“(...) hoy nos da un poco igual incluso esto, poner una palabra detrás de otra, esta vanidad, este empeño por hacernos escuchar, esta estupidez.”
(Xavie, en Ideas y Fragmentos)
Hoy:
Llueve. Como llueve, yo estoy contento. Tarareo mentalmente melodías de esas que yo llamo de lluvia. Agonizo, muerto de sueño. Temo bostezar, porque si empiezo no podré parar y mi bostezo será tal que podría tragarme el mundo. Estoy contento. Miro por la ventana. Miro mi lista de tareas, y la veo bajo control. Bien: no me apetece demasiado correr, hoy. Ni hablar. Ni hacer nada salvo dejar pasar las horas una tras otra hasta que me pueda meter en la cama otra vez. Así que vuelvo a mirar por la ventana.
Empieza la semana a ritmo lento. Eso es bueno. Nada de correr. Nada de prisas, por ahora.
A ver cuánto tarda la realidad en decir que ella quiere jugar a otra cosa y toca pisar el acelerador a fondo.
No dejo de preguntarme ¿habrá mucha gente que busque en Google cosas que ven en sus sueños?
Ayer, domingo:
Como día, el de ayer fue un día sumamente pedagógico con una lección clara: los domingos no son días para pensar, ni planificar, ni tener ideas. Para ahorrarle un paseo a la Muchacha montamos un operativo de desplazamientos de lo más pintoresco y enrevesado, que al final no sirvió para nada. Al final, se dio el paseo, lo cuál estuvo bien, porque caminamos por el barrio de mentira y nos tomamos batidos de chocolate y cafés extraños en una de las mil cafeterías estupendas que hay por ahí. Increíble la muchacha, aún no es residente-residente, y ya conoce y es conocida hasta a los bomberos con los que se cruza, seres pintorescos que juegan al tetris en los cruces angostos de las callejuelas bañadas en lluvia, con sus camiones que son tan inmensos en esas escalas de casas de muñecas. Como día, ayer fue raro, pero estupendo. Un día de esos en los que uno al fin termina yéndose a dormir demasiado tarde porque no irse a dormir es la única forma de que el día no termine.
Soñó conmigo la Muchacha, por cierto, y en sus sueños me inventó una hermana, Laura, que tenía un blog cuyo nombre, como si el sueño hubiese sido mío, empiezo a olvidar, fundido en la bruma de esos mundos repentinos y fugaces de lo que se ve durmiendo. Buscamos el blog en Google, y no lo encontramos. La busco yo a ella, ahora, y no veo gran cosa, a no ser que esté en Lima, intentando vender un Volvo 240GL.
Anteayer, sábado:
Si lo del neurotismo fuese una carrera de relevos, mi agente me ha quitado el testigo, ha batido todas las marcas olímpicas y ha seguido corriendo para salir del estadio y acelerar y acelerar hasta taladrar el horizonte en una carrera desquiciada. El sábado tocó duelo en el palacete: de un lado, calzón rojo y doscientos diez quilos de peso, mis amigos, esa gente harta de soportarme, y del otro, con calzón azul y varias toneladas de peso (es que son más, que no le llamo nada a nadie) los de la muchacha. Primera vez que coincidían, casi todos ellos. Terminaron en un bar, hablando cruzados. Su Clari con mi Juanito, su Campa con mi agente, su María con mi Fer. Yo sonreía contento, y silenciaba mi pequeña decepción. Yo esperaba algo más de violencia, de corporativismo, de lucha, algún “qué coño miras, que yo soy de pueblo”, pero nada, ni un mísero bofetón, todo el mundo hablando tan feliz de la vida. Si es que no se puede conocer gente así de maja, son así de decepcionantes, de sociables y de encantadores (al menos mientras no están ocupados gritándonos “¡iros a un motel, coño!”). Así que en parte fue un alivio hablar con Vero después para que dijese todas esas tonterías sobre lo insoportable que es y lo mal que le cae a la gente. Sin poder darse cuenta que la gente estaba demasiado ocupada pensando que qué maja como para pensar que qué cansina.
