9.10.07

intimidad sin vida privada, o a vueltas con la seducción otra vez



Últimamente vengo yo pensando en los dobles juegos, en lo que significa tener una vida privada al margen de la vida pública en la que uno termina militando cuando tiene un blog, como este, y se dedica a hablar mayormente de lo que vive y lo que piensa y las inmensas tonterías que se le pasan por la cabeza.

Yo desde el principio fui bastante descuidado con todo esto; quién me va a leer, al fin y al cabo, pensaba. Y ahora que sí que me leéis tú y cuatro gatos más tampoco he cambiado mucho la política, por la inercia de tener ya la 'línea editorial' marcada y, sobre todo, plana y simplemente porque me gusta, porque visto lo visto soy de esa clase de persona que sería capaz de llamar la atención sobre el color de sus calzoncillos en un bar atestado de gente. Y enseñarlos. Cosa que por cierto ha pasado alguna que otra vez y hacia la que tengo una imagino que molesta y de todas formas interesante querencia, qué cosas (y lo peor, ¿ves? es que encima tengo que venir y contarlo. No hay remedio).

El caso es que yo voy pensando en ello y observando cómo algo dentro de mí se las apaña para burlar mi condición de exhibicionista y mantener alguna que otra cosilla en privado, aunque siempre lo hace con una cierta rabia, porque este blog, que es tantas cosas, encuentra también siempre sitio para ser un constante batir de records de ver qué grandísima salvajada no me atrevo a contar de mí mismo para luego zas, contarla. Y por eso a veces es una lata que te lea cierta gente, porque hay cosas, curiosamente casi siempre cosas sabidas, que no pueden ponerse en público ante quien ya las conoce, no deja de ser todo un poco contradictorio. Y miro por ahí y en los blogs a cuyos autores conozco también saco cosas en claro que van por debajo de la línea editorial, a veces por intuición, a veces por alguna inexplicable certeza, y me parece admirable cómo a fin de cuentas nos las apañamos para mostrar el mundo a través de nuestros ojos y para abrir de par en par nuestro corazoncito y de todas formas algunas veces vendemos gato por liebre casi sin que se nos note. O pensando que casi no se nos nota, tampoco es que en el fondo sea nada difícil entendernos a algunos, digan lo que digan (y si no se nos entiende es más por confusión innata y por ser volubles como climatología primaveral más que por ser herméticos).

Y al otro lado, está la gente que no habla principalmente de sí misma sino de algún asunto concreto pero de la que uno termina arañando cosas, y puede hacerse el mismo ejercicio pero al revés: En vez de taladrar la capa de barniz bloguil para ver qué hay en realidad en el lugar en el que alguien superpone otra realidad puede hacerse la cirugía desde fuera y escarbar no en verdades pinceladas sobre lienzos no del todo realistas, sino en lienzos que no tendrían nada que ver a priori con la vida de quien traza en ellos sus palabras. Y como siempre, este hobby mío, voyeurista y morboso las más de las veces, ni es exclusivo ni se me da particularmente bien, sobre todo al lado de cierta gente.

Por ejemplo, y explicando por fin la segunda parte del título de esta entrada, cierta amiga de este blog (me encanta esa expresión tan estúpida, je) viene haciendo por lo visto un seguimiento de algunos de los temas aquí tratados, centrándose, sobre todo, en uno que en su día le hizo muchísima gracia, y que cito así de refilón y por vía indirecta para intentar enmascararlo un poco, apelando a la buena fe de alguien que, sospecho, honra mi blog con su visita habiendo venido desde allí (¡hola Konrad!), porque lo que queda de post puede considerarse un marujeo vil de aquella página que comentábamos allí, igual que lo que llevamos de post puede considerarse simplemente una acumulación de palabras destinada a alejar a las gentes con prisas para que aquí sólo llegue la gente torturada que se traga cada una de mis redundantes palabras habitualmente (la tortura sigue, la tortura sigue).

