
Hoy toca alzar la pancarta manifestante blogueril y escribir unas palabritas en contra de los recortes presupuestarios con los que este paĆs nuestro y quienes alegremente lo gobiernan (ver la escena del “¡mĆ”s madera!” de los hermanos Marx, para metĆ”fora completa) pretenden terminar de estrangular la ciencia.
Cuando leĆ sobre esa iniciativa pensĆ© ¡quĆ© bonito, escribir sobre algo Ćŗtil para variar!
Luego pensĆ© que yo soy matemĆ”tico y que quĆ© pinto yo hablando de recortes presupuestarios, si como bien decĆa Richard Feynman en sus descacharrantes memorias a los fĆsicos teóricos y a nosotros los matemĆ”ticos nos vale con una pizarra y tiza para ponernos con lo nuestro.
Luego pensĆ© que bueno, vale, sĆ, pero tambiĆ©n no. A fin de cuentas usamos ordenadores, y en invierno en las universidades estĆ” bien que haya calefacción. Y tampoco estarĆa mal que alguien me asignase unos cuantos millones de euros y un billete de avión a Las Vegas para hacer un estudio de campo sobre teorĆa de juegos.
Hablando en serio, la utilidad de la ciencia estĆ” mĆ”s allĆ” de toda duda, a no ser que uno sea un cabestro que no piense cómo funciona su telĆ©fono móvil, cómo diablos hace su wifi para dejarle bajarse los capĆtulos de Hostal Royal Manzanares que pretende ver sin liarse con el porno que se estĆ” bajando por la suya el vecino de arriba, cómo el microondas consigue calentar la comida en cuestión de segundos o cómo su reproductor mp3 reproduce mĆŗsica. Entonces, pienso yo, los recortes de los gastos en ciencia no son otra cosa que uno de los indicadores mĆ”s claros de que a nuestros gobernantes marxistas (por lo del “¡mĆ”s madera!”, no por la pegatina de la S del PSOE) les importa un pimiento nada que no sea el corto plazo, el mantener su butaca, el que les cuadren las cuentas. Cuando se recortan gastos de protección civil en el monte se sabe que se estĆ” invocando el incendio. Cuando se recorta en sanidad, todo el mundo tiene claro que tendrĆ” problemas cuando tenga que ir a un hospital (sobre todo si como yo vive en Madrid). Pero cuando se recorta en ciencia se invocan las montaƱas de dinero que requiere, por ejemplo, el Large Hadron Collider, y se queda todo el mundo tan pancho pensando que quĆ© diablos nos importarĆ” andar hurgando en el funcionamiento de esas particulitas tan pequeƱas que el ciudadano corriente desconoce y, por tanto, puede verse llamado a pensar que le importan un carajo en su vida.
Estas cosas siempre se ven en perspectiva, siempre resultan Ćŗtiles a largo plazo. Por eso lo suyo quizĆ” serĆa mirar atrĆ”s:
¿QuĆ© habrĆa pasado si cuando se empezó a hurgar en mecĆ”nica cuĆ”ntica se hubiera dicho que a quĆ© diablos venĆa todo aquello, con lo raro que es, y las escalas tan Ćnfimas en las que se investiga? Pues sin aquello, por ejemplo, no tendrĆamos ordenadores, porque los transistores son una consecuencia de los descubrimientos en fĆsica cuĆ”ntica.
¿QuĆ© habrĆa pasado si cuando se empezó a volar al espacio se hubiera dicho que a cuento de quĆ© gastar tamaƱas montaƱas de pasta en combustibles e infraestructuras que, recordemos, salieron adelante porque habĆa de por medio una guerra frĆa? Pues que no tendrĆamos satĆ©lites para predecir el tiempo, para ver la tele o para hablar por telĆ©fono.
En resumen, cortar gastos en ciencia e investigación es instalarse en la autocontemplación de nuestros ombligos, ciegos al futuro. Bastante mal tenemos ya la investigación en este paĆs, donde cualquiera que valga, en su campo cientĆfico, sabe que debe irse al extranjero para poder trabajar, como para apaƱarlo recortĆ”ndoles todavĆa mĆ”s las posibilidades.
Pero en fin, aquĆ queda esta pataleta. Y en manos de nuestros polĆticos el decidir si quieren que vivamos en un estado avanzado y moderno, o que seamos un paĆs de camareros y taxistas, de labradores y de polĆticos, si quieren que las cosas vuelvan a la escala de los aƱos 60 entre nosotros y el primer mundo.
Yo preferirĆa lo primero. Pero conociĆ©ndoles casi dan ganas de montar una ONG de defensa del cientĆfico e ir extraditĆ”ndoles a donde puedan ser Ćŗtiles y trabajar, y aunque sea por otro lado intentar que este mundo sea un poco mejor, que encontremos curas contra el cĆ”ncer, remedios al cambio climĆ”tico, que logremos plantar bases en otros cuerpos celestes, que vivamos mĆ”s y mejor, que podamos preveer cuĆ”l serĆ” y hacer algo con el siguiente pedrusco gigante que vuela por el espacio en ruta de colisión con la tierra. Siempre podremos verlos por la tele dentro de veinte o treinta aƱos en EspaƱoles por el Mundo, y reĆrnos de sus acentos, y quizĆ” entonces ya seamos tan imbĆ©ciles de preguntarnos para quĆ© coƱo se irĆan, si como en EspaƱa no se come en ninguna parte.
¡Chapeau!
ResponderEliminarUn gran posto. Y ademas Ćŗtil...
No crea que pueda pedirse mƔs. :-P
Abrazote,
J.
Muy bien. Y las Ćŗltimas frases, muy graciosas.
ResponderEliminarMire que no me gusta estar de acuerdo con Usted (nos va la polƩmica sana, ya sabe)... pero en este caso, no me queda mƔs remedio.
ResponderEliminarSon todos ustedes muy amables.
ResponderEliminar¿Lo serĆ”n tanto como para contribuir a esa recaudación para el estudio de campo sobre la TeorĆa de Juegos?
¡En breve lo veremos, mi escopeta recortada y yo!
DifĆcil de acertar a una microalga. Pero no utilice balas de cobre: nos son tóxicas. Apelo al tratado de Tokio, porque la Convención de Ginebra no nos ampara.
ResponderEliminarHombre, pues yo me alegro de estar de acuerdo.
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