El viernes:
Misterios resueltos, muerte del anonimato, explicitación: fiat lux. Es lo que tienen los puntos de vista, la polifonía, los contrastes de voces. Quien tenga dudas sobre quién es quién, sobre quién se esconde detrás de tal o cual referencia, sólo tiene que cruzar versiones de una misma historia de diferentes narradores. Y claro, esa coral de narradores y narraciones es inevitable cuando a uno le da por quedar con una panda de narradores que, claro, son sistemáticos escritores de blogs. Especialmente temible es Guille, fiel cronista de sus actividades nocturnas (o de la parte de ellas más social y más pública). Y temible con razón: Cuando hay dos grupos de seis personas pasando una noche juntos y uno y sólo uno de los nombres es diferente en ambas versiones, se está dando información extra sobre ese personaje. Se le alumbra con dos focos. Tampoco es que importe, porque hay anonimatos que ya no tienen sentido, que buscaban sólo enmascarar la realidad ante los ojos de alguien que ya la conoce, pero hey, es cosa de pensar si en honor de la Ley de Protección de Datos se puede plantear una denuncia millonaria que pague, qué sé yo, dos billetes de avión al DF: soñar es gratis (menos mal).
Pero claro, al final es que no. A uno siempre le enternece que en vez de ser objetivo digan de uno que complementa con chistes e ironías, en vez de decir, las cosas como son, que a lo que uno se dedica es a interrumpir las conversaciones con todas y cada una de las insensateces que a uno se le pasan por la cabeza (que son muchas).
Definitivamente, no se puede conocer gente así de maja, en fin.
Pero bueno vaya mañana llevas, primero mi Edit y ahora mi neurosis...déjame vivir!xD
ResponderEliminarY no es neurosis, intento ser objetiva, amor.
Y no te confies, lo que pasa es que como somos menos refinamos nuestra técnica pero ya sabes que no somos buena gente. Pero si, hay que reconocerle a la Muchacha que es más selecta eligiendo gente porque son más majos ellos, si.
¿Tu hermana onírica no andará ahora por Guatemala, no?
Jajajaja... qué bueno!!! Pues no había caído, la verdad. Ay, el anonimato y los blogs, qué mala combinación...
ResponderEliminarDe todas maneras, mejor haber quedado el viernes que el sábado, ¿no? Ejem, lo digo porque... bueno, ya sabes por qué lo digo...
Un abrazo,
Guille
eeeeh, ¡¡¡vaya que recuerdas los nombres...!!!
ResponderEliminarla Muchacha que cree/espera que la gente tenga mejores cosas que hacer que restar personas de blog en blog...
no, por nada
pero en honor a esa ley, que alguien pague esos billetes, anda!!!!
besos
que qué hago a la pantalla a estas horas? despertarme de dormir 10 horas seguidas, otra vez... si es queeeee...
'resuelta a diario' era el blog de tu hermana, por si se te olvida
Ustedes perdonen mi silencio, tenía internet abstraída en casa, que es donde puedo leer los comentarios y responderlos.
ResponderEliminarPor turnos, Vero, yo no soy quién para dejarte vivir o morir, afortunadamente (para ti). No por nada, sino por distraído. Si a mi pobre planta la riego dos veces por lustro...
Ni idea de por dónde andará mi hermana onírica. Acabo de saber que existe, che.
Guille, bueno, no pasa nada. Quien no debía saber ya no hay razón para que no sepa porque sabe así que todo esto es más juego que otra cosa. Eeeh... y no, no sé por qué lo dices. Es más, si lo dices por lo que creo que lo dices, a mí me daba igual viernes que sábado, ja ja.
A ella en cambio, la pobre...
Y "anónima", ejem, gracias por recordarme el blog. Ya sabes lo que son los sueños y lo fácil que se olvidan los detalles... por lo visto no pasa sólo con los propios.