11.8.08

síndrome de abstinencia

Hubo, supongo, semanas que fueron largas, en las que tendríamos cosas que hacer, cuando ella aún no vivía en el centro geométrico exacto de Madrid (al menos, de nuestro Madrid), que terminarían en fines de semana en los que yo me fuese al campo y que se verían seguidos de alguna otra semana de ocupaciones varias. Esto me lo digo sin fe, porque la Muchacha siempre tuvo mucha facilidad para empuñar el volante de su Utopía Cantabar Móvil, porque no recuerdo ninguna semana como esas que quiero suponer que existieron, y sí muchas otras en las que en teoría no íbamos a vernos y que en la práctica solían significar no más de 20 horas separados casi nunca.

Pero bueno, uno puede tener fe en su malísima memoria y decirse que quizá hubo semanas largas de esas, y hasta atreverse a suponerlo, o intentarlo, y buscar ahí un cierto consuelo, una experiencia previa, un precedente, una sentencia favorable.

El caso es que hace seis días que no nos vemos, y a mí el síndrome de abstinencia me estrangula la traquea.

Harto de inventarme precedentes mirando sin ver al pasado, harto de mi mala memoria, me doy la vuelta y miro hacia donde no se ve no por ser yo un idiota desmemoriado, sino porque no hay forma de ver: hola, futuro. Y pienso que hoy es lunes. Contando con los dedos, falta dormir cuatro noches (despertar cuatro mañanas) antes de que nos volvamos a ver. Contando así por encima, faltan unas 93 horas para que me la encuentre delante, y nos abracemos y nos besemos y le cuente que se me ha olvidado todo lo que tenía que llevarme (porque, fijo, se me olvidará) y para que a ella le de igual. 93 horas: Noventa y tres horas. Dos mil doscientos treinta y dos minutos. Ciento treinta y tres mil novecientos veinte segundos. Diecinueve, dieciocho, diecisiete, dieciséis.

Mientras, por pasar el rato, hoy me pasaré a ver si sus plantitas van sobreviviendo al verano. Y luego quizá me compre un libro friqui, me vaya a casa, coma por fin, limpie la cocina y el baño, barra el pasillo y retome Damages, para seguir odiando muchísimo a Glenn Close.

Mañana, en un crescendo del friquismo, hemos quedado para ver Batman Begins e ir haciendo hambre.

Pasado, apoteísis del friquismo, antes de ponernos decimonónicos en el taller, por fin al cine a ver Batman: The Dark Knight.

Lo del jueves ya no lo cuento (pese a que sea la única forma consecuente de terminar una semana como esta, consagrada a servirse del friquismo para sobrevivir a esta ausencia que tanto me mata) que me llamáis enfermo.

Y aprender de los errores. No hacer más tonterías como ir de pronto a ver Wall-E, por qué no, nos dijimos, cine fresquito, aire acondicionado, estupenda terapia para la resaca, y luego ve uno ahí a ese robot tan keatoniano hacer el tonto, enamorado, y no deja de pensar en la Muchacha y soltar lagrimones toda la película.

Ciento treinta y tres mil ochocientos cincuenta. Y bajando. Sobreviviré. ¡Espero!

6 comentarios:

  1. Entre todo este hermoso post... podría haber pasado desapercibido ... pero no! no creo que la Muchacha te pase, aunque probablemente, pro-ba-ble-men-te, adore tu natural distraidillo (dudidumdidumdidum) que olvides sus encarguitos... así que hazte nuditos en los dedos, ponte post it en la carátula de Batman o en el espejo del baño, pero no te olvides sus recados, lo agradecera sobremanera, seguro, se-gu-ro, Muchacho.

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  2. Uy, tú tranquila, con lo que me está echando de menos y lo romanticona que es ella (que es poeta, no te olvides) para cuando termine de mirarme arrebolada los ojillos ya nos hemos vuelto de las vacaciones, ji ji.

    (En cualquier caso gracias por tu preocupación, pero tranquila, que voy cumpliendo encargos. Por ahora sus plantas sobreviven)

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  3. David,
    Perdona mis reparos pero una cosa es vivir una historia de amor arrebatadora (y contarla a todo el mundo, hala, con un par y sin ninguna vergüenza) y otra muy diferente caer en la ñoñería, la cursilería y el sentimentalismo.
    :-P :-P

    Y no digo más.
    X.

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  4. Carmen, eso me hiere. ¡Yo, que me jacto de incomprensible!

    Montemos una asociación, Enamoradillos Anónimos. Bfff, qué insoportables seríamos en las reuniones, ja ja.

    Xavie, ni perdón ni no perdón, tienes razón y ya está, y es una fina línea y la querencia es la querencia: así que zahiéreme, zahiéreme, que así recuerdo el rumbo. Por tu tranquilidad, estoy tomando medidas para volverme un tipo duro, ja ja. Además, oye, era eso o hablar de la ansiedad sobre el tema Batman...

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  5. deje a los jóvenes ñoñear, sr. x...

    (desde el cariño, ji?)

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.