17.7.07

horario de verano



Trae tardes infinitas.

Inmersiones en historias, en personajes, en tramas.

Lenguaje no nativo. El dulce lenguaje no nativo.

El horizonte, invisible, remoto, aquí.

Los días pasan, sin prisa. Aprovechados en el desperdicio, desperdiciados en el aprovecha...

¿Miento?

El otro día surgió la cuestión. En torno a la mesa de la partida de mus recién terminada, con el eco de la risa, con esa estúpida alegría por la victoria insignificante (la palabra estúpida puede bailar en esa frase y ponerse donde tú quieras). Alguien reconoció una mentira. Alguien dijo todos mentimos. Yo me quedé pensando que no recordaba ninguna mentira dicha a nadie de allí, y me sentí bastante bobo.

Earl. Jack. Dexter.

Sarah. Sara. Sarah. Sara. Sherhah vs S, A, R, A. El lenguaje no nativo, juguete nuevo para los oídos, para la lengua.

¿Juguetes para la lengua? Mal tema para ir escribiendo al azar. A saber qué se lee luego.

Juguetes.

Pero claro, ¿qué se podía esperar? Yo me crié con el Tente, el Lego menos pero también, el Exin Castillos. Juegos de háztelo tú mismo. Quién iba a imaginar que la mayor parte de mi futura vida sexual se regiría precisamente por aquel lema.

Claro que quién iba a imaginar nada.

La casa blanca. Las clases de karate. La casa blanca en una calle llena de arbustos y jardines. Qué estúpidos son los sueños infantiles. Aunque supongo que tuvieron su vigencia, marcaron una dirección hacia la que ir. Una dirección que afortunadamente luego uno olvida, y da tumbos.

Y se descubre viviendo en Lucero. Escuchando Mogwai. Escuchando Kinski. Escuchando GY!BE. Explosions in the Sky. Do Make Say Think.

Esta tarde del horario de verano ha sido consagrada al post-rock por las dos más altas autoridades imaginables: La casualidad y la adicción. Es lo bueno de ser adicto a tantas músicas, que uno varía. Es lo malo de ser adicto a tantas músicas, que son inmensas las ganas de quitar esto para poner otra cosa que instantáneamente querría quitar para poner otra que duraría los tres segundos que tardaría el ratón en posarse sobre otra distinta que también querría oír. Por eso lo paso tan mal cuando tengo que hacer sitio y borrar discos, en el trabajo. Porque según el ratón hace surf sobre los pixels-letras quiero escucharlo todo. Bueno, casi todo.

Escuchar música a veces es un acto de autocontrol del que jamás me creí capaz. En él se me va todo el dominio que tengo sobre mi mismo. En esto y en dejar pasar el tiempo, cuando el tiempo se empeña en no pasar. Y pensaba que eso iba a ser un problema con el horario intensivo, con el horario de verano, con tanta tarde eterna esperando con su eternidad de horas libres, con el sol recorriendo tanto camino. Pero se están portando bien. Claro que ¿cuánto llevamos, una semana y dos días? No lo sé. Es más, no tengo ni la más remota idea. Debe ser más porque estamos a quince. Más o menos. Y me parece menos porque me fui de vacaciones. ¿Ves? Todo encaja.

Y eso está bien.

Está bien que las cosas encajen.

Está bien pensar, además, que el que a veces las cosas no encajen encaja, en sí mismo.

Culpad a Cortázar.

Los matemáticos no deberíamos leer a Cortázar.

El mundo sería menos raro.

No el mundo, ¿qué es ese egocentrismo? Nuestro mundo. Bueno; mi mundo. Pero te regalo la mitad, ¿para qué quiero yo todo un mundo vacío?

Mi mundo o nuestro mundo, es igual.

Más aburrido.

¿Sabes?, menos mal que leí a Cortázar.

Y es la hora de la cena. De la cena y de empezar a ver esa serie sobre un médico forense que en sus ratos libres es psicópata.

