14.11.07

anton volkov

Pero ¿quién diablos es Anton Volkov?

Yo normalmente hago muchos comentarios sobre pornografía. No es que sea ningún gurú del tema ni que tenga una vastísima colección al respecto (aunque tampoco creo que, a día de hoy, existiendo internet, haga falta), pero siempre estoy diciendo cosas al respecto. Está bien, es divertido, y me da un cierto aire políticamente incorrecto y basto, porque ver pornografía, hasta donde yo sé, se sigue considerando algo basto y no es algo que la gente vaya haciendo por ahí con la frecuencia con la que yo lo hago, hasta donde yo sé. Pero ese aire le hace pensar a cierta gente que, como sucede con tantísimos aires que yo me doy, no es más que un farol, un complemento del disfraz que me pongo para encarar al mundo y a ti, su habitante, y así, sospecho con bastante certeza, hay gente que, precisamente porque no paro de mencionar el porno, piensa que yo no veo nada de porno en absoluto.

Pero sí, de hecho sí que lo veo. Aunque lo veo de una forma un tanto rara. Y ya, ya sé que lo de ir de raro por la vida también lo exagero y tal, pero tendrás que concederme que eso de disfraz no tiene mucho, porque raro sí que soy. Como lo somos todos, por otra parte, pero en fin, espero que no sea prepotente hacer gala de alguna que otra extravagancia pública más de las habituales en el común de los mortales.

Al grano. Mi relación con la pornografía se restringe a la fotografía. De nunca me han llamado ni los vídeos ni las películas, que veo súmamente irreales, y que yo siento invadir mi intimidad de una forma que la fotografía no amenaza: Ver cómo una persona se mueve le da un volumen, una vida. Escucharla le da un carácter. Sólo por eso, dejando de lado la mecánica del própio sexo, que yo siempre he visto tan alejada del porno que he visto (o de casi todo él; siempre hay un par de excepciones), el porno animado le quita a uno gran parte de la cantidad de fantasía que el porno fotografiado puede proporcionarle, es decir, en mi caso le quita bastante de la gracia del tema. Y en cualquier caso supongo que gustándome tantísimo como me gustan las mujeres y gustándome tantísimo la fotografía era inevitable que a mí me gustase particularmente la parte fotográfica de la pornografía. Pero cuando digo que me gusta me refiero a que me gusta igual que me gusta la música, el cine o la literatura: Hay estilos que están de puta madre, y otros que aborrezco.

En cualquier caso eso que he dicho de que la imagen en movimiento le da "una vida" a la pornografía creo que es esencial para entender qué me gusta a mí de ella y qué busco yo: Yo en la pornografía no busco realidad, y por no tanto no busco realismo. Yo lo que busco es sugerencia y la inmovilidad que le permite a uno construirse un antes y un después o directamente renunciar a ello y servirse una ración de presente estático. Sospecho que todo esto implica que yo en realidad ando más cerca del gusto por lo erótico que por lo pornográfico, aunque no veo del todo clara la relación y no me voy a andar entreteniendo en explorarla, que luego dices que escribo demasiado. Así que a lo que íbamos.

El problema con la fotografía en internet es que, en general y por contradictorio que suene, la aborrezco.

Este problema tiene dos razones. La primera es que, como sucede en cualquier campo, hay multitud de conceptos y cada fotógrafo tiene el suyo, y los hay que opinan que para que una foto porno sea buena tiene que mostrar carne de la forma más explícita posible y ponerle a uno cachondo mediante la presencia de tías con las tetas enormes que están siendo penetradas de alguna forma supuestamente estimuladora de mi líbido por un tipo con una verga megalítica, y desgraciadamene esos son la mayoría. Claro que, recomponiendo analogías, las películas de mayor audiencia suelen parecerme nefastas y no por ello reniego del cine.

Y como en el cine, hay gente que entiende la pornografía de otra manera, porque al fin cada cual, supongo, hace lo que le dictan su conciencia y sus gustos (o las imposiciones del márketing o la orden del jefe, o lo que sea), y al fin, si uno busca lo suficiente, termina encontrando platos a su gusto.

