Este otro tarro es tan oscuro porque dentro no hay forma de ver nada. Contiene una noche, una noche de tantas, esas noches que suelen definirse como una noche de estas. Que peligrosamente siempre podrían ser una noche de estas.
Una noche en la que uno está cansado, cansado a varios niveles; físicamente, mentalmente, psicológicamente, moralmente, tangencialmente, vorazmente, epistolarmente. Empíricamente. Atrozmente. Gravemente, probablemente. Fugazmente, no sé yo, no sé yo. Divinamente, lúbricamente, impúnemente demente; cansado, simplemente, Javier Clemente y en fin, servirá, por qué no, cualquier cosa que termine en mente.
Jesús. Cómo pasan las motos bajo mi ventana.
Qué envidia.
Y mis manos apenas se mueven.
Qué indiferencia.
Y no hay nubes.
Qué pena.
Volvamos al tarro, y te dejo que te vayas fuera, al calorcito, al resplandor azul de este cielo nocturno madrileño, asesino de estrellas y travesti marino. Es sólo cosa de un segundo, lo que se tarda en leer cuatro versos, en realidad. El tarro está frío, está lleno de noche y esta trementamente desierto. Dentro, como mucho, le cabe una estrofa un nocturno de Girondo, como el que luce la etiqueta, que es aquel que dice...
Noches en las que nos disimulamos bajo la sombra de los árboles, de miedo
de que las casas se despierten de pronto y nos vean pasar, y en las que el
único consuelo es la seguridad de que nuestra cama nos espera, con las
velas tendidas hacia un país mejor.
...y donde da igual la fé en los relojes y en el martilleo inclemente de las horas, y canciones como esta campan a sus anchas.
28.6.07
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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.
Dicho cansinamente...
ResponderEliminarLa noche que yo amo es turbia como tus ojos
larga como el silencio, amarga como el mar.
La noche que yo amo crece entre los despojos
que al puerto del fracaso arroja la ciudad.
Y me quedo divinamente, ¿cuando te compras una moto y me das una vuelta? v_v
PD: qué bonita esta canción... incluso al guarri sonido de mis guarri no-altavoces.
Si alguna vez me toca el euromillón creo que lo primero que voy a hacer va a ser comprarme una Hayabusa, así que nada, tú sólo espera a que se forme bote, que si no son 80 kilos no interesa.
ResponderEliminarY la canción, buf, buf.