16.9.08

incognito ergo sum

HAY que andarse con ojo. Como ando en conversaciones con los magnates del porno madrileƱo para ver si me dan su puesto de taquillero en una sala perdida (para poder criar con la Muchacha un gato y una mata de geranios. Que sƭ, que sƭ que lo contƩ, leƱe), vengo yo a la secta satƔnica con algo de mal cuerpo, sintiƩndome, en el fondo, un pequeƱo traidor. Ah, las empresas, quƩ jodƭas son, como consiguen meternos dentro esos sentimientos, como nos involucran y nos crean lealtades mientras nos pagan lo menos que pueden y nos explotan todo lo que alcanzan (que en mi caso, no me puedo quejar, nunca ha sido mucho, pero en fin).

Para paliar los efectos que en mí producen las miradas quisquillosas de mis cosectarios (que no son quisquillosas, claro, porque no sospechan, cosa que naturalmente no le importa un bledo a mi paranoia) he tomado medidas, y así, a pesar de la punta de 87ºC que aún amartillan Madrid durante el día ahora que el verano mengua y el otoño se acerca con pasos mansos y bostezantes, vengo todos los días con gabardina, peluca, bigote postizo, gafas gordas, gorro Stetson y periódico con un par de agujeros en medio para poder otear a los demÔs sin ser visto. Vale, tal vez haya leído demasiados libros de espías cuando era pequeño, lo admito, pero mi cultura es la que es, y uno reacciona como reacciona, y bueno, siempre me queda el consuelo de saber qué es, cómo se usa y para qué puede servir un buzón ciego, ademÔs de tener a fuego en el disco duro un montón de teoría sobre cómo reptar bajo alambradas, verificar que un coche no me sigue, buscar pistolas en los sobacos de la gente y cosas así, de esas que hacen la rutina diaria mÔs fÔcil.

Asƭ que todas las maƱanas me planto aquƭ con la gabardina, las gafas, el bigotazo y demƔs, y cuando la recepcionista satƔnica me saluda diciendo:

–Buenos dĆ­aaas, Daviiid

Yo le respondo, impostando la voz:

–Me confunde usted con otrrro, frƤulein.

Vale que me mira muy raro, pero esa extraƱeza patente, o tal vez ese “a Ć©ste se le ha terminado de ir del todo el seso” mezclan mal con la quisquisillez miradĆ­stica y la diluyen. AsĆ­ que ande yo caliente (claro, con la gabardina cualquiera) etcĆ©tera etcĆ©tera con el refrĆ”n.

Lo Ćŗnico malo es que cuando de camino atravieso algĆŗn parque (que en teorĆ­a no serĆ­a necesario, pues ni de casa al metro ni del metro aquĆ­ hay parques, pero ya lo he dicho mil veces y con esta mil una, Yo Siempre Me Pierdo, y a veces aparecen parques bajo mis pies, ¡quĆ© le voy yo a hacer!) las adolescentes, creyĆ©ndome un exhibicionista, corren hacia mĆ­, me hacen corro, gritan “¡queremos carne! ¡queremos carne!” y emiten ruidos guarretes. Pero bien compensa ese sufrimiento diario el salir de casa cada dĆ­a dejando a la Muchacha en casa, con un cafĆ© en la mesilla, riĆ©ndose de mi aspecto a mandĆ­bula batiente.

5 comentarios:

  1. David, majete, que las novelas de espías no son justificación. Que parece usted un agente secreto español (agentes que según noticia leída no me acuerdo dónde se caracterizaban por no saber idiomas y leer el marca).
    En fin, que fƭjese usted mƔs en el tipo James Bond, que vale, que es un macarra y un capullo (sobre todo desde que Daniel Craig ha inyectado esteroides en el pobre 007) pero tiene mƔs glamour.
    Y que no se sienta usted un traidor con la secta, que seguro que se lo han ganado.

    Ɓnimo.
    Y suerte.

    X.

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  2. ciertamente, amigo david, HAY que andarse con ojo...

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  3. Xavie, yo de espaƱol nada, y ademƔs yo soy de As, no de Marca, me confunde usted con otro, lo cuƔl prueba que voy por el buen camino.

    Y por decir eso de James Bond te darƩ la tabarra para que veamos la peli el mes que viene, ala.

    Y bienvenido a casa y espero que olvides pronto las vacaciones y se te quite el moreno ya mismo, ala.

    Martin, que alguien me fustigue, para que el ay estĆ© justificado. ¡En quĆ© estarĆ­a yo pensando!

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  4. No sƩ si se habrƔ dado cuenta, pero el lƔpiz que hay sobre su mesa soy yo.

    Por lo visto Los Servicios no estƔn muy seguros de su lealtad.

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  5. Pues no sƩ por quƩ dice eso, seƱor LƔpiz: yo paso muchƭsimo tiempo en los servicios, como la Muchacha le podrƔ corroborar. Cada vez que me ve coger un libro e ir silbando hacia el baƱo se despide de mƭ como si me fuese a currar al extranjero.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez mÔs libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pÔnico, no cuelgo aquí.