27.11.09

ensayo conyugal

ensayo.
(Del lat. exagĭum, peso).
1. m. Acción y efecto de ensayar.
2. m. Escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito.
3. m. Género literario al que pertenece este tipo de escrito.
4. m. Operación por la cual se averigua el metal o metales que contiene la mena, y la proporción en que cada uno está con el peso de ella.
5. m. Análisis de la moneda para descubrir su ley.
~ general.
1. m. Representación completa de una obra dramática o musical antes de presentarla al público.
conyugal.
(Del lat. coniugālis).
1. adj. Perteneciente o relativo a los cónyuges.
(copiado, y tachado al gusto, de la RAE)



Se miran a los ojos y descubren las chiribitas del amor. Con las manos entrelazadas lo proclaman y bailan a la luz de las bombillas halógenas. Deciden casarse y lo hacen. Luna de miel en Australia; canguros, koalas, gente vestida de exploradora, desiertos y el Índico, azul mar de cuento, latiendo alrededor plagado de tiburones.

Después, la vida juntos. Los días de monotonía feliz les traen primero la prosperidad y luego el ascenso social. Las noches de pasión les traen la sonrisa cómplice primero y luego la descendencia: dos bellas muñequitas a las que llaman como a sus abuelas más queridas. El calendario le abanica con la promesa de la felicidad eterna.

Pero llega la crisis, y el desempleo de él, y el amante de ella. Y llegan las riñas con las crías, el dinero de la universidad de las niñas invertido en putas y cocaína. Llega el alcoholismo de vino de cartón y la televisión vespertina, el abandono y el reproche, el hastío y la caída, lenta primero y vertiginosa después. Y al final, tan solo la resignación, la espera de la colisión final, del descubrimiento del remoto suelo que termine su precipicio cuando revienten chocando contra él.

Sus conversaciones ahora son tormentas, y las niñas, cuando no están huidas de casa, se encierran en sus iPods y menean la cabeza, viendo venir lo que viene.

Finalmente llega el momento en el que las palabras acumuladas hacen que una, no peor ni más alta que otras ya dichas hasta la saciedad, enciende la chispa. Él levanta la mano y golpea. Ella corre a la cocina en busca del cuchillo del jamón. Él hacia la caja de herramientas, a por el destornillador más largo.

La sangre invoca a la profesora: ¡Niños, ya está bien! ¡Todos los días lo mismo!

Y cada cual se va por su lado con la cabeza vuelta, los dientes apretados, el escozor en los raspones y fuego en los ojos, rumbo al castigo y a las clases de la tarde.

Mañana, como todos los días, repetirán el ensayo a la hora del recreo. Y dentro de veinte años, terminados los ensayos, se mirarán a los ojos, y descubrirán las chiribitas del amor.

5 comentarios:

  1. Me ha gustado tu ensayo conyugal, buen resumen de una vida buena que se convierte en vida perra.
    ¿Me invitarías a una reunión del Taller de Bremen?

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  2. Gracias mil, y perdón por la tardanza en contestar: anduve más ocupadillo todavía de lo normal.

    Pero lo de la invitación a mí me viene grande, ¿quién soy yo para invitar a nadie a una asistencia? ¡Eso pregúntalo en el blog del Caramote 503!

    Donde dará menos cosa decir que claro, cómo no.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.