28.5.09

y el Barça venció al fascismo

Titulo así mi crónica futbolera más que nada porque así prometí llamarla, aunque a puntito he estado de faltar a mi palabra y de llamarla Catalonia Is Not Spain. Pero tanto monta monta tanto, las dos hablan de lo mismo.

Ayer fui a ver al Barça vapulear al Manchester (y no digo esto a posteriori: cuando salí de Palacio a las 19:14, iba con ese propósito) inmerso en un aura de lo más surrealista. Tanto como para verme procediendo a mantener una entrevista de trabajo con un ingeniero eléctrico de Rumanía en plena Calle San Bernardo. Lo más absurdo de todo era que, encima, yo era el entrevistador, y que aquel tipo me ofrecía su trabajo. Decliné la oferta porque ni mis necesidades requieren de ingenieros eléctricos ni mi sueldo me permitiría pagar uno. Y nos plantamos en el bar, pronto y con tiempo, porque luego se llena aquello siempre. Y se llenó. Entre quienes más lo llenaban había un grupo de escandalosos fans del Madrid, mi equipo, que se dedicaron, desde bien pronto, de dejar claro que si estaban allí para algo era para vociferar en contra del Barça (cosa que me parecería bien, porque es un bar) y de quienes estaban allí para verlo ilusionados porque es su equipo (cosa que me pareció fatal). Los gritos, aderezados por cortes de manga y dedos índices alzados al techo, eran una amalgama de racismo, desprecio al público del bar e insistentes comentarios sobre la sodomía que a mí me dejaban siempre pensando que qué curiosa fijación y que qué diría del subconsciente de sus perpetradores.

Así pasó que el trance del partido fue para mí más dulce de lo que esperaba (que ya era bastante, porque a mí, ya sabes, me gusta más el fútbol que mi equipo, y si el que juega bien es otro y si ese otro gana, pues me alegro), porque ver cómo les dolía primero el primer gol, luego los rondos de los jugadores del Barcelona y finalmente el cabezazo de Messi (ese dibujo manga, como se lo llamó ayer) valía lo suyo.

Así que allí estaban ellos, con cara de odio, gruñendo y rebullendo. Y yo miraba sus orondos cogotes y me decía ¿y esta gentuza es de mi equipo? ¿Y estos personajes forman parte de aquello de lo que yo digo formarme parte, aunque sea la parte tenue y discontinua del mero simpatizante? Evidentemente sí. Y hasta se me pasó por la cabeza mandar a la mierda al Madrid y a sus hooligans cafres y hacerme, qué sé yo, de cualquier otro equipo.

Pero no era tiempo de meditar cambios de colores, me dije, así que me dediqué a ver el partido y a disfrutar cuando, poco después del cabezazo de Messi, se fueron de allí (con un rabioso “que os follen” al que una pizpireta asistente respondió “¡gracias!”), probablemente por no aguantar a quienes les habían soportado cuando el partido terminase. Y fue irse aquel grupúsculo fascista y surgir aquella frase de que el Barça ganaría la Copa de Europa, sí, pero que también, aquella noche, había vencido al fascismo.

Y viendo que aquello era bueno, nos regocijamos, como Dios cuando jugaba al Quimicefa en sus primeros días de prácticas.

Como una de las asistentes había prometido, presa de los nervios pre-partido, que si ganaban nos invitaba a una ronda, nos quedamos un rato más, lo justo para ver al Barça celebrando y a sus fans, contentísimos. Entre ellos, una cámara mostró lo que sospecho que otro montón de cámaras habían pasado el partido esquivando: un cartel que decía “Catalonia Is Not Spain”.

Y poco después me fui de allí pensando que idiotas los hay en todas partes, que ya son ganas de sacar opiniones políticas fuera de su contexto, que cómo puede usarse para ese argumento estúpido (digo estúpido como sinónimo de nacionalista) un partido en el que jugadores manchegos, cameruneses y franceses, entre otros, juegan bajo la mirada de nuestro coloradote monarca y del presidente del gobierno. Pero en seguida me llegó mi lado matemático-literal y dijo que en rigor no había nada que objetarle al cartel salvo la queja cansada que debe dedicarse a aquel que señala lo que es obvio, porque está claro que Cataluña no es España, de la misma manera en que una rodaja de tomate no es una ensalada ni una bujía un coche. Y me dio la risa, y me fui a casa de la Muchacha a contárselo. No me dejó porque estaba concentradísima viendo Operación Triunfo, pero no entro en detalles, no vaya a ser que le ensucie el aura poética que esta semana tiene que tener relucientísima, claro.

7 comentarios:

  1. Creo que más de uno y más de dos (ya sean del madrí o de la real sociedad, es igual) en esta temporada futbolística han pensado "hacerse" del barça aunque sólo sea por ver correr de gusto.

    ¡¡¡¡Andrés Iniesta, Ministro de deportes allá por el 2025 o así!!!!

