...versión castilla profunda, así comenzaron las vacaciones. Vale que al funeral no fui porque caí en la narcolepsia, para vergüenza propia imposible de definir por su naturaleza no acotada, y que a la boda no estaba invitado (cosa que no le reprocho a nadie; al fin y al cabo ni siquiera conocía a los novios, ni sé quiénes son; sé tan solo que mi agente, aquí, sí que fue, con un vestido muy requetebonito, suficiente para desatar en un ser de mi sofistificación y mi complejidad ingentes envidias de tarta y de barra libre), pero por lo demás ésto, léase las vacaciones, empezó como una comedieta ligera británica. Excepto por lo divertido, claro. Y por el habitual lío con la chica guapa de rizos, claro. Y por el inglés, idioma por lo general poco habitual en estas laderas montañosas del páramo infinito, infame, infamante y por estas fechas muy inflamable, además.
¿Por qué escribo? ¿Por qué este mensaje aparece aquí hoy, viernes, meridiano, casi, de las vacaciones? Cunde la filosofía dentro de mi cráneo. Escribo ergo existo, claro, pero también y sobre todo escribo ergo existen ordenadores conectados a internet por un débil cable que deja pasar un uno o un cero cada veinte minutos, como mucho, y cuyo ancho de banda es colapsado por un zagal que se siente frente a mí al que tengo unas ganas inmensas de cruzar la cara mediante la aplicación apacible y necesaria de un bofetón toledano, y la culpa es de los ruidos estúpidos y pretendidamente graciosos que salen de su ordenador, indiferente a las no demasiado efusivas exclamaciones acerca de deportaciones y destierros del bibliotecario, tipo que definitivamente No Se Hace Respetar.
Existe un cable, vaya, cuyo fin hemos venido buscando mi agente y yo para usar internet, es decir, para calmar nuestra adicción a la pornografía, porque la pornografía es la esencia de internet, como todos sabemos, y la pornografía no sólo es (al loro con la cursiva, es importante. Es para resaltar la siguiente tontería) fotos de tías (o tíos, animales o algunos vegetales, o combinaciones) en bolas, sino muchas más cosas, que sólo así, desenmascaradas como pornografía, son explicables como las adicciones que son, propensas a las enérgicas fricciones y a las acumulaciones de sangre en diversos órganos cavernosos, da igual que sean penes o cerebros. ¿Visitar el As, leer algún que otro blog, atender al correo, meter una entrada en Google? Pornografía os digo. Y conste que no lo digo como descalificación sino más bien como todo lo contrario. La pornografía es mi amiga y solitaria compañera de las frías noches estivales, al fin y al cabo. Para eso vine, decía, para atender a la pornografía (rima gratis) y también, particularizando, para atender a este mi correo que, visto lo visto, no merecía ninguna atención (ni el spam parece currar en agosto, cero anuncios sobre alargamientos de pene, para empezar; verganzoso, digo vergonzoso). De lo que se deduce, y me importa un bledo que esté todo el mundo de vacaciones, o que el ínfimo sector del mundo que podría escribirme sepa que yo lo estoy y pase de escribirme, que mi invisibilidad se ha extendido al terreno de los unos y los ceros. Mierda, estoy perdido, me digo yo, siempre tan ávido de desastres silenciosos y de razones para el lloriqueo.
De todas formas las vacaciones están siendo muy satisfactorias en ese sentido. He descubierto que hay dos personas que contradicen las leyes de la física y que se empeñan en hacerme caso incluso a pesar de mi obvia invisibilidad, valga la incongruencia. Una de ellas, incluso, demasiada atención (lo cuál es peligroso; es el tipo de persona que puede pillarte hurgándote en la nariz a la caza de un molesto moquete). Y tal vez podría ampliar la cifra en media persona más, porque hay otra que a veces me hace caso pero que habitualmente no viene.
En fin. Seguiría escribiendo pero mi agente me susurra (qué estupidez, susurrar en una biblioteca toledana: No la escucho, perdida en el vocería y el estridente repiqueteo de mis dedos en el teclado) que vaya acabando, que quiere una caña. Tampoco me queda mucho que contar, ni estaba contando nada. Los días aquí son para esto, para que no pase nada, para que no haya nada significativo que contar; lo sabemos cuando venimos, y es precisamente lo que buscamos. Eso, el fresquito y el ligero descenso de la presión, ayudados por sustancias ilegales que el ayuntamiento debe verter en el embalse y espovorear en el pan, producen narcolepsia, y así hay días en los que he conseguido dormir 12 horas del tirón sin estar cansado, sin acostarme tarde y sin razón alguna. El otro día, sorprendidísimo por este paso del ni tanto al ni tan calvo, le mandé un mensaje a una bloguera universal contándoselo, y me respondía, sabia como de costumbre, que haga acopio. El problema es que se hace tanto acopio que, sospecho, ya me da como para que una vez termine mi tiempo en este mundo y yo diga "¡uf!" y muera (apúntala; esa será mi última palabra), aún me quedará tiempo adeudado como para pasarme un par de años de bares. Lo cuál, definitivamente, vendrá de maravilla para celebrar un funeral menos triste y más divertido, espero, si no os importa iros de copas con un zombie.
Si, claro, alguien llega a notar la diferencia, cosa que por otra parte dudo bastante.
En fin. Besos y abrazos de parte de alguien que, a costa de su invisibilidad, ni siquiera consigue ponerse moreno a pesar de los hartazgos de piscina sin sombra. Ala, hasta dentro de una semana y media o así, chau.
17.8.07
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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.
¡Veo doble! hay que ver lo efectivas que son las sustacias esas que echan en el embalse y en el pandepueblo ;P
ResponderEliminarEsto es lo más parecido a una postal/carta vacional que he visto escrito de tu puño y letra :D
Buen vieje, dijo viaje al atlántico... insito por aquí también, acordaos de tomaros unas almejas a la marinera en Caldebarco, el sitio se llama Fontebella.
Pues disfruta de tu piscina y descansa de la pornografía. Tanta, tanta, empacha ;)
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