En fin, refrescando memorias, la página era y es la de un tipo con nombre de asesino en serie de putas victorianas, cosa que a mí ya de entrada me parecía inquietante, en el que enseñaba a los jóvenes desesperados del mundo cómo desenvolverse con las muchachas, cómo ligar, además dicho así. No voy a repetir lo que ya opinamos al respecto, primero yo en mi habitual tormenta de fuego dactilar e incontinente, sino algunas otras personas luego, también, en las respuestas, incluyendo al autor del blog, que eso ya está dicho. Y con la memoria fresquita, vamos al grano; el otro día llega aquí mi amiga y me dice "¡a que no sabes quién se ha echado novia!", como quien cuenta el marujeo de un conocido común, y efectivamente, se refería a él, y el asunto nos hizo muchísima gracia, porque en teoría y como concepto genérico todo esto del ligoteo, en principio, es algo incompatible con lo de echarse novia, hasta donde yo alcanzo a entender con mis complejos y mis conceptos siglo XIX de lo que es el noviazgo y de lo que es el ligoteo. Sí sí, decía mi amiga, y no sólo se nos ha echado novia, sino que además, ahora, opina que todo esto de ligar es mayormente de gente superficial y que lo realmente estupendo es conseguir una chavala y mantenerla y ser feliz con ella. Y a mí la transición me sonó tan brutal que, obviamente, no me ha quedado otro remedio que ir a leerlo con mis propios ojos: Ver para creer, el otrora paladín del movimiento seductor echa pestes contra sus excompañeros de trinchera:

"Me he encontrado a tíos que se han hecho pasar por super maestros, inventándose batallitas de seducción, creándose una falsa personalidad y dando seminarios."

"Lo que me he encontrado en este mundo a lo largo de este año ha sido una pandilla de fracasados en todos los niveles."

Aunque la que más me ha llamado la atención ha sido esta;

"Cuando a alguien le digo que tengo novia. Aún me preguntan: “¿Y por qué sigues sargeando?” con esta respuesta, le miro a los ojos y contesto una de estas dos cosas. “Por que me gusta” o “Por el mismo motivo que cuando empecé”."

¿Y cuál era ese motivo, decías?

"Me metí [en el mundo de la Seducción] para mejorarme como persona y para investigar (soy un científico-psicólogo empedernido)".

La cursiva es suya. No sé, yo y mis conceptos anticuados: Para mí el asunto este de la seducción es un juego sexual cuyo objetivo es, precisamente, el sexo. Vamos, a mí nunca se me ocurriría ir por ahí calentando a nadie como juego, como no se me ocurre pedir unos entrantes si no pienso llegar al postre, y café y copa y puro si puede ser. Pero es igual, de todas formas y al margen de

a) las consideraciones éticas que supone eso de "investigar", a lo que me cuesta horrores no meterle una h cortazariana, y de

b) el fanático sarraceno que uno lleva dentro y que tiene un concepto un tanto radical de qué es un científico y qué es el método científico, y finalmente de

c) el uso final de la palabra "empedernido", a la que intento, sin conseguirlo del todo, no darle demasiada importancia porque al fin y al cabo cada uno es como es y cada cual se expresa como quiere y puede,

lo que describe aquí el amigo sobre su colectivo encaja con la imagen que yo tenía montada del mismo, lo cual es bastante satisfactorio para esa parte de mí a la que le encanta tener siempre razón, y en lo que a él se refiere, pues también encaja con la imagen que tengo de él. Ah, mi ego. Y qué quieres, a mí me sigue oliendo todo a chamusquina y sonando a tomadura de pelo. Porque me pregunto yo ¿qué pensaría cualquier mujer si de pronto llega un tío, se pone a hablar con ella, las cosas pintan bien y lo que sucede es esto?

"Sargee con una morena muy guapa y con las ideas super-claras, un encanto de chica. Sargee con una chica de 19 años con increíbles pechos y muy maja, Sargee con un bombón de 20 años, rubia, exuberante, super interesante y con las ideas muy claras mientras mi chica estaba a escasos 10 metros. Conseguí el Messenger de las 3 y lo hice por puro deporte. Actualmente intento cerrar con beso, pero si la chica accede me echo para atrás porque respeto mucho a mi chica."

