el cumpleaños de John Kennedy Toole
Para la lista de cosas absurdas que se pueden hacer durante un concierto, si estás tocando, todo lo que Metallica hizo en esa canción. Ah, ¡pero qué grandes fueron! Y luego, lástima, qué pena que hicieron que para pasar esa frase del fueron al son hayan hecho obligatorio meter un "gilipollas" entre las palabras "qué" y el nuevo verbo atemperado. Empiezas improvisando, preguntas al público si le importa que toques otro rato, luego te entretienes destrozando clásicos del grupo, tocándolos a trocitos y mal, para finalmente arrancarte con una versión punki y, cuando la gente empieza a considerar no lincharte, lanzarles el Battery a quemarropa. Me sigue poniendo los pelos de punta, a pesar de los catorce años pasados y a pesar de lo que ha pasado en esos catorce años.
Para la lista de cosas absurdas de la vida que a uno le hacen ilusión: Cumplo años el mismo día que el difunto John Kennedy Toole. Un motivo más para sentirme pariente, de alguna manera bastante literaria (o sea, falsa pero indiferente a su falsedad) de Ignatius Reilly. Y del bueno del patrullero Angelo Mancuso, claro. Aunque Elena, que es una lista completaídems, siempre dijo que de ser algún personaje del libro yo sería indudablemente la señora Reilly. Que, de nombre de pila, se llamaba Irene. Vade retro angelus niger.
Para la lista de absurdas ocupaciones nocturnas: Anoche pensaba estar estableciendo una marca, ¿cuánta gente dedica la madrugada de un martes a traducir un currículo del italiano al españo, eh?, ¿eh?, ¿eh? Pero victoria futil y breve la mía: Hablando con una amiga me dice que esa misma noche a ella le cortó el pelo, de madrugada, una joven promesa de la peluquería nacional y, en breve, internacional. La clase de peluquero que se va a trabajar a Nueva York. Dicho así a mí, que el pelo me lo ha cortado siempre excepto una vez mi padre, me impresiona profundamente.
Para la lista de coincidencias absurdas, el apodo clásico de mi familia en el pueblo corresponde a un pueblo de Zamora de 200 habitantes. Y a un restaurante de Barcelona, con un 53 detrás, que parece indicar, por el número, una dirección. Entre que 53 es primo y el nombre, dan ganas de ir. Tiene pinta de caro, eso sí.
Para la lista de hechos absurdos que suceden en los descansos laborales: ¿Cómo puede ser que uno empiece contando que cumple años el mismo día que John Kennedy Toole (sin decir quién es, naturalmente, que para algo va uno de pedante intelectualoide por la vida) y termine la conversación sobre lo típiquísimo sagitario que es uno?
Para la lista de formas absurdas de llevar la contraria a los fans de la astrología: Y de golpe, claro, me he acordado de aquella noche en comencé metiéndome en una conversación ajena que hablaba de Babel, la tercera película de Alejandro González Iñárritu y re-remake de Amores Perros, para mí, opinando además que era una inmensa patraña de película y siendo satanizado en el acto por el grupo de desconocidas que la alababan hasta mi llegada, una de las cuales terminó luego vomitando en mi casa mientras yo me iba a desayunar con mi agente (lo cuál ya fue bastante absurdo de por sí). Pues bien, aquella noche resultó que las muchachas además de ser adeptas a los refritos de Iñárritu (¿por qué a la gente de apellidos raros siempre les llamamos por el pintoresco?) eran grandes fanáticas de la astrología, y que todos mis actos y conductas eran explicados con un apático "típico de un sagitario". Al final terminé encendidísimo discutiendo el asunto con una de ellas (no la que luego vomitó, que nadie saque moralejas equivocadas de esta historia), negándome a que mi conducta y mi forma de ser vengan determinadas por el plazo arbitrario de un mes y por astros que están a tomar por el culo de aquí y que tienen cosas mejores que hacer que influir en mi insignificante vida. Pero no había manera: Cada maldito acto mío era típico. Así que yo la dije "si eso es cierto, entonces yo no soy responsable de mis actos, que vienen dictados por los astros, ¿no?, pues" y procedí a darle un mordisco en el cuello. Un mordisco de bofetón, por explicarlo de alguna manera. Ella me miró entrecerrando los ojos y despachó el asunto con una sentencia inapelable, "típico de un sagitario borracho".
Y este post, para la lista de post absurdos, ala.
Me llamas pelota (ver comentarios del post anterior) pero ambientas este texto con Battery (ver - otra vez - los comentarios del post anterior).
ResponderEliminar¿remordimientos de conciencia?
¿propósito de enmienda?
Casi seguro que ninguna de las anteriores. En fin. Me quedo con la canción y me abstengo de decirte si el post me ha gustado o no.
Pues eso (me pillas en mode psychokiller pre-examen).
Besos.
Ni remordimientos ni enmiendas, lógica y evolución: Empecé hablando de Cliff Burton, lógicamente me puse a buscar el For Whom the Bell Tolls, luego busqué el video del Cliff'em All donde sale marcándose un punteo en el principio de la canción, y eso me hizo buscar el Live Shit, Binge & Purge en directo desde Mexico D. F., y escucharlo me hizo pensar en mogollón de cosas que han quedado embebidas en el primer punto de este post... y en otro que escribiré en su día porque una vez, cuando hablaba del Eight of Spades de Motorhead, prometí hablar un día de Cliff Burton y aún no lo he hecho, así que aún queda tema, aún queda tema.
ResponderEliminarDe todas formas en este Battery ya el bueno de Cliff no está más que como compositor, porque ya tocaba el bajo Jason Newsted :P
Y caray, ¿voy a tener que pedir disculpas por tener algún gusto común o qué? ò_ó
¡Mucha suerte con el examen, y que vivan los modos psychokiller!
La conjura de los necios es un libro bastante conocido y con cierta fama, así que mencionar a su autor no es que sea de "pedanteria intelectualoide", vamos, que no es que sea una referencia oscurísima y para gente, o sea, superculta.
ResponderEliminarVes? Te iba a volver a llamar pedante wannabe, pero me has dado una idea para una entradita, así que de momento te libras :)
Hombre, todo depende del contexto. El par de personajes que compartían conmigo fresquito y conversación no tienen ni puta idea de lo que es leer algo que no esté sacado del cabezón de Dan Brown o de alguno de sus pares.
ResponderEliminar¿Una idea para una entrada? ¿Sabes que la inspiración se paga, no?
Mierda, yo también soy sagitario...
ResponderEliminar¡Genial! Así podemos indagar en esto. ¿Cuando te emborrachas te da por mordisquear cuellos?
ResponderEliminarDios sol riac y ellos se arrejuntan.
ResponderEliminarCreí que no conocía sagitarios y mira tú que sorpresa más implosiva.
¿Y qué apodo gasta su familia de usté en el pueblo? Yo quiero que me invites al restaurante ese, bueno no, prefiero que me lleves al pueblo de 200 habitantes a dar un voltio ^^
Vale, pues no me lleves. No pienso discutir.
Ahá, la estrategia inversa...
ResponderEliminar¡Pues te jodes! ¡Te invito a ir! ¿Y ahora qué, lista? Anda que no me conozco yo ya la estrategia inversa :P
Uy, ese "Te invito a ir" me ha sonado parecido a eso de "Le invitamos a que abandone la fiesta" º¬º
ResponderEliminarDe todos modos y aceptando esta bonita "invitación" tendré que saber como se llama el pueblo ¿no?
¿tendré que usar el viejo truco de las astillas candentes bajo las uñas para que confieses tu nombre en clave? ;P