A veces no se sabe de dónde se sacan las tramas ya.

Ni por qué me llama tanto la atención.

Ah, sí, lo sé: Porque es una forma de matar el tiempo.

Porque las tardes eternas, desiertas, desamparadas y desnudas frente a mi pereza hambrienta caen sin remisión. Mi pereza grande y terrorífica, esgrimiendo con fiereza sus armas, inmenso cuchillo y tenedor titánico. Con una servilleta de cuadros (rojos y blancos) de babero grande como Júpiter.

Las series así matan el tiempo mientras espero a que baje aquello de lo que en el blog del que hablaba ayer se dice esto, "un grupo de policías de Baltimore intenta desbaratar una red de tráfico de drogas común y corriente. Nada del otro mundo. El obstáculo, en este caso, es que los testigos no hablan, los acusados no se desmoronan, los policías tienen familia y problemas para llegar a la escena del delito a tiempo, los jueces están más interesados en sus carreras que en la Justicia, balística no funciona siempre bien, la burocracia es agotadora, los micrófonos escondidos acoplan, los sargentos se emborrachan, el café está frío y los malos, muchas veces, son más nobles y mejores que los buenos".

Se profetiza, en definitiva, que me va a gustar la serie.

Las tardes así matan el tiempo porque son la espera de días por venir. Porque de niño soñaba con una casa blanca y, creo, un BMW, o tal vez eso lo metiese después, y hoy, cuando debería haber aprendido la lección, sigo esperando y soñando como un niño en nochebuena. Solo que nunca se me han dado bien las fechas (suerte que tenga un calendario a 15 centímetros de estas palabras, hoy). O como un niño que ha aprendido la lección de que a veces las cosas llegan, por sorpresa, y no son como se esperaban, y a veces eso es genial.

O porque hay un adulto por aquí dentro, al que ninguno de los niños que son yo escucha, que aún así no pierde la fe y pasa el rato repitiendo que la lección es que no hay lección que aprender, que las monedas a veces caen de cara o de cruz, que a veces el destino le produce a uno una brecha en la cabeza de certera pedrada vengativa, y a veces uno se despierta de pronto despistadísimo y resulta que es navidad... y la lección, en realidad, es que la cadena de "...y a veces" es infinita y uno nunca sabe cuál va a tocarle después.

Lo cuál es muchísimo mejor que la caja de bombones del imbécil de Forrest Gump.

Y se ha terminado la canción, y es hora de cenar, y Dexter espera para presentarse, y luego hay que leer, y dormir, y soñar, sobre todo soñar, y luego despertar, y ver que pasa, con los ojos bien abiertos (y la Nikon preparada y en guardia).

9 comentarios:

  1. Dexter. Mi nota: putamierda.

    Sugerencia del día: Weeds.

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  2. Después de leer esto: no tienes excusas para no ver las dichosas pelis, el "no tengo tiempo" no va a colar... y si este comentario suena amenazante, es porque lo es :)

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  3. Perro, después de ver el primer capítulo, totalmente de acuerdo. Definitivamente me vuelvo a A dos metros bajo tierra.

    Y Weeds está también a la espera de espacio libre en el disco duro.

    Elena, capulla, es que las pelis que tú me recomiendas son de todo menos dichosas, ji ji :P

    Respecto a tus amenazas, recuérdame mañana que escupa en algún cazo. Pa malote yo, que soy de campo.

    No, sí, a ver si las veo. El problema es que luego por lo general no tengo tanto tiempo... estas dos últimas tardes han sido bastante excepcionales en ese sentido pero por lo general cuando tengo tiempo para ponerme a ver algo es sobre las 11 y media, y a esas horas no puedo ponerme a ver una peli. Por eso ahora estoy dándole caña a las series, porque quieras que no un capítulo de 50 minutos sí puedo verlo y luego aspirar a leer un ratito y dormir bien... y si el tiempo apura pues ahí están los 25 minutos de Earl.

