28.6.06

Triste religión

...esta en la que los dioses, periódicamente, nos fallan a la primera de cambio, siempre en octavos o en cuartos, en fin. Cuando se dice que el fútbol es la nueva religión del pueblo yo creo que no se tiene en cuenta esto. Es que mira a los judíos, a los católicos, a los musulmanes, a los budistas y demás, ¿cuántos de ellos se ven sometidos al estrés de ver a sus dioses peleándose con los dioses de los demás cada dos años, entre Eurocopas y Mundiales? Ninguno, y por eso la religión del fútbol da satisfacciones más intensas que las otras (a no ser que uno tenga una ligera confusión sobre las señales que emite su cuerpo, digamos en plan Santa Teresa, o sea hermitaño y se alimente a base de las setas que encuentre en los bosques), porque si bien es cierto que los creyentes tradicionales suelen encontrar en sus creencias y su fe un consuelo para las vicisitudes de la vida, este no suele ser más que la esperanza de que al final alguien le va a llegar, le va a decir que todo era broma y que ya que se muere es cuando empieza lo divertido (sinceramente y lo siento por si algún creyente me lee y se ofende pero que se ponga en mi lugar, hay que ser bobo para creerse algo así). Pero claro, uno sólo se muere una vez, y Eurocopas y Mundiales puede tragarse unos cuantos. De acuerdo, no es lo mismo la vida eterna que un partido del mundial, por mucho que los partidos de Italia puedan hacerse eternos ni que la idea de la eternidad no sea considerada como la pesadilla que sería por gente que al fin y al cabo lo que busca es darle esquinazo al miedo a la muerte, pero entre un consuelo siempre aplazado que se revela una estafa cuando nadie puede denunciarlo y ver unos cuantos partidos buenos al año, me quedo con el fútbol.

Además tiene sus ventajas. Las ceremonias de las otras religiones mayoritarias no suelen permitir que durante su celebración uno se esté tomando cañas y tapas en cualquier bar, que siempre es un plus, y luego el fútbol es un lugar muy útil en el que invertir un montón de tiempo de reflexión que, sin esa excusa, siempre podría terminar en la forja de alguna paranoia.

En fin, que España perdió anoche, y tampoco mereció ganar a Francia, porque mucho bailarles y poco llevárnolos al huerto. Así que hoy el día se ha presentado súbitamente amplio, sin ese espacio que se le come el mundial, que ya tiene bastante menos interés. Las paranoias dan saltitos de alegría mientras forman una desordenada fila para desfilar por mi mente. Yo preparo una buena cuerda para atarme al mástil de mi barquito en plan Ulises y dedicarme al estoicismo, mientras medito si será buena idea hacer eso siendo mi barquito un submarino como es.

Mientras el sol pinta las cortinas de la oficina, la gente que camina por la calle va sonriendo, el cielo tiene un tono azul que me provoca ganas de gritar y el mundo sigue girando gordo y perezoso mientras cuenta las vueltas que le faltan para el fin de semana, donde pueda dejar la rutina semanal un poco de lado sabiendo que aquellos que le vigilamos andaremos distraídos en otras tareas. Vamos, que el apocalipsis del fútbol parece bastante más llevadero que el que describía la Biblia.

7 comentarios:

  1. Con que sí ¿eh? pues ya que estamos, yo flaqueo y mucho con las tildes, que más de una vez me las como y otras las coloco donde no debo... pero Ermitaño según mis crucigramas es sin H (aquí va una pedorreta que no se onomatopeyizar)

    No estoy de acuerdo con lo de que no puedas asistir al rito católico sin tomarte unas cañas y unas tapas, los domingos en la 2 retransmiten La Santa Misa y por lo tanto si vas a un bar y pides que te la pongan, lo mismo te hacen caso. Y en el fútbol tampoco te regalan una hostia y un trago de vino aguado ¿a que no?

    Aunque ayer vi más fútbol que durante todo el resto del año, tengo que alegrarme de que España no ganase, porque eso le da una tranquilidad a cierto espécimen canino que conmigo camina. Ayer después de un petardazo que tiraron con el gol del penalti el pobre animal no se atrevía a salir, me costó convencerle con todo tipo de tonitos tontos y despreocupados, y luego fuí todo el camino encomendándome a las más altas esferas para que durante el paseo no marcase España ningún gol porque ello hubiera provocado el retorno a casa más acelerado que si hubiese ido en trineo.

