Ayer por la mañana, antes de salir de casa, dejé un dvd grabándose con unas cuantas pelis que me he bajado por la cara de internet, circunstancia esta que probablemente atraiga las iras de, no sé, los bandoleros de la SGAE, incluso considerando que tales películas no las he encontrado por ninguna parte, y cuando llegué de vuelta a la hora de la comida el ordenador estaba apagado. "Qué raro", me dije yo, "juraría haberlo dejado encendido grabando un DVD, dum di dum di dum di dum", porque a veces tengo mis momentos de lucidez y porque a veces voy por ahí canturreando cosas estúpidas, y pensé que igual antes de irme le había dado al botoncillo de apagar, porque a veces tengo mis momentos de írseme la pinza. Así que nada, le di al on, y me fui al baño o a la cocina o a alguna otra parte. Cuando regresé a la habitación, el interruptor parpadeaba como los intermitentes de esos coches que siempre ponen tan nervioso por ir a toda leche, y aquella era toda su actividad distinguible. Mala señal que a mí, avezado personaje de las tragedias de los ordenadores, no me preocupó mucho. Lo sometí al proceso estandar de resolución de errores de la materia (apagar, encender) y pasó lo mismo. Así que me lo traje al trabajo, donde tras un rato de destornillador y otro rato de chateo el informático local y un técnico de HP me dijeron que era un problema de algo relacionado con la entrada de corriente y que fuese corriendo a la tienda con el ordenador bajo un brazo y la garantía en la otra.
Lo que significa que no tengo ordenador en casa (lo cuál no es excesivamente dramático en un trabajo en el que tienes otro portátil para lo que te de la gana), y que hay una cantidad de entre 4 y 6 GB de fotos de las que faltaban bastantes por pasar a DVD. Pero por lo visto no hay mucho peligro de que el disco duro haya sufrido daños (estoy viendo demasiado cine bélico últimamente, lo sé), así que una compi de oficina se ha llevado mi maquinita para ver si entre ella y su friquihermano consiguen rescatar mi directorio de fotos antes de ir con el ordenador a la tienda, así como precaución extra.
Al final lo más curioso del asunto es que precisamente esa mañana le contaba yo esta compi de curro que la gracia del fotoblog era subir una foto al día pa lo bueno y pa lo malo que cantaban los Platero, y que por eso aunque anteayer hiciese ochenta fotos sólo tenía por ahora una subida, y que por eso aunque me vaya este finde de despedida de soltero o el que viene de puente o en agosto a Dubrovnik esos días seguirán subiendo fotos puntualmente, si no pasa nada terrible relacionado con servidores ardiendo, coches atropellándome y demás imprevistos. Y justo ese día voy y me encuentro sin fotos por subir y con el fin de semana ocupado.
Una foto al día, pa lo bueno y pa lo malo: Pues nada, habiendo ordenador, habiendo cámara y habiendo Photoshop instalado, había que tirar p'alante.
Ayer hice unas ocho o diez fotos, por entretener las manos, mientras esa misma compañera (la tengo explotada a la pobre) me servía de chofer a la hora de comer; así que había que tirar de ahí. Y entre postprocesarlas un poco, subirlas y el curso de Photoshop terminé a las mil anoche, habiendo dejado 4 fotos que yo considero malas para que se subiesen anoche, esta noche, la noche del sábado y la del domingo. Son malas, pero en cierto sentido yo creo que son curiosas; Son las fotos que hago cuando no tengo delante un blanco claro, algo así que me den ansias de fotografiar. Son la respiración de la cámara y de mis manos. Son una pequeña muestra (pero supongo que un ejemplo representativo) de lo que voy mirando por la calle. No sé, visto así yo creo que el asunto tiene su interés. Porque a veces, ya lo sabes, soy un optimista.
En fin. Por lo demás el mundo sigue estando loco; los cachorros de osos polares reciben amenazas de muerte, el Partido Popular emprende con entusiasmo la campaña electoral, mirar fotoblogs a estas horas puede matarle a uno de hambre, y sigo sin haber visto el mar en invierno, leñe.
