26.8.08

notas de viaje, 1

En orden cronológico, sin fecha y desde esta calorina negruzca de persianas asediando la tiniebla fresquita, en esta ciudad por la que es imposible pasear de noche de la manita de la Muchacha sin que acudan al asalto batallones de sonrientes de vendedores de rosas que no entienden que un sólo no signifique NO, en fin. Van divididas en doish parts, hoy hasta la llegada a Lisboa, y mañana las demás:




'¿Echas de menos el blog, eh?': la frase más repetida por la Muchacha, más o menos una vez cada diez minutos.

El Guadalquivir es un río al que odiaré mientras viva, y luego un poco más. ¿¡Pues no se le ocurre otra cosa que ponerse a tirar de mí en dirección contraria a la Muchacha!? Asco de masa acuática, escúchame: cuando mee en tu cuenca, lo haré con odio.

El Sol se pone igual en Sanlucar que en el Cabo de San Vicente (misma mecánica, mismo tempo). Solo que en el Cabo hay más público, que pasa más frío y sufre más viento, y que aplaude cuando el Sol termina su zambullida diaria. Y que luego huye despavorido formando inmenso atasco de tráfico, porque lo dicho, el viento es insoportable y qué frío del carajo.

No conducen tan mal como se dice, los portugueses. O conducimos igual de mal que dicen, los madrileños: todo puede ser.

Simpáticos abueletes, amigos de amigos de hosteleros, alquilan habitaciones a 30€ la noche para las simpáticas parejas de españolitos. Son incomprensibles y están sordos como tapias, pero son tremendamente simpáticos.

Curioso sector el de la hostelería portuguesa. Para evitar que una puerta, al abrirse del todo, golpee el respaldo de una silla ubicada junto a una mesa definitivamente mal ubicada (ay, geometría mía, qué poco te quieren), colocan una silla junto a la puerta, de manera que esta impacte siempre contra la silla anteriormente citada, se abra mucho o poco. Por ahorrar una molestia casual, crean una recurrente, habitual. Curioso, en serio, eso de trivializar la molestia a base de convertirla en rutina.

Investigación de campo de la Muchacha: sandwich no es sandwich, sino bocadillo. Café con leche en vaso es galao. Y lo del bigote de las portuguesas, concluye en tono académico, es rigurosamente cierto.

Retomando: café con leche es galao. Café con hielo, en cambio, se dice "café con hielo". Pollo se dice "frango", o sea, en terminología rigurosa,

(Fraga + Frango) / 2 = Frango = Pollo.

¡Suena a rancio que te mueres! Por puro morbo pedimos, ávidos de lo nuestro, pero no les quedaba. Oooh.

Todas, todas, te o de a ese, TODAS las mesas de Portugal están cojas.

Noche en Cercal. ¿Cena? Lombo de porco, con arroz y patatuelas. Luego ganas de un par de copas y El Horror: En los bares de Cercal ¡¡¡No Hay Ron!!! ¿No tenéis ron?, preguntamos, empuñando nuestros corazones, y no, dicen. Retrocedimos aterrados, caminando de espaldas a la puerta, y huimos de aquel bar. Luego en el hostal donde dormíamos preguntamos, y nos dicen que sí, que tienen, entre sonrisas de inversor a largo plazo o de quien va a enseñarle a uno fotos de los nietos, y nos sacan una polvorienta botella de ron blanco, añejo de puro desuso. Veneno, pensamos. Historia, intuimos. Bebimos y pagamos, a 2,50€ la copa con Cocacola.

Sintra es raro. En vez de cuarto, nos alquilan un apartamento interior, estupendo, aunque con una puerta en el dormitorio que, intuimos, fue un tanto escandalosilla. Además cualquier lugar en el que uno termina cenando y tomando copas con quien suele hacerlo cuatrocientos y pico kilómetros más al este, es raro. Mi tocayo nos cuenta que hay tanto español porque a una señal van a invadir el país. Yo le digo que para qué, que sería un jaleo: ¿a quién quitamos de la selección para meter a Cristiano Ronaldo, eh?

3 comentarios:

  1. ¿Pa qué os vais, si os pasáis el tiempo echando de menos el ron y el blog?

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  2. ¿No tienen ron? Lugar desechado, entonces. Gracias por avisar.

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  3. ah la Muchacha esa en qué se basó para afirmar tales cosas? pinche tipa
    bigote!!!!??? como la oyera josé matoso

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.