16.7.07

la televisiĆ³n



Como todo el mundo sabe, de un tiempo a esta parte yo ya no estoy sometido a los efluvios hertzianos de esa cosa que es como un ordenador pero sin ratĆ³n y con un teclado pequeƱito por la que habitualmente sĆ³lo pueden verse las cosas que una serie de seƱores deciden echar, regadas por la publicidad que otros seƱores que pagan con la esperanza de que tĆŗ veas ahĆ­ sus productos o sus servicios y vayas enloquecida a hacerte una cuenta en Ing Direct, a comprarte un Audi, y en fin, a hacer mĆ”s cosas que, no es broma, ya ni recuerdo (vale, no es que estĆ© haciendo mucho esfuerzo, pero el rumor de fondo de la memoria me dice que por lo que la niebla de la amnesia deja distinguir en el pasado tampoco merece ese esfuerzo), televisiĆ³n, creo que lo llamaban. SĆ­, televisiĆ³n, eso era.

No es que haya completado mi evoluciĆ³n al estado evolutivo siguiente, el punpismo, y la haya tirado a la basura, no: Esto viene de antes, y es, dicho en versiĆ³n corta, que un dĆ­a yo tenĆ­a tele y al dĆ­a siguiente ya no la tenĆ­a. Vamos, que no fue decisiĆ³n mĆ­a, sino cosas que pasan. Y bueno. Yo soy un tipo estupendo cuando se trata de verme privado de alguna comodidad. Por ejemplo, soy capaz de vivir indefinidamente sin un grato afeitado, o de prescindir alegremente de la felicidad que produce una habitaciĆ³n ordenada. AsĆ­ que mientras tenĆ­a ordenador no lo llevĆ© mal. Los tiempos duros vinieron cuando, ademĆ”s, tenĆ­a jodido el ordenador este desde el que te escribo (y cuyo teclado besuqueo: ¡ven aquĆ­ bonito! Mua, mua, mua). En general, siempre he opinado que donde estĆ© un ordenador, con el vasto mundo conectado a Ć©l que se quite la televisiĆ³n. Es mĆ”s, incluso cuando el vasto mundo no me tiende un cable o unas ondas a las que encaramar el wifi, tambiĆ©n suelo preferirlo, porque el ordenador es una mĆ”quina valiosĆ­sima que vale para todo, y es equipo de mĆŗsica, reproductor de video, mĆ”quina de escribir, consola de juegos (aunque circunstancialmente sĆ³lo tenga uno instalado y en uso, je) y sobre todo y a la vista de la particiĆ³n de los discos duros un laboratorio de revelado (¡mua, mua, mua, mua! ¡Te quiero! Al final me electrocuto, verĆ”s).

Pero hay momentos en los que realmente no poder ver la tele se hace duro. Digamos, por ejemplo, que resulta que uno se entera de que el Madrid ha ganado, porque claro, se puede escuchar la radio aquĆ­ sin mayor problema, y hablan de un golazo que todas las televisiones se van a hinchar a repetir en los telediarios. Uno corre el riesgo de perdĆ©rselo. Pero para eso el buen dios de internet inventĆ³ YouTube, naturalmente. Y ahora digamos que uno es un fanĆ”tico de, no sĆ©, digamos House. AsĆ­ me he pasado la primavera dedicando la noche de los martes a hacer visitas a padres o amigos que tuviesen una televisiĆ³n y que me hiciesen un hueco en un sofĆ”. Lo cuĆ”l, en realidad, ha sido una forma estupenda de pasar mĆ”s tiempo con la gente que quiero.

Total, que no la he echado demasiado de menos, excepto por el asuntillo de la FĆ³rmula 1 que aĆŗn tengo que resolver pero que como cae en domingo no suele ser problema y el de los partidos de Copa de Europa que, de todas formas, siempre han sido la excusa para ver al bueno del Miguel, como lo era cuando vivĆ­a en LeganĆ©s. Y entre una cosa y otra, han ido pasando los meses sin que me haya comprado una tele, a pesar de que valgan poquĆ­simo y a pesar de que hayan llegado las rebajas.

Y de todas formas habrĆ­a calamidades de las que la televisiĆ³n no podrĆ­a haberme librado. Digamos que justo el dĆ­a del Ćŗltimo capĆ­tulo de la temporada de House coincide con el inicio de las vacaciones, digamos que esa noche no sĆ³lo no vas a tener tele sino que vas a estar a 800 kilĆ³metros de las de las casas de acogida habituales. Y es entonces cuando uno termina rindiĆ©ndose al poder del ordenador. Hoy venĆ­a yo a casa con la sana intenciĆ³n de ponerme a buscar ese Ćŗltimo capĆ­tulo con la mula, para verlo una tarde de estas, y por culpa de un par de rebotes al azar he terminado en Espoiler, el blog de HernĆ”n Casciari dedicado a la televisiĆ³n. Pero lo mĆ”s gracioso es que he llegado cuando NO estaba buscando nada sobre la televisiĆ³n. En cualquier caso me he pasado la tarde leyendo los blogs del buen hombre, leyendo sobre la televisiĆ³n en un blog que hace apologĆ­a de la televisiĆ³n a la carta: Busca lo que te gusta, bĆ”jatelo y disfrĆŗtalo. Y a ello me he puesto.