20.4.07
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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.
Se supone e la foto de hoy es una de las malas?
ResponderEliminarPorque a mi me gusta.
"La respiración de la cámara y de mis manos" ... me ha gustado.
ResponderEliminarHace muchos años pasé varias veladas acompañando a un fotógrafo (o intento de)a modo de transportista de (lo que se terciara, "chica para todo", algo que se me daba bien hacer). Cosas de la edad, del poco entendimiento y del mucho sentir, pero ... no era eso a lo que iba.
Tu frase me ha hecho recordar aquellas veladas, sobre todo una muy especial: el día 25 de diciembre mientras los demás dormían, yo andaba adosada al fotógrafo, intentando captar lo que él observaba y sintiendo como su cámara y él respiraban ...
Nunca lo expresé así, no siempre se encuentran las palabras. Gracias, por acercármelas.
Bueno, malas no, malas malas son las que he descartado, pero sí que es cierto que no fueron hechas con la misma intención que la foto del Templo de Deboh, que quieras que no buscaba una cierta espectacularidad y tal... Pero luego en el postproceso siempre te pasas un rato y las coges un cierto cariño.
ResponderEliminarTal vez de todas la de hoy sea mi favorita, en parte porque es una especie de índice de mis obsesiones fotográficas en la zona del curro; En los edificios de la izquierda se ve la terraza de la que tengo mil fotos (como aquella que se veía en dos cuadrados, uno con la terraza enfocada y una ramita delante desenfocada y el otro con la ramita enfocada y el edificio desenfocado), el edificio de la derecha es el hospital con la torre y la cruz que tengo en otras mil fotos (esas de cielo dramático con cruz dentro son casi todas de ese campanario), el paso de cebra que hay bajo ese semáforo es otro que también tengo desgastado de hacerle fotos, y de esa calle tengo también otras cuantas fotos, esa cuadrada de hace unos días en blanco y negro o uno de los primeros experimentos con las HDR, una inclinada que quedó bastante bien...
Pero es eso, no iba buscando Una Foto, iba fotografiando. Son fotos más encontradas que otra cosa. Y eso a mí hace que me sepan por un lado a menos, porque, no sé, no llevan ese trabajo de currarse la búsqueda, pero por otro quedan como más espontáneas, más vivas.
Meditaré sobre el tema.
Verónica, un placer. ¿Y el fotógrafo, o pretendiente a, no se ponía nervioso? Porque yo hay gente que me intimida, cuando estoy haciendo fotos. Supongo que porque en parte es algo íntimo.
Se ponía nervioso con todo y con todos, salvo con la transportista, ahora que lo pienso ...
ResponderEliminarY, ya que me pongo a pensar: seguramente, si no le atacaban los nervios, es por eso que has dicho: era algo íntimo.
Uyssss, ¿quien me mandará a mi ponerme a pensar a estas horas de la mañana, con la hambre que hace, y, encima, un viernes?
Reitero las gracias, por si no lo he dejado nunca dicho por escrito, me apasiona encontrar los "nombres" para las situaciones que se me quedan sin palabras.
Tengo un amigo fotógrafo increíblemente poco intimo. De hecho, como es la única referencia que tenía, estaba convencida de que todos los fotógrafos eran iguales. Se pasa el día persiguiéndote y buscándote desde todas las posturas, saca la cámara (el bicho enorme) en las situaciones mas inapropiadas, la mete en la sopa y te la cruza en mitad de la cara si hace falta. No se corta un pelo, le he visto sacar fotos en situaciones donde pensé que terminaríamos siendo linchados (me ha dado un par de viajecitos memorables), gestiona lo ingestionable por una imagen. Creo que Vega es testigo de alguna de sus gestiones y puede dar fe de su falta de vergüenza...
ResponderEliminaryo?? uy pues no me suena... o estoy tan acostumbrada a que la gente saque la cámara y dispare a diestro y siniestro que ya ni me entero...
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