28.9.08

otoño



Cómo no va a ser el otoño una estación maravillosa si tiene mañanas como esta, mañanas grises y frescas en la que uno es el único imprudente que sale en camiseta a la calle a sentir el fresquito en los pelos de los brazos, camino del periódico, camino del chino salvador que nos redimirá de la falta de previsión y la carestía de café.

En otoño, da gusto a veces soportar sobre los ojos el brillo gris de este cielo e ir silvando canciones de Of the Wand and the Moon. No hay estación más bella ni más melancólica. En otoño casi tiene menos importancia leer que muere Paul Neuman (claro que era actor y ya hace tiempo que hizo su última película, lo que significa que las noticias necrológicas y los homenajes llegan tarde, cuando muere una persona, porque el actor ya se fue para no volver, y yo siento eso de que los actores se merecen la necrológica primero, antes, y luego que los dejen en paz, que les dejen ser personas anónimas en su final tan común y tan previsible). Y pienso en David Foster Wallace, de quien aún no he dicho nada, y no por pereza ni por desconocimiento sino por enfado, porque yo no sabía quién era David Foster Wallace, sólo sabía que una vez leí aquel panfleto hilarante de Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer y pensé que había que rastrear a ese hombre y que había que buscarle la pista, pero claro, ¿ahora, con todos los cuervos comprando La Broma Infinita porque han leído el reportaje del dominical de El País? No, que los cuervos se den su festín y cuando igual que lo tenían los medios olvidados en vida lo devuelvan a ella después del banquete yo ya intentaré que mi errática memoria vuelva a recordarlo. Y mientras, al menos, tengo que agradecerles que me hayan hecho pensar esto, pensar en cuervos, y recordar en Raven Chant de Of the Wand and the Moon y silbarlo, melodía perfecta para una estupenda mañana de domingo, por mucha gente que vaya por ahí muriéndose así de repente, sin ninguna consideración para quien les leímos poco y les vimos poco, que ya les vale.

7 comentarios:

  1. Pues vaya envidia de otoño que estás disfrutando. Por aquí solo hay cielos despejados y soles radiantes que te dejan pegado a cualquier superficie con la que estés más de 2 minutos en contacto.

    Muy buena la canción, por cierto.

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  2. Ay, el otoño. Mola el paisaje que deja el aire transparente cuando bajan las temperaturas. Creo que eso está mal escrito, da igual. Del otoño lo único malo que tengo es el recuerdo de las náuseas de mis dos embarazos, los dos por estas fechas. Fresquito y náusea mañanera, puagggggg. Es como si volviera a vivirlo.
    Pero de resto es precioso.

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  3. Qué bonita qué bonita que bonita y que bien le queda a tu post y qué bien huele el otoño y que buen día hoy ^-^

    Y que pena los que no pueden disfrutarlo por motivos mayores o menores.

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  4. busca sus cuentos. La niña del pelo raro. Entrevistas con hombres repulsivos. Es grande poniendo títulos.

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  5. y aquella noche de otoño sonaron piedrecitas contra los cristales, aunque nadie abriera la puerta a la pobre

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  6. Konrad, eres el hombre que pulsa el play en mi blog, y yo te lo agradezco. Y tu otoño no me parece como para darte el pésame, la verdad.

    Así que no te lo doy.

    Pi, yo te leo muy bien. Y siento esa reminiscencia de las náuseas, oye. Centrémonos en lo visual, ¡qué bonito!

    Pip, danke, danke.
    Y bueno, si nos ponemos a lamentarlo por los que no lo disfrutan, en la vida nunca habrá nada de lo que alegrarse. Así que yo paso.

    Martin, buscaré, buscaré. Si digo "oooh", que supongo que sí, ya te contaré, contaré.

    Aroa, el teléfono móvil es un gran invento, ejem ejem. Pero qué escena más tierna, oye.

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  7. Sí que es curioso, sí.

    y lo de los picos y los descensos: a su manera es como ir haciendo un vuelo rasante sobre las cordilleras de la literatura. Tras los picos valles, tras los valles más picos, y los grandes de la leche siempre visibles.

    Pero sí que tengo que leerlo, sí.

    Yo para mi necrológica prefiero algo más yo, como "ya os tocará a vosotros, ya".

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.