9.3.07

entre dos parpadeos


Se abren las puertas, salimos en tropel hacia el tunel que conduce al recodo y luego a las escaleras mecánicas. Hay gente que baja y emprende la carrera para cazar el metro antes de que se escurra por el túnel hacia la siguiente parada, Moncloa. Entra en escena una muchacha (primer parpadeo) que ve el tren que pita, avisando del cierre de las puertas. Su cara se ilumina con una sonrisa y comienza a correr, pasando a mi lado (segundo parpadeo).

No sonríe porque vaya a coger el tren. Es más, probablemente ya no llegue. Sonríe porque ha decidido correr. Y eso me hace sonreír a mí.

Salgo a la calle a media tarde. El señor Oracle se está peleando con la señora Memoria, una batalla doméstica en la que yo no pinto nada, y como sé que les va a llevar un rato he huído a tomar el aire, a ver pasar gente, a matar el rato, a acechar en los ascensores a las profesoras de la academia del sexto piso. Levanto la vista, para verificar que todo sigue en su sitio (la torre coronada por una cruz que has visto en ya demasiadas fotos, la combinación edificio/rama, el paso de cebra, etc. Tengo toda la zona retratada, ya). Cae el sol por el oeste, cosa nada sorprendente dada su costumbre y la hora de la tarde. Y de pronto (primer parpadeo) un grupo de aves (¿palomas grandes? ¿patos?) vuelan en una formación deshilachada y distraída, con algunos miembros rezagados. La calle ya está en sombra, pero los pájaros, iluminados por el sol a la fuga, arden en el cielo azul (segundo parpadeo).

Yo disfruto y me lleno los ojos de ese fuego frío con plumas enmarcado en azul. No he bajado la cámara, claro, así que el espectáculo es exclusivo para mí, es mi deber asistir a él, beberlo con los ojos. Así lo hago.

Enciendo el ordenador y surge una ventana donde se desarrolla una conversación (excepto las cotas de los parpadeos, el resto es cortar y pegar):

(...)
david dice:
uy qué mala idea el paraguas con estos vientos, ahora que lo pienso.
Pajarillo dice:
aquí ya pasó el viento, después de arrancar árboles y tirar tapias
david dice:
sí, lo he visto por la tele. Yo hoy he visto pájaros, ayer no vi ninguno. (primer parpadeo) Como ave que eres ¿cómo os las apañáis con tanto viento, para no terminar estampados en una tapia?
Pajarillo dice:
Somos dioses
(segundo parpadeo)

4 comentarios:

  1. me ha encantado eso de "sonríe porque ha decidido correr y eso me hace sonreir a mi". he sido alguna que otra vez la chica que corre, y es interesante saber que hay un desconocido enfrente sonriendo cómplice!!

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  2. Un día que ví venir el autobús yo también decidí correr, corría a la par del autobús, los de dentro me miraban expectantes, claro el autobús me ganó la carrera y al llegar a la parada todos los pasajeros miraban ansiosos, yo creo que hasta me jaleaban, me dió tanta vergüenza que en vez de subir al autobús seguí corriendo...

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  3. Pues entonces te entrenarías para unos juegos olímpicos ¿eh?

    Oye, Daví, ¿qué es eso de ir por ahí pegando conversaciones que mantienes con los dioses por las noches? No te he dado permiso. ¡Cerdo!

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  4. Qué curioso yo también vi esa bandada de pájaros ¿migratorios retornantes? y también se lo comenté a jota hmmm conexionesconexionesconexiones

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.