ropa del campo, lo que no deja de ser una pena por el look rural hardcore que le daría al asunto, sobre todo si se acompañase de expresiones alternativas a, no sé, eso tan manido de “puedes besar a la novia”, por cosas más propias y cercanas como “¡bolo, dale un restregón a la parientaaa, que se te enfría!”. En este sentido, en cualquier caso, yo tengo mucha fe en mi padre, en su originalidad y en su golfería, y bastante impaciencia por ver qué perlas soltará una vez que se le pase la timidez del novato en el cargo.
Me lo contaba ayer, y me contaba también que su primer deber como Juez de Paz es humillarse en público ante alguno de los múltiples iconos religiosos con los que la cristiandad de base de finge monoteísta. Yo ya le dije que lo de Juez de Paz me parece bien, pero que si yo fuese él ya le iban a ir dando por el culo a la Virg… ¡uyyy!, ¡por los pelos!, ejem, que ya iban a tener que esperarme sentados si quisieran verme en cualquier tipo de ceremonia religiosa. Con la que está cayendo, con los Obispos dando lecciones de democracia (ellos, que son electos, ellos, que representa a una institución que debate en vez de predicar, ellos, que son tolerantes con los que no creen como ellos, en fin. Ellos) y proclamando la muerte de la familia y la sociedad y no entiendo por qué no proclamando el nacimiento del Anticristo, y aún peor, ¡con el Vaticano influyendo, o intentándolo en nuestra política nacional!, sí hombre iba yo a ir ahí a participar en su circo, a contribuir a su parafernalia, a formar parte de su teatro del absurdo, de la sumisión y del atocinamiento de la masa. Apostasía ya mismo. ÓsQar, ¿podrías repetir la receta?
Pero mi padre es mi padre y es, además, socialista y gran fan de Zapatero, porque cada uno tenemos nuestras cosillas, así que imagino que habrá convertido en mantra aquella cosa del talante y anda de lo más conciliador, o tal vez sea que lo de “de Paz” le ha hecho mella, o que, como el dice, alguien razonable nunca viene mal en las reuniones de cretinos (no lo dijo así, por lo del talante, esta es mi traducción libre, que siempre es más maligna que la declaración original). Veremos si dura y cuánto y esperemos que no, porque mi padre es terrible y genial cuando se mosquea. Y en cualquier caso yo me consuelo pensando que bueno, participará en liturgias alienantes un par de veces o tres pero luego estará entretenido y, lo mejor de todo, me está dando la oportunidad maravillosa y siempre ansiada de ir por la vida con una prepotencia aún mayor de la que siempre luzco, porque yo ya no soy sólo yo, ahora soy El Hijo del Juez, y como persona bien educada por Hollywood que soy seré consecuente con mi nueva condición, y caminaré con la cabeza altísima, haré mucho el idiota, desfasaré continuamente, infringiré cuanta ley me salga al paso y, cuando alguna persona integra me haga algún reproche y me llame al orden podré ¡por fin! ignorarle, mirarle con indignación, desprecio y soberbia y decirle eso de
–¡No sabe usted con quién está hablando, oiga!
Me consume la impaciencia de ganas de poder decírselo a algún empresario de hostelería, a una pareja de guardias civiles y a la Muchacha (aunque a ella, las cosas como son, con esta otra mirada, que es la única que me sale con ella), en orden de menor a mayor entusiasmo. Porque ya, por fin, Soy Alguien. ¡Temblad y arrodillaos!
¿Cómol? ¿La receta de qué?
ResponderEliminarPues mire Vd., si alguna vez supe algo sobre ese tema (gracias a las investigaciones de mi hermana), lo he olvidado todo.
Menos mal que GIYF y que en Internete hay gente para todo.
Por cierto, me lo has puesto a huevo, así que no me voy a cortar en soltarlo: aunque la dieran por el culo, seguiría siendo (técnicamente) virgen. ¿O no? Eso podría explicar a qué coño se había dedicado San José desde la boda hasta los sucesos narrados en el Best-seller.
¿Tu padre juez de paz? siendo así y aunque nunca haya entrado en mis planes...quizás ahora si quiera casarme que tu padre es un sol y mola que alguien así oficie el asunto (que pena que la descendencia no le haya salido igual! ;*)
ResponderEliminartu padre no quiere adoptarme ni casarse conmigo, ¿no? XD