Porque esta no es la entrada que iba a ser.
Se supone que hoy iba a comentar lo que llevo leído del siguiente libro de la Trilogía de la Frontera, En la frontera.
Pero en vez de hacer una crítica a medias he dedicado el día a sumergirme en el mundo literario, a hacer lo posible por sumergir al mundo literario (aunque sólo he conseguido sumergir unos pantalones ajenos y las facturas de unos cafés carísimos) y terminarme el libro.
Lo critico mañana. Como adelanto sólo digo, henchido de orgullo, esto:
He pillado el final gracias a Google Maps.
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13.11.10
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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.
Pues vaya noticia fresca, eso de que eres un tramposo.
ResponderEliminartodos lo somos, yo el primero
ResponderEliminar@Nano: y eso que no has jugado conmigo al mus.
ResponderEliminarSi me dejas un rato de tertulia para colocarme las cartas cuando me toca repartir le doy a la mano un solomillo y a mi compañero la real.
@Jesús, bienvenido a este blog.
Como no te recuerdo de por aquí te diré que todos los primeros, y los escritores antes, y te endilgaré mi cita favorita de Martin Amis: todo escritor es en esencia un mentiroso.
Y las trampas son divertidas. Aunque sin pasarse tampoco, que las reglas a veces y en su medida también lo son. Lo digo pensando en cierta partida de Monopoli de la que salí yo con paranoia esquizoide, que no podías ni ir al baño, sabiendo que si lo hacías los otros jugadores te robarían el dinero, montarían tramas corruptas para hundirte en la bancarrota y harían chistes sobre tu forma de caminar. Qué mal lo pasé aquella noche.
rencoroso
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