6.5.07

tecleo luego existo

Domingo como aquello que cantaba el Evaristo, luce el sol y cantan los pajarillos. Domingo atípico. A pesar de que a las 7 de la mañana la cosa amenazaba tormenta, los demonios afilaban los puñales y la depresión me pedía un rato de teclado, un post negro, un rato de vuelo rasante por las zonas de niebla que ya, de todas formas, no tienen ningún peligro, de veces que las he recorrido; ya las conozco mejor que a los pelos de mi perilla, mejor que a las venas de mi, em, ejem, mira lo que pasa por huir del topicazo de la palma de la mano.

Pero no. Resistí, hice un rato el gañán, me entretuve viendo fotos hasta que certifiqué que era capaz de quedarme dormido sentado mirando la pantalla, y me desplomé en la cama para despertarme a las 4 y media de la tarde y descubrir este cielo azul que aún ahora se resiste a desaparecer, alargando el fundido en negro con promesas de verano y de tardes eternas. Así que me he arrastrado por casa siguiendo las rutinas dominicales, pasar unos ratos en el baño afanado en diversas tareas, elegir el menú, tirar de reservas que eviten perder tiempo en la cocina y plantarme delante del ordenador con una peli para ver y un plato de lentejas lleno hasta el tope. ¿La película? Nada de metafísica, nada de cargas de profundidad, la película de un domingo tiene que ser ligera, igual que la comida tiene que ser contundente, así que ha tocado La Leyenda del Luchador Borracho, del insigne Jackie Chan. Los domingos son el día libre de mi crítico cinematográfico interior. Y luego algo había que hacer, y como en mi vida hay diversos dramas que debería resolver he estado pensando en cuál centrarme, y tras meditar medio seriamente escribir una oferta de sexo para colgar aquí (tenía claro el principio, "varón heterosexual de 31 años, con perilla, gran apetito, borde, antisocial, de izquierdas, con cuatro kilos de más y gustos musicales intolerables busca...", y el final, "votantes del PP e integristas de cualquier tipo abstenerse") y pensar sobre cuál era el momento idóneo para fregar platos al final he ido a por los problemas realmente serios, y como a Chesterton le quedan dos telediarios he ido a por más materia vegetal procesada y decorada con manchitas negras, cambiando papelitos de colorines por tres de estos ejemplares a los que por abreviar llamaremos 'libros' y tres monedas que luego se tragó una máquina expendedora de tabaco. Y me vengo con un libro (otro más) de mi escritor favorito en español, Roberto Bolaño, y otros dos (otros dos más) de mi escritor español favorito, Quim Monzó. Prometen. Prometen, a bote pronto, contarme algo más de Arturo Belano, convencerme con 69 razones de que no tengo que bailar con Neruda, pasearme por 12 ciudades y bombardearme con historias cortas.

Sé que me lo voy a pasar bien, igual que sé que cuando acabe voy a terminar con unas ganas desesperadas de una novela, así que imagino que es hora de empezar a acorralar el nuevo de Baricco, que la Reportera Intrépida ya dijo lo justito y necesario para despertarme la gusa.

Y tanto la compra de libros como las visitas a la Gran Vía tienen tributos que rendir, cosas que es imprescindible hacer, así que toca remolcar los libros por medio Madrid y terminar, en realidad sin sentir ninguna sorpresa, viendo cómo uno se pasa por un bar (por El Bar) con la intención de pedirse un zumo y termina con una cerveza, una empanadilla y un chupito 'dominguero' (camarero dixit) en el buche.

Son las once. Tecleo. Dejo pasar lo que queda el domingo, pierdo el tiempo, en parte para acercar la hora del cierre, la hora de darle la lata a la almohada, en parte por robarle oportunidades a los demonios de esta mañana, que como son así de majos igual deciden dormir, y en parte, y sobre todo, porque me encanta perder el tiempo, porque perder el tiempo me hace feliz, porque me gusta teclear. Tecleo también porque cuando termine iré a por la cena, pensaré en poner otra película, leeré el resumen del 3-2 que le hemos metido al Sevilla. Tecleo porque estoy escuchando Oceansize y su batería asincopada y sus guitarras hiptnóticas me están matando de gusto, tecleo porque mientras tecleo no me acuerdo casi del resto de dramas bobos que me arruinan esta felicidad estúpida que yo podría estar sintiendo con una pizca de vida más, ya ves, algo de roce con alguna muchacha, algo de tiempo para dormir, algún genio embotellado que se dedicase a fregarme los platos y lavarme la ropa, algún bate de beisbol que me saque las ideas tontas de la cabeza.