En fin. Que de una página que pretende enseñar seducción hemos pasado, sin transición ni línea de continuidad, a una página que da consejos sobre cómo mantener una relación y tener contenta al a churry, y tiene que ser efectiva, al fin y al cabo la mantiene alguien que liga delante de la parienta. ¿Decepcionante para los chavales que van ahí en busca de recetas mágicas mediante las cuales intentar meterla en caliente, que dirían los de mi pueblo? ¿Cambio de mercado de visitantes? El tiempo lo dirá. Pero que no cunda el pánico ni se extienda la decepción: El chorreo de pensamientos inmensos promete continuar,

"Muchos están un poco paranoicos de que las chicas no sepan nada de Seducción. En mi opinión... Da lo mismo".

Sí hijo sí. Ni puta idea de seducción tienen, las pobres.

Aunque al César lo que es del César: A través de la tierra de nadie, si se busca el tiempo suficiente, se termina por encontrar algo con lo que estar totalmente de acuerdo: "Aparte de intentar besar, mojar, investiga, sociabiliza, aprende a mantener conversaciones interesantes, estimula las conversaciones con mujeres, averigua que piensan, como piensan."

Pues sí, Jack, sí. Aunque hablar con una mujer no es intentar seducirla. En mi decimonónica opinión, claro.

En fin, por terminar con la radiografía y volviendo a lo que decía al principio, que por mucho que fuese una excusa para disimular tenía su sentido (lo juro), no deja de ser interesantísimo leer lo que se lee en un blog con un fin (bueno, bien dicho ya dos, o mejor dicho aún ahora otro, claro), y ponerse a pensar un rato y ver qué nos dice eso de la cabecita pensante que hay encaramada al cuello que hay entre los hombros de los que arrancan los brazos que se doblan en los codos que conducen a los antebrazos que enlazan con las muñecas de las manos que sostienen los dedos que escriben esas cosas.

Y al final, inevitable, llegar a la única conclusión posible: Suerte tiene el amigo de ser varón, porque cuando eso, en mi pueblo, lo hacen las muchachas con los muchachos, se las bautiza con una palabra compuesta y sonora: Calientapollas. Lástima que nuestra lengua sea así de sexista y no exista un equivalente masculino que suene peyorativo, aunque quien sabe, igual existe y yo no lo conozco. Se admiten sugerencias, en cualquier caso.

10 comentarios:

  1. Roles, querido, con lo que me gustan a mi los mítines que no llevan a ninguna parte ahora mismo estoy tentada a dejar caer de nuevo el mitin sobre Roles que ya en su día te solté y no estabas de acuerdo (que adicción más chula tienes con eso de llevarme la contraría ^_^)... y es que yo estoy convencida de ellos, de los roles, aunque sea probable que no lleve la razón.
    Y... que cosas hace Lladró (y tu con el photoshop, no te me pongas celoson!):D

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  2. No es que no esté de acuerdo, es imposible no estar de acuerdo precisamente porque el problema de la teoría tuya de los roles es que es abarca demasiado y sirve para poco, en mi siempre humildísima y antropológicamente analfabeta opinión.

    En fin, hoy di lo que quieras, estoy contento, aprovecha ^_^

    ¿Y, uh, Lladró? ¿Del verbo lladrar?

    Gracias por lo del Photoshop. ¿Me he confundido y en vez de pensar que he escrito lo que he escrito he escrito en realidad el tutorial que estaba pensando escribir o algo así? :P

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  3. Mmm... no va el enlace... yo que quería volver a leerlo...

    Sospechas bien. Aunque todavía me sigo perdiendo en esos enormes post (miedo me da cuando veo un paréntesis en uno de ellos, nunca sé cuando se volverá a cerrar) vale la pena leerlos. Además, aquí encuentro mejor música :P

    Peloteos aparte, hay una cosa que me encanta hacer cuando llego a un nuevo blog: si veo que me interesa lo que escribe me voy a las primeras entradas. Creo que ahí es donde está la mayor escencia de la persona. Es ahí donde comenzó, donde escribía lo que quería escribir sin sentirse cohibido por los comentarios de la gente, donde se permiten hablar más de la cuenta.

    Y sobre lo de Jack, bueno, antes no estaba de acuerdo con su filosofía y sigo sin estarlo pero también sigo pensando que no está mal aprender un par de cosas sobre las relaciones. Ya sabes, por todo eso del saber no ocupa lugar y tal...

