5.4.10

suite palaciega

De palacio, no de mujer invidente.

¡Ja ja ja!, ¡me parto conmigo!, qué humor.

A lo que iba: ya se disipó mi horda de lanceros, cosida por las agujetas, tiznado su rostro por virutas de madera contrachapada, aplastados sus dedos por las mazas en las que, rigor doméstico, devinieron los martillos.

Y héteme (¿esa palabra existe, en serio?) pues aquí:
Y ya puedo decir que soy del mero centrito de la ciudad (en la foto no se ve porque el patio interior lo hace todo muy amplio, ejem). Procedí a lo grande, como aquel bajito, Paquito, arremolinando en mi torno al tropel de la tropa y remontándome allende estrechos mares, y cargando, con un poster de Clint Eastwood en el lugar de la banderola con pajarraco que uso el tal Paco, desde los Marruecos, con la leva de lanceros.

Cierto es que se desanimaron un poco cuando vieron que el uso de las lanzas no iba a ser el de empalar cortesanos y sostener en alto estandárticas enaguas para jolgorio de los vientos, sino el de ejercitar los brazos para cargar cajas, y yo creo que lo que más les mosqueo fue cuando fuimos a Ikea y habiendo cargado a Caracol hasta los parasoles de estanterías y apóstrofes de estantería tuvieron que volverse en metro, por no caber en la guantera del coche. Y luego, tras el martillear y el atornillar, y el traer libros y camisetas y una afeitadora y cargadores de aparatos eléctricos y manojos de cables de esos que uno guarda esperando que un día sean necesarios aunque sin tener ni la menor sospecha de para qué arcano ingenio eléctrico sucederá tal cosa, y el tanto grito a lo "que no zote, que va al revés esa balda, no ves que si no se ve el borde, en lugar de la cara plana" se fueron un tanto, hum, no, no puedo usar esa palabra, un tanto, hum, diré: cansados. O hartos. O hasta los cojones, vamos.

Es que la palabra que iba a usar no podía acometerla porque le dio la Muchacha, mi ser conviviente (¡qué emoción, qué gozo, qué de cajas de cartón, que sofoco!), un uso que yo creo que merece ser contado.

Fue tras cruzar los puentes levadizos y descargar a Caracol. Ella hizo un alto frente a su ordenador, y a través de aquel ingenio se puso en contacto con ella otra poeta, que es sin serlo su prima, y siéndolo queridísima amiga nuestra (hola Lara, ¿qué tal?), y díjole (la Muchacha) de dónde veníamos. Preguntó Lara que qué tal, y respondió mi amada: "baldada". Lo que nos mató de la risa a los tres por lo literal, por la tremenda cantidad de baldas que los lanceros, en la cima de su escamamiento, ubicaban por doquier.

Y luego, lo dicho, firmaron sus renuncias y se fueron ávidos de otras costas, otras cortes que saquear. Si en un par de semanas hay un golpe de estado, a mí que no me mire nadie.

Y yo ya pontifico sobre la vida en pecado. Mi primera conclusión es que duele todo el cuerpo. Es que en serio, porque tenemos techo, que si no la estantería que montamos en el Salón Principal sería, a vista de satélite, una seria competidora de la Gran Muralla China.

La segunda es que ya tengo todo el derecho a proclamar provinciano a todo aquel que viva del lado de fuera de la M-30. Y a ello estoy ya dedicándome, con el gozo que el ácido láctico de mis musculados músculos me permite blandir.

Y perdón por lo inconexo del postín. Pidiómelo así el cuerpo (es decir, las agujetas), y no sé negarme (mayormente porque girar la cabeza hacia los lados, ahora mismo, duele).

10 comentarios:

  1. habrá que brindar en cada balda!!!

    (este finde)

    felicidades!!

    ResponderEliminar
  2. amada es muy cursi...
    bienvenidooo!
    amado colgador de clin isbuuuuu en mi pared
    (menos mal que el poster es en tonos naranjas como las cajas que, misteriosamente, compramos naranjas en ikea)
    besos

    ResponderEliminar
  3. Una mudanza no es cosa para tomársela en balde

    ResponderEliminar
  4. En balda, Jorge, en balda (olé por el festival del humor)

    Me encanta la foto. Dan ganas de asaltar el castillo, botella de vino en ristre, y botarlo como si fuera un barco. Por junio amenazo con colonizar y celebrar... extraño las sesiones palaciegas. Hace mucho que no.

    bss

    ResponderEliminar
  5. Muy bonito el post, muy bonita la foto, y muy bonito que viváis juntos y céntricos. Ya lo creo.

    Y yo que lo vea, ¿eh?

    ResponderEliminar
  6. Mi más absoluto apoyo al anónimo.

    (Si hubierais avisado os las colocaba yo, tan rícamente. Con lo que a mí me gusta "el IKEA" y todas sus hijuelas...)

    ResponderEliminar
  7. Anda que no me ha costado nada saber de que coñ* estabas escribiendo.

    Así que ya somos vecinos. Cuando ya tengas todas las baldas puestas, y no antes, me avisas y tomamos unas cañas.

    ResponderEliminar
  8. No sé cómo terminaría la frase cercenada del anónimo: espero que hiciera referencia a un retrete.

    Muchas gracias a todos por vuestros amables comentarios: no han sido en balde.

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.