9.5.07

la música en estado sólido

No, no vengo ahora a hablar de otro grupo de música (aunque sí que conozco a grupos que hacen una música que podríamos llamar sólida). Vengo a contar lo que me ha pasado hoy mientras venía en el metro, escuchando un grupo que conocí hace tiempo, en el 2003 o así, y que me encantaron entonces, pero a los que no he seguido luego con mucha atención.

Pero no voy a hablar de ellos, haya paz; voy a hablar de lo que me ha pasado con una canción suya. Y no me refiero a que me haya pasado algo a mí relacionado con el mundo mientras sonaba esa canción, no, me refiero a lo que me ha pasado con la canción en sí. La canción y yo, únicos protagonistas de la historia, y yo sólo como narrador, como espectador. El caso es que venía como vengo siempre, escuchando música, tan feliz de la vida, poniendo el grupo ese porque sí, porque hacía mucho que no lo escuchaba y porque aún le busco de vez en cuando lo que me encantó en el 2003, algo debía quedar, en alguna parte (a veces escuchar música es rebuscar polvo de oro en un río de California en el sigo XIX). Y de pronto la música se ha tranquilizado mucho, salvo por un teclado de corte muy ¿tecno? y algo industrial, y de fondo sonaba un piano precioso, pero estaba cercado por el teclado tecno, desagradable y repetitivo. Y entonces he visto a la primera melodía atrapada por la segunda, y como poco a poco se unían las guitarras eléctricas, el bajo y la batería, abatiendo todo un caudal de graves sobre la pobre y danzarina melodía de piano, y entonces esta ha transmutado, ha desaparecido y se ha convertido en una cadena de notas de guitarra que escapaban al compás de hormigón armado que hasta ese mismo instante ayudaba a espesar. Y no era la metáfora de nada; de alguna forma, mi imaginación ha visto música. No me preguntes cómo es, porque no sabría describirlo, porque suelo puedo decir que era como ver nubes veloces de luz, pero no eran luz, porque claro, eran sonido, y no tenían color, claro, pero era como si de todas formas lo tuviesen.

De camino ha casa me he puesto esa canción siete veces. Nunca hago eso. Nunca lo hago porque mi regla no escrita es que los discos se escuchan del tirón, que para algo los graban así. Y si te pierdes un momento especialmente bueno pues mala suerte, haber estado atento. Porque si las cosas no tienen normas, no son juegos, y sin juegos la vida no es vida. Pero hoy me he saltado esa norma. Me he saltado esa norma porque sabía que incluso después, sabiendo mirarlas así, vería solidificarse y bailar para mi más canciones, esta, esta noche, era única, y sólo esta noche podría escucharlas estas siete veces. Porque a veces el juego es saltarse las normas.

8 comentarios:

  1. se llama sinestesia a eso de ver la música. descubrí que es un fenómeno cerebral además de una figura literaria por un post que tengo por aquí sobre juegos tontos, curiosamente, y que pondré en algún momento...

    sonrio al leer tu última frase

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  2. A mi me pasa de cuando escucho una canción 50 veces, empiezo a descubir instrumenos y melodías qe no me habia fijado de primeras.

    En Hª de la Música hice un trabajo con la BSOde Gladiator en el que tenia que ponr mis sentimientosy los de la peli en cada momento y según que pista.

    Prueba a dibujar la música; coge colores, ponte música y deja que los colores dibujen lo que sea. Eso lo aia yo con 15 años.

    1 abrazo

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  3. Puto teclado, se come letras.

    Perdón por lo de "puto"...¡auch! lo he uelto a hacer.

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  4. Ya eo ya :D

    No sé, no es una cosa de descubrir instrumentos (si ya los pillo yo al vuelo, que es mucho tiempo buscándolos) ni de imaginar ni dibujar, es... no sé, sentir que la ves. No sólo que la ves, porque el post no se llamaba música en estado sólido por nada. Sentir que está ahí y que no es solo sonido. Que se ve, que se palpa. Que tiene una presencia física, vaya.

    Además yo no dibujo, caballero. Lo que sí que hago muchas veces, cuando voy por ahí escuchando música y me da por hacer una foto, es intentar que quede algo de lo que estoy escuchando en ella. De hecho tengo discos que me pongo de forma compulsiva para hacer fotos. No es pintar, pero es lo más cerca de fotografiar canciones que puedo estar.

    Vega, sinestesia, hmmm. Ya me lo comentaron en el foro de Blind Guardian cuando les estuve explicando que asociaba nombres con colores.

    Como friquicomentario, Porcupine Tree, en Up the Downstairs, tiene una canción que se llama así, Synesthesia.

    Y la última frase fue una revelación así repentina, yo suelo estar por lo general muy de acuerdo con eso de los juegos y las normas, ya me leíste respondiéndote por ahí, pero es eso, ¿quién de pequeño no ha jugado a algún juego en el que la norma principal era saltarse alguna norma de lo que fuese?

    Y a veces está bien volver a ser un niño revoltoso.

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  5. Y el post sobre Jesús Gil?
    Yo que venía riéndome ...

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  6. ¡Paciencia, hermana, paciencia!

    He escrito dos veces en menos de 24 horas y tampoco es cosa de saturar al personal, a ver si se me va a secar la fuente de la estupidez y a ver de qué vivimos después ;)

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  7. Sinestesia...
    ver sonidos,
    escuchar colores y
    saborear las formas... precisamente yo tengo algo escrito sobre la cuestión (curiosa coincidencia, Vega)... no sé si era sinestesia lo que has experimentado(entonces estarías en el selecto grupo que forman Rimski-Korsakov, Vladimir Nabokov... y el que más me gusta, Baudelaire), pero en cualquier caso, era casi magia.
    Lo reconozco porque la magia es lo mío...

    Besos,
    K

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  8. ¡Y qué iba a hacer yo entre esa gente, por dios! Decir que iba al cuarto de baño y escaparme por la ventana (arrancando los barrotes a mordiscos, si los hubiese, o taladrando una en el muro si como pasa últimamente los baños son inventanados).

    Bueno. Siempre podría sacar el tema del fútbol, que es muy socorrido él.

    No sé si me pasa todo el rato lo de la sinestesia. Con los nombres sí, pero tengo que fijarme. Y con la música, no sé. Si me pasa, me ha pasado siempre, y entonces sería difícil darme cuenta. Hmmm.

    Pensaré experimentos al respecto.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.