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  4. Perdona Konrad, fallo mío, para variar: Fui a editar una movida de aquel post que quise cambiar al releerlo hoy y como soy un cabestro en vez de guardaro modificado le di al botón de al lado que es guardar como borrador y no aparecía. Ya está arreglado, y el link funciona.

    Y no me tengas miedo, ja ja, y lo de los paréntesis sí, es algo que me pasa... y mira, un ejemplo de por qué escribo taaanto, es que justo hoy, bueno, estoy releyendo La Vida Exagerada de Martín Romaña (Cuaderno de Navegación de un Sillón Voltaire), de Alfredo Bryce Echenique, y abre un paréntesis que le lleva tan lejos que acaba el paréntesis preguntando que por qué narices escribirá paréntesis tan enormes que no van a ninguna parte, je je.

    Y yo tengo esa misma costumbre con mis blogs. Además es donde la gente tiende a presentarse, hace sus primeras declaraciones de intenciones, que luego normalmente se tuercen y cambian según el blog crece, pero que siempre es curioso mirar, porque dan perspectiva, y como bien dices, aunque de otra manera, ahí se dicen un montón de cosas.

    Y sobre lo de Jack, hombre, tienes razón. Pero yo sigo viendo fallos de base. Para empezar, algo que leí e incluso escuché hoy sobre la comunicación: Decía "déjalas hablar". Decía que hay que darles cuerda y poner cara de "qué interesante". Y a mí es que eso se me hace imposible, no porque yo necesite dejar hablar a nadie (en persona no soy tan bocazas como por escrito, créeme), sino porque pondré cara de interesante si me parece interesante porque, para empezar, si una conversación no me parece interesante, punto final a la charla. Bueno, margen de confianza y luego punto final. Es decir, interesarse por la gente está bien, pero como fin por sí mismo, no como herramienta que no sólo sirve a otro fin sino que encima, al convertirse en herramienta, deja a un lado la gracia del mismísimo asunto de la charla en sí. No sé si me explico, espero que sí.

    En cualquier caso a Jack siempre le estaré agradecido porque por aquel post te colaste tú y eres una de las personas que siempre da gusto leer respondiendo. Y no es que pretenda devolverte el peloteo.

    Y gracias por lo de la música ^_^

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  5. Bravo!

    Nunca entendí cómo un supuesto experto en ligoteo se podía haber puesto el nombre de un asesino en serie de mujeres...

    (Y me ha encantado eso de que "hablar con una mujer no es intentar seducirla". A ver si queda claro que el razonamiento también funciona a la inversa. Y si eso es ser decimonónico, pues yo lo soy también).

    Besos y magia (y sólo he puesto unos puntos suspensivos)
    K

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  6. Yo prefiero no entenderlo: Todo lo que me imagino es siniestro. Las metáforas de los apuñalamientos, el "son todas unas putas"...

    Sí, bueno, no sé, es que hay gente para la que hablar con quien sea por lo visto es estar intentando algo, o gente que sólo habla con gente cuando quiere echar un polvo, a mí personalmente me parece bastante patético. Pero sí, viva el XIX, ja ja.

    Besos, besos.

    Y por los puntos suspensivos no te preocupes, igual a partir del lunes, con suerte, les pierdo todo el rencor.

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  7. En realidad, el amigo me sigue dando la misma penita que al principio -por no hablar de su chica, que se merecería mención aparte-. Tiene la personalidad de un adolescente, pero ya no lo es. Y el cerebro de una ameba, aunque eso probablemente lo sea toda la vida...
    En serio, a veces lo de asomarse al cerebro de la gente, da un miedo espantoso, ¿os imaginais cuántos sujetos como este andarán sueltos?

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  8. Pufff, sí, Elena, qué miedo. O asco, que no sé qué será peor.

    (David, ya me contarás qué pasa con esos puntos suspensivos).

    Besos.
    K

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  9. Hey, que está bien que haya gente así. De hecho, está bien que los haya a millares. Así los demás, los majetes, brillamos por el contraste, ji ji.

    (Ya lo contaré, ya).

    Besos pa ti también.

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  10. Vaya vaya... veo que estás obsesionado con mi blog eh :)

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.