A mí esto me ha costado siglos: Durante noches y noches he matado las horas viendo pornografía y buscando fotos que me llegasen, y suele ser un asunto jodido. Al final, si uno busca un rato, termina por dar con las fotos de alguna muchacha que encaje con mis gustos. Por lo general estas fotos van en series, y por lo general las fotos que a mí me gustan suelen ser minoría porque el gusto del fotógrafo o el dictado del márketing ponen a la buena muchacha a poner posturas ridículas o se empeñan en meterle cosas por el culo o pringarle la cara, pero como hay tanta oferta la búsqueda nunca es desesperada y uno siempre puede admirar las fotos que le gustan y obviar el resto.

El caso es que con el tiempo un comienza a reconocer ciertas pautas, a recordar ciertos senderos y sobre todo a sentir ciertos nombres como familiares, y evita lo que sabe que probablemente no le guste y busca lo que probablemente sí. En ese sentido, hay un par de sitios, o de nombres de sitios, que son garantía de que, al menos, han hecho la intención de buscar a una mujer guapa e intentar hacer con ella algo que, aparte de todo lo demás, quede bonito. En ese sentido creo que ya estoy bordeando el nivel de elitismo desquiciante que a mí me encanta alcanzar en cualquiera de mis gustos y, de la gente que conozco y a falta de completar la encuesta con algo más de rigor, soy el único que algunas veces busca pornografía por el nombre del fotógrafo. Y aquí es donde entra en escena Anton Volkov. A Anton Volkov yo lo empecé a leer asociado al nombre de las modelos de una página de las que intentan currárselo. Nunca suelen ser fotos escandalosas, y hay algo en ellas que a mí personalmente me transmite buen rollo, algo en las sonrisas que salen en ellas que me hace pensar, y no deja de ser irónico en esto del porno, en calma y en familiaridad. Y con el tiempo, cada vez que leo su nombre, compongo una sonrisa que tiene algo de expectación y también algo de reencuentro, pero por alguna razón que desconozco aunque sí que he buscado fotografías suyas a menudo, hasta hoy no me ha dado por buscarle a él, al tipo detrás de la cámara.

No he descubierto gran cosa (que lleva poco tiempo haciendo fotos, que ve en ellas un cierto punto de irrealidad y que tanto él como los y las modelos de sus fotos se sienten muy naturales, lo que no deja de ser evidente en las mismas fotos), pero sí lo suficiente para irme a dormir contento: He descubierto que tiene una página web, donde tiene más fotos que las que yo le he venido viendo últimamente, lo cuál es estupendo porque le deja a uno disfrutar de algo más y matar mucha curiosidad, porque permite ver a Anton fuera de lo que para mí es su papel profesional, explorando otras inquietudes, probando cosas y, en muchas de sus fotos, tratando de sugerir más que de mostrar. Y de estas últimas las que más me han gustado son sin duda unos dípticos que a mí personalmente me han hecho reír bastante. Y con uno de ellos me despido y doy por cerrado el día de hoy, y lo etiqueto como un día fotográficamente provechoso.

10 comentarios:

  1. Oye, si te pido que me traigas una bolsa de castañas de tu pueblo, me las traes? Pagando, eh?

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  2. Yo a eso me apunto.



    Aunque pensandolo mejor... pedir castañas en la entrada de la pornografia... ¿tu para qué las quieres?

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  3. Ah, yo que sé, la entrada todavía no la he leído. Luego en casa, con kleenex a mano, porsiaca.

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  4. Vale, sí, muy chula la web de Volkov ("Hijo de Lobo", por cierto), pero a mí eso no me parece pornografía, sino fotografía erótica.
    Vamos, que yo entiendo que para que una obra se considere pornográfica, debe contener sexo explícito. Si no, si se limita a desnudos o a sexo implícito, yo lo catalogo como erotismo.

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  5. Pues sí, yo creo que también (lo de las castañas no, lo otro). Que el texto ha empezado muy duro: "veo mogollón de porno y etc", y ha terminado hablando de arte fotográfico, que en este caso al menos, no es precisamente porno. A mí estas fotos me gustan, sí, pero admiro tu delicadeza libidinosa para que esto te sea suficiente... El porno escrito (no el erotismo escrito) es también una buena forma de imaginar, de que no te lo den todo tan hecho como en esas mujeres pringadas y con cosas por el culo (que, por cierto, a veces el sexo es eso, ¿no?, muchas veces, diría yo), te lo digo por si te apetece salir de la fotografía (aunque qué te voy a contar yo a ti, imagino). Y hay que decir que de vez en cuando se encuentran vídeos bastante realistas de varias muchachitas que aunque no hacen arte, sí parecen estar haciendo sexo.