Son las once y diecinueve. Tecleo para dejar pasar el tiempo (en eso, mira, estoy teniendo éxito) pero también para detenerlo. Tecleo para congelar este instante, que no tiene nada de especial, que no tiene ningún mérito, un instante ordinario y vulgar como tantos otros, pero tecleo para congelarlo simplemente porque puedo hacerlo, simplemente porque es una cosa de teclear.

Y como tanta gente supongo que, en definitiva, tecleo para seguir contando cosas, aunque sean vulgares y ordinarias, porque así, contando algunas cosas, puedo conseguir no contar las otras cosas.



(por cierto, el título es por hacer la coña. Pero ¡que conste que sigo de acuerdo con el razonamiento de Descartes!)

11 comentarios:

  1. teclea, tu teclea. q nosotro leemos tus momentos congelados, tus saltos vertiginosos entre neuronas, tus anuncios por palabras con demasiadas palabras y sin concretar nada.

    teclea, porque me encanta leer lo que tecleas en estas primeras horas d lunes q a mi me siguen pareciendo domingo!!

    ResponderEliminar
  2. ¿Demasiadas palabras? Joder, ¡si sólo iban 32! :D

    Aunque supongo que se puede resumir. Resumiendo resumiendo se puede llegar a hacerlo en una: "¿Sexo?"

    Y los anuncios no concretan (me es imposible escribir esa palabra sin que se me llene la boca de saliva, ah, y aún me dura en la nariz el olor a croquetas del bar al que fuimos a tomar unas cañas ayer, tecnicamente anteayer. Qué tortura, tres cañas al lado de una pila de croquetas con una pinta deliciosa...), claro, son las respuestas las que sirven para concretar cosas.

    Lo de los saltos vertiginosos entre neuronas me ha llegado al alma, muchas gracias por ser tan poética y tan educada para comentar lo incoherente que puedo llegar a ser, ja ja.

    A mí esto no es que me parezca domingo, es que hasta que no duerma pienso seguir llamándolo domingo.

    Domingo, domingo, domingo. Domingo. Toma, lunes de mierda: ¡domingo!

    Calendarios a mí, ja.

    ResponderEliminar
  3. Te llevo leyendo unas semanas y no te he contestado nunca. Me gusta mucho tu forma de escribir, pero tus fotos me gustan aún más (espro un retrato de esos tan uenos que no pare de enseárselo a la gente).

    Pensé que no ibas a decir nad del Madrid; Van Nistergol es la polla!!...y Guti caro jejeje.

    Que pases bie la semana, este finde vamos al pueblo.

    1 abrazo.

    El Dáviz

    ResponderEliminar
  4. Pues hola, tocayo, y bienvenido, aunque sea con retraso. Dicen mis fotos que muchas gracias, y mi prosa que gracias también, aunque lo dice así con la voz falsa de la envidia a la cámara...

    Y cómo no voy a decir nada del Madrid, hombre. Era imposible, sobre todo porque mientras escribía a fuego lento aparte de la música tenía puesta la radio tan feliz con el Carrusel.

    Yo el finde creo que no iré al pueblo (aunque hay una idea loca de ir a Talavera a ver a Barricada que hay que meditar bien), pero al siguiente supongo que nos veremos, qué remedio, ja ja.

    ResponderEliminar
  5. Ay madre mía... he visto que te gusta Roberto Bolaño (vamos, que es tu favorito)... a mi también me gusta (no lo he leído todo, pero me gusta). Para que luego vayas de iconoclasta (ji ji ji)... perdona pero tengo el cerebro licuado y poco ocurrente...
    ... voy a leerme el resto del post pensando en Bolaño y Turner...

    Besos,
    K

    ResponderEliminar
  6. ¿Pensando en Bolaño y Turner? Eso me hace sentir orgulloso, eh.

    Yo tampoco me he leído todo lo de Bolaño. Voy sin prisas con él, para que dure. Me he leído por ahora Los Detectives Salvajes, que pasó directamente a mi olimpo literario junto a Rayuela y Océano Mar, y Llamadas Telefónicas. El que me he comprado ahora es Putas Asesinas (qué grande el título).