    Además me llama muchísimo la atención el esquema narrativo de una serie, cómo se construye una especie de película por partes con sus tres clímax por capítulo siempre en torno a los mismos momentos.

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  4. Primero que nada me ha gustado mucho esta frase:

    Bueno; mi mundo. Pero te regalo la mitad, ¿para qué quiero yo todo un mundo vacío?

    Y segundo, a ver, ¿por qué Dexter os parece mala? a mí me pareció estupenda.

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  5. A ver, a mi la idea de la que parte la serie me parece buena, y el primer capítulo incluso me gustó. Pero conforme avanza se van viendo más y más fallos absurdos de guión, sub-tramas que sólo sirven de relleno y no son ni siquiera entretenidas (el amigo policia y su mujer), cambios en la psicología del personaje que no tienen ningún sentido (empieza siendo un psicopata sin emociones y acaba siendo una especie de justiciero emo) y sobre todo, un final asco-pena que parece parido por los guionistas de scooby doo.

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  6. Pues a mí no me parecio eso. Dexter empieza con unas ideas arraigadas, se había autoconvencido que no tenía sentimientos porque así podía sobrevivir a lo que hacía dirariamente pero luego descubre que no está carente de sentimientos. Toda esa evolución se ve sobretodo cuando está con Rita, su novia. Se nota como empieza a preocuparle sus cosas, a sentirse mal cuando ella estaba mal,...

    Al final creo que intentaron reflejar esa lucha interna, lo que creía que era, sus instintos asesinos alimentados por el malo (casi hago un spoiler xD) y lo que realmente era.

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  7. Me ha gustado mucho, a pesar de que según leía no podía dejar de decir después de cada coma, "capullo, otro con horario de verano..."
    Hay tantas cosas aquí q me suenan familiares...pero sobre todo lo de la música, es exactamente eso, pones una canción, y a los dos segundos ya estás queriendo irremediablemente escuchar otra y así n veces justo hasta que pongo purple rain y entonces el mundo se para...
    Pues eso, q es tu blog y me excedo en los comentarios, disfruta del horario de verano y nunca pierdas la fe.
    Besos

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  8. ¿Excederte en los comentarios? Mujer, teniendo en cuenta que respondes una media de una vez cada ochocientos cincuenta y seis meses yo creo que excederse no es la palabra, ¿eh?

    Lo del horario de verano deja deja, para un motivo que tengo de darle envidia a alguien... De todas formas intentaré dedicar las tardes al hastío, el existencialismo y las crisis existenciales, a ver si así soy menos envidiable, ja ja.

    Lo de la música, me alegro de haber encontrado un alma gemela de agonía. Encima con esta fijación mía de escuchar sólo discos enteros en la medida de lo posible... cuando pongo alguno del que me gustan la primera y la última, y aguanto ahí como un campeón... no sé, me siento como Ulises atado al mástil y escuchando a las sirenas decirle guarradas, solo que sin la cuerda, aguantando a puro espíritu de "pa chulo yo".

    Y del resto de cosas que te suenan familiares ¿¡quieres contarnos algo sobre tus rutinas sexuales!?, ja ja ;)

    En fin, muchas gracias, e igualmente a las dos cosas del final (y no tengas miedo, estoy estancado en los 128 segundos).

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  9. Bueno, comprenderás que tus lloriqueos de siempre no me convenzan: en dos semanas ocioso te podía haber dado tiempo a ver alguna peli que otra, tampoco digo todas. Y si no te parecen dichosas, no te apures, nunca creí que fueras a comprender el argumento, pero tenía que intentarlo ;P
    Si escupes en algún cazo, procura que sea el que contiene tu cena, anda. Es que si no, se me pueden caer tus llaves a la basura y sería una pena. Bueno, que te veo esta tarde, cuídate y dales un beso a tus papis de mi parte.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.