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  6. David, lo de hoy solo lo has escrito para quedar bien como un tio sensible y tal, ¿no?
    Que sé de buena tinta que lo que te mola es ver videos de zoofilia y coprofagia, y cualquier otro tipo de filia o fagia digna de titular una canción de Def Con Dos

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  7. ¿Y la canción? como si no hubieran temas que acompañen al post :P

    Yo seré un insensible o algo pero estas fotos será que las asocio con galerías y cosas así que ni me parecen eróticas (bonitas sí, eróticas no). Para mí, el erotismo está más en una pose, en una mirada,... prefiero mil veces un escote que una teta al aire porque juega mucho con lo de "hasta aquí puedo enseñar" y te deja imaginarte como será el resto.

    El porno ese que comentas de internet me parece bastante desagradable.

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  8. Mmmmmm... si es que el morbo es el morbo... ¡¡del tironcito que me lo he leído!! Y luego voy diciendo por ahí que soy impaciente para leer textos largos... (creo que en este contexto es mejor sustituir el "largos" por "extensos", bueno, no, al contrario) ¡¡Que me lío!! Si es que no puede ser... Ja, ja!
    Yo me posiciono en el lado sutil e implícito del tema.

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  9. Y yo que al leer el nombre pensaba que seria un diseñador... tipo Galiano...

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  10. Perro, citando y homenajeando a esa gran víctima, estamous trabajandou en ellou.

    Y Jorge, ídem. Y calla, calla, que me delatas, malandrín.

    ÓsQar, majo, pornografía es a lo que el hombre se dedica en otras webs, no en la suya. O erotismo pornográfico, o pornografía erótica, lo que sea. Lo que hay en su web se pasa de clase y de artístico para tener cabida en los sitios donde yo lo conocí.

    Lara, ¡es lo que tiene la inconstancia y la volubilidad! Es tan entretenido ser yo, y empezar a pensar algo con esa curiosidad llena de misterio de no saber qué coño voy a terminar diciendo...

    El porno escrito tampoco me ha llamado nunca mucho, la verdad. Y te deja imaginar pero te da una trama, y a mí lo que me gusta es o montarme las tramas o renunciar a ellas, por lo visto, y haciendo introspección a salto de mata.

    Y sí que hay vídeos que parecen sexo, sí, ya dije algo (o quise decir, igual se me olvidó) de alguna notabilísima excepción. Concretamente hay una pareja que me tiene encandilado: En todos los vídeos que he visto salen sólo ellos dos (o sea, quiero decir, he visto más vídeos con otra gente, claro, pero quiero decir que nunca les he visto con otras personas), y realmente verles da la impresión de que se lo están pasando bien, de que les gusta horrores lo que hacen... y tiene un toque íntimo y salvaje que no he visto en ninguna otra parte, y mira que por gente que intenta parecer salvaje, en esto. A no ser que te estés refiriendo, al mencionar sólo a las muchachas, a vídeos de muchachas con muchachas, que también he visto alguno que, definitivamente, era otra cosa, y era otra cosa mejor, coñas sobre lesbianismo muy al margen.

    Konrad, según te he leído, como una revelación, se me ha venido encima este pensamiento: La belleza es erótica, o no es belleza. Pero tengo que pensar en ello porque no sé si sabría explicar ahora mismo qué quiero decir con eso.

    Irene, ay el morbo, qué sería de la vida sin morbo. Y si la belleza es erótica, el morbo es implícito, sin duda. Y cuanto más sutil mejor.

    Me alegro, en cualquier caso, de haber conseguido llevarte al final de un tirón. Coño, qué porno suena eso, ahora que lo pienso. En fin: ¡culpa tuya, mira que hablar de posiciones en un tema como este y a un personaje como yo!...

    Y last but not least, Rosa, diseñar diseña, diseña. Solo que no ropa, sino escenas irreales y hermosas.

    Pero todo arte es diseño. Excepto mi propia fotografía, que es más una labor de hurraca recogiendo cosas brillantes que otra cosa.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.