    Y bueno, ir de iconoclasta lo sigo haciendo, a Bolaño lo conocemos cuatro gatos.

    Por lo del cerebro licuado tranquila, es lunes, es inevitable tener las neuronas refritas.

    Besos, besos, sí.

    ResponderEliminar
  7. Hoy estoy puñetera, ya ves, me he levantado chinche y con ganas de joder la marrana. Pero es Lunes y ya se sabe, los Lunes, mejor no tocar mucho las pelotas. Aunque hablando de pelotas, tenia yo ganas de picarte un rato con los dos puntos que aun os sacamos. Upps! perdón! mejor me callo, que no tengo muy claro si existe la posibilidad de que un puño bidimensional surja de mi pantalla y me estampe contra la pared del fondo.

    ResponderEliminar
  8. La palabra clave es "aún". Paciencia, paciencia, que verás como al final el Atleti nos hace un favorcillo (más), ji ji.

    Si quieres picarme prueba con otra cosa, yo con quedar segundos y ahorrarnos la gira de verano de la Champions me doy con un canto en los dientes, y tengo muy claro que si ganásemos sería porque el Barça la cagase, y que no la estamos ganando por haber hecho tanto el capullo en casa.

    Pero yo, a diferencia de mis correligionarios, no soy nada anticulé, ¿eh?, a mí normalmente me gusta ver jugar al Barça. Aunque ahora andáis algo mustios. Pero cuando lo pienso lo primero que pienso no es "qué guay" sino "qué pena".

    Y yo no voy por ahí estampando puños, yo sólo vocifero y hago gestos de rabia agitando los brazos, más que nada por el qué dirán.

    ResponderEliminar
  9. Lunes de reincorporación.

    Anoche dormí fatal. Estaba nervioso a pesar del diacepam. Esta mañana no era mejor, me latía el corazón a toda velocidad, me asaltaban fúnebres pensamientos que implicaban hachas y páncreas fuera de su sitio...

    Reincorporación. Constatación de que los zagales de 17 años son gilipollas. De que los críos de 12 y 13 son eso, críos, y si les explicas perspectiva cónica se cagan.

    Reincorporación. A última hora viene una chica guapísima a hacer actividades de prevención de la violencia. Yo lucho por mantener el silencio durante la clase, pero solo la miro a ella.

    :D

    Fin de la jornada laboral. Subidón. Me apunto a un curso de diseño web. Me compro libros de diseño y maquetación. Me pongo al día con el curro. Sudo, canto, hablo.

    Lunes.

    ResponderEliminar
  10. Grandes Frases Erróneas Presenta:
    Hoy CINE.

    20/03/45. John F. sobre 'El nacimiento de una nación':
    - Es una pelicula asín con mucho colorido y grandes dialogos.

    30/01/75. Pedro C. sobre 'Bullit':
    - Me encanta porque es tranquila y representa la paz y el amor.

    02/08/86. Jane K. sobre 'Alguien voló sobre el nido del cuco':
    - Va de unos pájaros y tal.

    07/05/07. David R. sobre 'La leyenda del luchador borracho':
    - Es una pelicula ligera.

    ResponderEliminar
  11. Vale, asumo que la temática sobre las raíces de yinsen, el tráfico internacional de sellos de jade y la cabronería de los ocupantes ingleses, que quieren comprar la escuela del maestro, son temas de lo más profundo, como también lo son el alcoholismo, las relaciones paternofiliales, la ludopatía y demás temas que la película trata.

    Pero es que estoy cargadito de prejuicios y cuando una película tiene todo eso como base para dar un recital de saltos, puñetazos y patadas, yo la sentencio como ligera y me quedo tan pancho, oh, yo blasfemo, oh, yo, retrógrado, oh, yo pecador.

    Debería colocarla a la altura de La noche del cazador, de La lista de Schidler o como coño se escriba, pero es que no me sale, soy asín. Pero me conoces y sabes que lo digo por dármelas de intelectual, es una peli de bofetones y tengo que decir lo que he dicho, jo.

    En fin. Me pareció divertidísima, la verdad. Y el boxeo borracho, lo mejor de lo mejor. Y lo de echar gargajos inflamables la leche, y cuando Jackie Chan se cae a las brasas y sale gateando de espaldas me estaba doliendo a mí en las manos, qué pavo más animal y qué pedazo de sádico el guionista.

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.