Imposible escribir nada en plan escoplo por ahora. Entre que no soy capaz de robarle ratos al trabajo y que las horas de ocio se me van en comprar regalos (qué orgía de cumpleaños y de días del padre y de historias, joder), trastear con el photoshop, dormitar, vagar por ahí, hacer de chofer y atender llamadas telefónicas transoceánicas que pretenden y consiguen matarme de envidia... Además la historia con la que me he puesto a crecido para ser cuento de más de un día y esas cosas hay que respetarlas.
Así que ala, a darle vueltas a la vida, al día a día. Hoy los termómetros se han puesto súbitamente mustios, han decidido que ya no tienen ganas de fingirse primaverales y han invocado un previoso manto de nubes furiosas que amenazan de todo (sombra, lluvia, nieve, castillos a los que trepar vía judías transgénicas; de todo).
Yo bostezo, medito sobre esta nueva tendencia mía a dormirme durante las películas y sobre todo durante las retransmisiones de la Fórmula 1, escucho música que restriega limones recién cortados sobre los múltiples raspones de mi sangrante alma, trabajo y pienso en fotos.
Es curioso. De pronto las últimas noticias de El País han sido monotemáticas, respecto a la fotografía. Primero con unas fotos de Elsa Pataki, qué guapa ella, que andaba haciendo un inocente reportaje para la revista Elle, posando en topless de espaldas... y a la que cazaron de frente para Interviú. La fotografía hecha frivolidad e invasión de la intimidad. La fotografía como reflejo del pajillero adolescente que, imagino, todos llevamos dentro, más o menos apaleado. Segundo con la foto de la bandera del pollo en la manifestación archidemocrática de Rajoy. Por lo visto medios moderados y cabales como Libertad Digital y la Cope argumentan que es un montaje y/o que la foto es de una manifestación previa del Foro de Ermua (donde por lo visto no pasa nada porque vayan fachas). La fotografía como conflicto con la realidad, aunque esta foto da más que pensar en la capacidad del ser humano, en especial del ser humano de derechas, de negar la realidad cuando no le conviene, de fabular un mundo alternativo propio, donde ETA se transfigura en una célula de Al-Qaeda y Bin Laden y Zapatero hacen un trato para arrebatarle al PP el poder de Su País para hacer guarrerías como la ley de los maricones, traerse a los soldados de Iraq y demás felonías. Claro, claro. Y ya puestos, distribuyeron fotos desde distintos ángulos para que otra gente pudiese retratar al señor en cuestión desde otro ángulo. Y tercero una foto que valió un Pulitzer, a costa de una niña moribunda... y que luego se llevó también la vida del fotógrafo. Y leyendo el reportaje se ve otro punto de vista de la fotografía: La fotografía como escudo frente al mundo. La cámara como línea divisoria. Lo que pasa delante de la lente es el exterior, sólo es el objetivo, el mundo queda simplificado al encuadre, a la profundidad de campo, a la luz y a la velocidad del obturador. El fotógrafo, convertido en pura insensibilidad, para que el mundo pueda sentir la tragedia. La vida como objeto a ser fotografiado, y cuanto peor esté la vida, mejor la foto.
Yo mientras voy por ahí, haciéndole fotos a las nubes, las piedras, los edificios, mi Madrid, tan pequeño cuando me lo comparan con Sudamérica, con Londres. Pero es mi Madrid, y yo la quiero, porque es por donde yo camino, donde yo respiro, donde yo vivo y sobre todo donde vive tanta gente a la que quiero. Una ciudad que contiene y que se alimenta de los reflejos de sus miradas, de los alientos de sus respiraciones, tiene que terminar siendo un lugar especial, a su manera triste y resignada de la chica más fea del baile.
20.3.07
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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.
Leyendote no he podido evitar recordar una novela, El pintor de batallas, de Reverte (ahora me dirás que no te gusta el autor) en la que se refleja, perfectamente, lo que comentas sobre la cámara como muralla contra la realidad ....
ResponderEliminarEra sólo un apunte, nada más
Pues no me la he leído.
ResponderEliminarPérez Reverte no es que no me guste, es que no me cae bien. Y con sus libros, bueno, hay de todo. El Club Dumas, La sombra del águila y Trafalgar me gustaron, por ejemplo. Pero El maestro de esgrima u otro cuyo título no recuerdo me parecieron un tostón.
De todas formas debe ser un tema recurrente de este escritor, en Territorio Comanche ya se hablaba al respecto (y dónde mejor que en un libro -o una peli- sobre reporteros de guerra)...
Me está dando por pensar en fotos que signifiquen lo contrario a esas tres, hmmm...
- Un burca
ResponderEliminar- La tierra vista desde la luna
- Papa Noel
Ya sabes lo que te he dicho alguna vez. Cuenta conmigo... para ir a por setas ^^
Bueno, tus fotos de nubes piedras y gente a mi me parecen estupendas, claro qeu yo tampoco soy excesivamente objetiva por eso de ser tu agente pero bueno... ;P
ResponderEliminarPip, setas, vale, pero ¿puede ser a Amsterdam?
ResponderEliminarVero, gracias, gracias :)
Por la objetividad no te preocupes, por mucho que me la insultes ya tiro yo de la tuya y de la mía habitualmente, ejem.