    ResponderEliminar
  2. Bueno, la gente en los bares es muy maleducada. Ya sabes que yo no veo partidos del Madrid en bares porque veo demasiada agresividad y generalmente contra mi equipo, cuando yo soy de los que no abre la boca para no molestar.

    Supongo que en Barcelona pasará lo mismo, pero al revés. De hecho, mis peores experiencias como seguidor de un equipo (del Estudiantes) han sido en Barcelona.

    Y en la parte política, ¿viste lo cariñoso que estaba Laporta con el rey? Si es que se lo comía a besos!!!

    Ahora bien, si el rey realmente fuera campechano y cachondo, tendría que haber silbado el himno del Barça (aunque quizás así hubiera despertado a Berlusconi).

    Nos vemos en lo de Aroa!

    Abrazos,

    Guille

    ResponderEliminar
  3. Pues sí, me reafirmo en mi opinión sobre sus textos de usted.

    Me mola su opinión de futbolero y, sin embargo, meditada :)

    Un abrazo, y que disfrutéis mucho hoy.

    ¡¿Las poetas pueden ver OT...?!

    (¿Y esto qué es? ¿Se habrá descuidado Gran Hermano?)

    ResponderEliminar
  4. Es usted un tipo encantador. En serio. Si todos los del Madrid y del Barcelona y del... fueran así, este país tendría la mitad de la mitad de los problemas que tiene. Me refiero a cómo aborda un deporte apasionador y meto en esto a Guille.

    Los que levantan la mano como diciendo "así de largo era la trucha que pescó Franco" (sustituir Franco por el líder-monigote que corresponda, y el saludo lo mismo), no tendrían cancha.

    En fin, llevo todo el año siendo del barça, pero no es porque sea oportunista: voy con los que juegan como a mí me gusta y si dejan de jugar así, aunque ganen me paso a otro (o a ninguno).

    ResponderEliminar
  5. Plas, plas, plas ... (aplausos)

    Y el de Messi, arte cinético, un golazo.

    ResponderEliminar
  6. Chafan, bienvenida. Que sepas que por la imprudencia de responderme el dedo de Google Reader te apunta con su uña descarnada (como todas, ¿dónde se ha visto una uña con carne?) y que ahora te leo. En cualquier caso no puedo negar que lo pensé, hacerme del Barça. Pero precisamente por cómo ha jugado este año, este no es el año de cambiar de chaqueta. Porque ¿qué pasará cuando juegue mal, me tendré qué hacer, qué se yo, del Liverpool?

    Además me acordé de algún partido del Madrid que he visto, y del gritar ¡GOOOL! con cientos de personas a coro. Es divertido, y este es, claro, el mejor sitio en el que hacerlo. Así que seguiré como estoy, aunque me lo pase como un enano viendo a los ídems del Barça.

    Guille, sí, efectivamente, tiene que ser un estrés. Aunque yo creo que maleducada no es la palabra. A mí la mala educación me da igual. Lo que me jode es que sean imbéciles, pero bueno.

    Lo de Laporta y el Rey, efectivamente, era otra cosa que señalarle al del banderín de Catalonia Y Tal.

    Veámonos luego, sí.

    Pink-port, reafírmese, reafírmese. Aunque no mienta: de premeditación nada. Premeditación es un cargo que jamás se me podrá aplicar.

    Gracias. Y no se crea todo lo que escribo, que si OT, que si bla bla bla. Escribir es mentir, que dijo ese.

    Nán, usted también. Y si todos los forofos futboleros fueran como yo ¿dónde estaría mi mérito? Dejémoslo así, que destaquemos nosotros, que quedemos bien.

    Y a los de la trucha es muy fácil verles al borde de la lipotimia: sólo hay que esperar y pedir cervezas para pasar el rato. Al fin, a todos les rezuma la bilis, ji ji.

    Y vale de llamarme de usted, leñe, que me tengo que poner de pie para responderles, y no es plan, que me miran raro.

    Miroslav, bah, sí, pero es que no viste el requiebro que hizo mi cuello, ocupado en intentar llamar la atención del camarero, para ver el gol al tiempo que pedía tres mojitos y una Fanta Limón. Debí ser más espectacular. Pero claro, es que el entorno no era el mismo, en fin. Otra cosa hubiera sido que le estuviese pidiendo las copas a Van Der Sart.

    ResponderEliminar
  7. Como nacionalista (practicante) comparto tu opinión respecto a lo del cartelito en cuestión.

    Y bueno, lo de utilizar estúpido como sinónimo de nacionalista... Tendré que fastidiarme y tragármelo, apencando con las burradas que hacen y dicen otros.

    Pero no todos somos iguales, eh?

    Que disfruteis el momentazo de esta tarde.

    Un bico.
    [Ah! Soy Marta, la de los libros de matemáticas ;-)]

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.