A veces me siento como un madero que va flotando a la deriva, ola arriba, ola abajo, y que de vez en cuando algĂșn naufrago viene y se me abraza. Pero como buen resto de naufragio no hago buena balsa. Tanta astilla, tanto encontrar corrientes caprichosas, y a la que el nĂĄufrago de turno se descuida, se duerme o mira el cielo en busca que gaviotas que anuncien la costa yo me hundo un poquito y ale, a navegar.
Lo que leĂdo de otra forma supongo que podrĂa querer decir que a veces siento que me cargan con lastres. Pero no es eso.
El caso es que como todo buen resto de naufragio a mĂ me gustarĂa ser un barquito. Con mis velas para jugar con el viento, con un ancha para rascarle al mar el lecho, con un barril de ron y otro de manzanas, con una horda de grumetes trepĂĄndome jarcias arriba y jarcias abajo, pero sobre todo con mis velas, para convencer al viento de que me llevase en esa o aquella direcciĂłn. Un par de cañones tampoco vendrĂan nada mal, para rendirme a esa pasiĂłn por el ruido, y para hacerle un par de desconchones a los barcos juguetones que se acercasen cargados de piratas retozones. Y una tripulaciĂłn con algĂșn irlandĂ©s que tocase el violĂn cuando la mar estuviese tranquila en el verano y los marineros no tuviesen otra cosa que hacer para matar el tiempo que cantar y pisotearme la cubierta al ritmo de la mĂșsica. Y un capitĂĄn viejo y cascarrabias, con un catalejo oxidado, enredado en una batalla con el sĂndrome de Korsakoff por recordar en quĂ© maldita isla enterrĂł el Pirata Harris su maldito tesoro.
HabrĂa playas, habrĂa olas de doce metros con las que bailar a muerte, habrĂa tempestades y tormentas, habrĂa fuegos de San Telmo, y un dĂa habrĂa un arrecife o una fragata o una ola demasiado grande o una rĂĄfaga de viento demasiado fuerte o una mujer demasiado irresistible y entonces naufragarĂa y serĂa, tan feliz, el resto de un naufragio. Pero quĂ© recuerdos flotarĂan conmigo.
Y mientras floto sin mĂĄs recuerdos que nos que invento, silbando LĂșnasa e intentando no pensar en la canciĂłn Stop Swimming de Porcupine Tree.
22.5.06
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Con la tecnologĂa de Blogger.
Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la mĂșsica que no le gusta a nadie y las pelĂculas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez mĂĄs libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pĂĄnico, no cuelgo aquĂ.
Oye pues, si tienes un barril de ron y un irlandĂ©s que toque el violĂn, yo me enrolo en la tripulaciĂłn encantado. ¿Puedo llevar cerveza?
ResponderEliminarEso sĂ, para pisotear tu cubierta bailando borracho. Nada de trabajar. Como mucho, repartir el ron.
¿Que si puedes? DEBES traer cerveza.
ResponderEliminarEl Ășnico problema serĂa lo que podrĂa pasar con las palomas mensajeras.
Todos nos sentimos como un madero a la deriva, eso es lo bueno y lo malo, no saber dĂłnde nos llevarĂĄn las olas y que de vez en cuando se nos abrace otro naĂșfrago, sino quĂ© soledad...
ResponderEliminar"Pero quĂ© recuerdos flotarĂan conmigo".
siempre nos acompañarån los recuerdos de otros naufragios
¿Y quien no se ha sentido a la deriva en algĂșn momento de su vida?. Lo importante es encontrar la direcciĂłn y no dejarnos zarandear a merced de las circunstancias.
ResponderEliminarDebemos arrojar a los oceanos del tiempo una botella de nĂĄufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no han de contar las cucarachas que nos sobrevivirĂĄn: que aqui existiĂł un mundo donde prevalaciĂł el sufrimiento y la injusticia, pero donde conocimos el amor y donde fuimos capaces de imaginar la felicidad.
Gabriel GarcĂa MĂĄrquez
¿Me admites en tu barco? Yo tambiĂ©n voy un poco a la deriva
Ehhhhhh, el anterior mensaje es mĂo.
ResponderEliminarPues menos mal, porque ya iba a decir que a los anĂłnimos se los echa por la borda :D
ResponderEliminarPero naturalmente que sĂ. Las mandarinas sois buenas, tenĂ©is bitamina C.
No seas asĂ hombre, si me echas por la bordas, terminarĂa de ahogarme, y me falta muy poquito para salir a flote.
ResponderEliminarGracias, os harĂa un buen servicio.Os vendrĂa bien tenerme en el barco para paliar el escorbuto.
IrĂa con vosotros y eso que una guinnes negra preparada por Myrddyn metientametienta pero me mareo que es un asco.
ResponderEliminarAsi que nada, yo os esperaré en la isla dåndome bañitos comiendo cocos y buscando el tesoro.
En caso de que el capitan gane la batalla al sindrome de Korsafoff, avisadme cuando vayĂĄis a llegar de cuantos sois para que avise a los canĂbales de que no vengan ese dĂa y prepare unas piñas locas, una mariscada y saque abundante grog de las barricas.
PD:¿Bitamina? eso debe producir alucinaciones o algo ¿no?
¿¡He dicho bitamina!? :D
ResponderEliminar¡Eso es deformaciĂłn profesional, es que nuestra empresa medio se llama Bitam, ja ja!
Y los canĂbales son buena gente, como sabe todo buen jugador de Monkey Island. Con esto del colesterol ya ni muerden (la coña no es mĂa, es del juego).
He visto que has echado la botella al ocĂ©ano con algĂșn mensaje. Alguien desde la orilla la ha recogido. Has aclarado algunos detalles. Eres menos nĂĄufrago, ha llegado el mensaje y ¡hay, habrĂĄ desconcierto! TĂș sabes a lo que me refiero porque eres muy inteligente. Parte del universo sabrĂĄ de ti y del por quĂ© de tu forma de ser.
ResponderEliminar