AsĆ­ que nada, en lo que dura una canciĆ³n se ha bajado el Ćŗltimo capĆ­tulo de House. Ya sĆ© cĆ³mo termina la tercera temporada, igual que sĆ© que probablemente no vaya a ver la cuarta por ningĆŗn canal de televisiĆ³n. Ya sĆ©, tambiĆ©n, que a partir de ahora voy, de hecho, a ver mĆ”s televisiĆ³n que antes, por culpa del inmenso HernĆ”n, que me ha recordado lo mucho que me gustaba Six Feet Under, o que siempre quise ver Los Soprano, o me ha despertado el gusanillo con The Wire. Y eso en un rato de lectura, en un rato de inspiraciĆ³n. AsĆ­ que ahora corre mĆ”s prisa un disco duro externo que una televisiĆ³n, que al fin y al cabo va a terminar viniendo, cuando venga, para ir guardĆ”ndole un hueco a la consola, si es que al final algĆŗn dĆ­a sucumbo al capricho y me compro una, si es que consigo convencerme de que lo voy a pasar mejor o me va a dar tiempo a estar ahĆ­ matando, atropellando o lo que se tercie en vez de aquĆ­ leyendo blogs, trasteando con fotos, buscando, encontrando, viendo, escuchando...

HernƔn lo pone complicado, escribiendo en su otro blog (el suyo suyo, digamos) maravillas como Ʃsta (o cualquier otra de las que tiene en ese blog que se ha hecho en una tarde un sitio de visita imprescindible).

Vivimos tiempos fascinantes. Gracias a maquinitas como esta (mua, mua. En serio, estoy dejando el teclado perdidito de babas).

6 comentarios:

  1. La televisiĆ³n yo la tengo pa ver las copias de seguridad de las pelis y series que tengo por aquĆ­.

    Y desde hace 3 dĆ­as, pa la consola :)

    Para ver deportes, que lo suyo es hacerlo en directo y no en diferido mediante youtube, hay un sitio chulo www.rojadirecta.com, te bajas un par de programitas y a ver la tv online. En guiri, por lo general, pero creo que nadie en su sano juicio eche de menos a Lobato o al AndrƩs Montes.

    ResponderEliminar
  2. ¿Echarles de menos? No tener que soportarles es un plus, de hecho...

    No te hacĆ­a yo a ti deportista, oyes. Yo pensaba que ese venazo tuyo friquihintelectual te harĆ­a reacio a ver cosas moviĆ©ndose rĆ”pido. Excepto igual por algĆŗn deporte de esos escandinavos de a ver quiĆ©n lanza mĆ”s lejos un yunque disfrazado (el lanzador, no el yunque) de oso panda o los cien metros acordeĆ³n.

    QuƩ zodpdendente.

    ResponderEliminar
  3. Estoy de acuerdo con perro de lobo, los deportes en general, y un partidazo de la champion en particular, solo pueden ser vistos en directo. Si para hacerlo te da alergia la tv de usarla tan poco, hazte con Zattoo, lo bajas, lo instalas y podras ver los mismos canales que en la tv (Tele5, la sexta, cuatro...) pero en tu ordenador.
    Por cierto,jamĆ”s en la historia de la humanidad me entusiasmĆ³ tanto una serie como "Six feet under" (A dos metros bajo tierra, como la conocemos por aquĆ­), yo no pude esperar ni a La 2, ni al emule...directamente me fuĆ­ y la comprĆ© enterita.

    ResponderEliminar
  4. Que no es que me de alergia la tele, es que no tengo tele v_v

    Pero tomo nota de los programitas que me decĆ­s.

    Y la serie, buenƭsima, sin duda. Aunque para mƭ la serie que merece ese tƭtulo, el de serie mƔs entusiasmante del cosmos, fue Doctor en Alaska, hasta que mandaron a Joel Fleishman al monte de hermitaƱo por pedir un aumento de sueldo.

    ResponderEliminar
  5. heroes. bƔjate hƩroes. si el primer capƭtulo no te da ganas de verlos todos seguidos no veas el resto!!!

    ResponderEliminar
  6. Cabroya, veo grand slams de tenis y baloncesto si se juega algo importante la selecciĆ³n o el unicaja.

    Bueno, y tambiƩn opino que deberƭa haber un canal de tv emitiendo durante las 24 horas volley-playa femenino. Todo sea por inculcar el deporte a las masas.

    ResponderEliminar

Con la tecnologĆ­a de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la mĆŗsica que no le gusta a nadie y las pelĆ­culas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez mĆ”s libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pĆ”nico, no cuelgo aquĆ­.