    Mi adoración por Zidane ha aumentado al 100% y es porque me encantan los malos malosos jejeje

    ¿Qué hago yo comentando un post futbolistico? º-º

    ResponderEliminar
  2. Pues tocar las narices un rato, supongo :D

    No en plan peyorativo, ¿eh? Ni literal.

    Además no era un post futbolístico, esconde profundas reflexiones sobre la religión, a las que supongo que para variar nadie dedicará un momento v_v

    Aclaremos algo: Para mí tanto a las palabras ermita, ermitaño y urraca les falta una hache al principio. Qué le voy a hacer, ¡me gustan con ella! Y de cuando en cuando las escribo (no mucho porque no son palabras que se diga todos los días... "el otro día al ermitaño de la ermita le picó una urraca" y cosas así) y les planto la hache y alguien, como tú, me dice ¡BRGLRFPRTLG! y yo digo "uy, sí", y lo corrijo o hago acto de contricción, me prometo que no lo volveré a hacer y cuando vuelven a salir les vuelvo a plantar su hermosa hache.

    Lo de las hostias (que me alegro que lleve hache y que hay gente... no quiero señalar a mi agente pero ahí está... que, ¡horror!, la escribe sin hache) y el vino aguado... prueba a irte al campo del Osasuna con una camiseta del Osasuna, para lo de la hostia, y al del Rayo con una botellita de agua para lo del vino aguado (el vino te lo dan allí).

    ResponderEliminar
  3. Te odio. Eres incorregible.

    Las urracas no pican roban o te persiguen si vas con un perro o perra; las que pican son las habejas porque las habispas muerden.

    Y si tu agente escribe Ostia pues está perfecto, una ostia sin H es muy bonita y queda bien a cualquier hora. ale o hale

    Te doy la razón en que es preferible llevar el agua al campo del Rayo o el saco de dormir al del Osasuna, seguramente no hay que hacer cola en silencio para que te den un miserable traguito acompañado de una insípida oblea
    ^-^

    ResponderEliminar
  4. Pues entre las (h)urracas, las abejas y las avispas las únicas que tienen pico son las primeras, y si picar es actuar con el pico... ejem ejem...

    Lo de ser incorregible, bueno, lo siento, es un efecto secundario de tener razón siempre, ¡qué le vamos a hacer!

    Y no sé a qué misas habrás ido tú pero que yo sepa vino no dan. Si no... en fin, muchas cosas podrían cambiar...

    ResponderEliminar
  5. Las abejas tienen aguijón pero nunca he oido algo como... ¡¡ me ha aguijoneado una abeja, me ha aguijoneado una abeja !!
    Si alguien viene diciéndome algo así, lo más probable es que en lugar de condolerme por su sufrimiento tenga que irme corriendo a carcajearme donde no me vea.

    Yosiempretengorazónyosiempretengorazón... Trolero. Lo mismo yo no te la puedo quitar en estos momentos, pero fijo que alguien te la ha quitado más de una vez.

    A mí me dieron vino cuando hice la comunión...pero vamos que hace años que solo acudo a misas negras, no se como andará el clero últimamente. Se lo preguntaré a mi santa madre.

    ResponderEliminar
  6. Para tomar vino les recomiendo una buena iglesia luterana como la de la esquina de casa, donde a todos convidan con pan y vino
    Y de paso el pastor te pone sobre aviso que cuando te moris te podris... jaja nada de nubes rosadas y angelitos aporreando arpas^-^

    ResponderEliminar
  7. ¡Eh, eh! ¿Qué es eso de las ostias (yo la prefiero si hache, ¿ves? Me suena más contundente) en el campo de Osasuna? Aquí no pegamos a nadie, y menos si lleva una camiseta rojilla. Supongo que querrías decir otro campo u otra camiseta.
    Y este año no ha hecho falta el saco de dormir en ningún partido (el que viene ya veremos).
    Y si de comulgar se trata, en el Bernabeu lleváis unos años comulgando con ruedas de molino, así que no te hace falta irte tan lejos.

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.