12.11.10

voy a escribir tres posts en menos de 24 horas

Y sirva eso como acto de contricción por esta ausencia mía que tantos codazos me ha granjeado, qué cardenales tengo en los riñones, ay.

Y sí sí, tres posts en 24 horas. Si los multiplicamos salen 72 horas x posts. Y si elevamos los primeros a lo segundo sale 282.429.536.481 posts elevados a horas, unidades estas absolutamente inútiles pero que nos sirven para aproximarnos a números que tratamos con poca frecuencia. Porque ¿cuánto hace que no le dedicábamos un par de segundos de atención al número 282.429.536.481? ¿No la merece, eh? ¿Qué ha hecho el pobre número para merecer no ya una fracción sino una división por infinito de la cantidad de textos que se han hecho en relación al número Pi?

Pero mejor vuelvo al tema de los tres posts. El primero, este, es una especie de disculpa, una explicación de mi ausencia que sucederá, estimo mientras escribo, allá por el último o los dos últimos, o los tres últimos párrafos de esta entrada. Los dos siguientes serán críticas literarias. Es decir, basura accesoria, pero estoy sintiendo yo la necesidad de expresarme y hace un rato estaba yo en la ducha frotándome fructuoso y me dije "¿y dónde me expreso yo?" y recordé que tenía un blog. Así que ea, lo siento.

Respecto al por qué de mi silencio, hay, como en todas las cosas de la vida, diversos motivos: por ejemplo, seguro que no es difícil probar que la Termodinámica o la Teoría de la Relatividad han influido. Pero yo creo que el más relevante es que, bueno, no he estado aquí. Como bien sabes yo tengo cierta obsesión con el género del Western, lo que he está llevando a perpetrar alguna imprudencia que supongo que jamás comentaré aquí, porque como dicen en mi pueblo total, pa qué. Pero le di una especie de carpetazo o, en rigor, le puse un punto final a tal obsesión y para celebrarlo acometí una serie de tareas que había yo venido postergando por eso de tener una visión fresca y desprejuicio... despreji... em... sin prejuicios del Far West.

Por ejemplo, estoy viendo Deadwood y leyendo las cosas que criticaré en las dos siguientes entradas.

Y un buen día me dije: pues no estaría mal construir una máquina del tiempo y darme un garbeo por allí. Y ahí estuve. Si alguien me ve y observa lo inusual de la distancia entre mis rodillas, ya sabe, es de cabalgar. Si alguien nota un tono cetrino en mi piel, es el polvo de los caminos. Si alguien me descubre ojeras y mal gesto, es de la intoxicación del whisky apasionada pero insalubremente destilado. Y si alguien me ha notado raro estos días que no se preocupe, que no era yo. Era un actor que contraté para hacerse pasar por mí. Concretamente, Denzel Washington. Es buen actor, quizá como decía mi admirado Paraguas en Llamas un poco encasillado en papeles de negro, pero lo ha hecho como ha podido y teniendo en cuenta que habla poco español y que se dedicaba a repetir las tres frases que le obligué a aprenderse quizá sonase raro. Aunque como las tres frases eran "ah", "bueno" y "es un cretino" probablemente al final nadie haya notado nada raro. Y eso es todo. No pongo punto y aparte que me voy a un cuarto párrafo final que me jode la cuenta de más arriba. Me quedan dos posts y 23 horas y pico.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.