18.5.09

las vacaciones: Jaime era encantador

Al principio teníamos un poco de miedo de irnos de vacaciones con él, porque sabíamos (la experiencia es la suma de muchos desengaños y de muchas decepciones) que la gente puede ser muy distinta en la convivencia diaria que en los encuentros habituales, que en su caso siempre habían sido las charlas ocasionales, los encuentros casuales, las risas sobre las cervezas y alguna que otra noche de copas y de fiesta. Pero nos equivocamos y resultó ser un tipo encantador, divertido, ávido de ser útil, alegre y magnético. Quizá por eso o quizá por ser el de mayor edad todos le asumimos en una unanimidad silenciosa como el líder de nuestra expedición a la costa, y buscábamos desesperados su complicidad, su aprobación y su sonrisa. Todos competíamos por ser quienes más fuerte reíamos sus ocurrencias, por ser los primeros en enrolarnos en sus planes, en subscribir fanáticos su opinión en cualquiera de los numerosos debates con los que engañábamos el calor de después de comer. Por eso no fue tan raro que, en la tarde del penúltimo día en Cádiz, todos nos mirásemos sorprendidos cuando jugando en el mar uno de nosotros se descubrió al fin superior a él en algo, sosteniéndolo bajo el agua con la ayuda del oleaje y sus brazos temblorosos. Y en silencio nos acercamos todos, y lo sostuvimos contra el fondo arenoso de aquel mar poco profundo hasta que dejó de patalear y vomitar burbujas de alarido desesperado. Y después nos fuimos a tomarnos una cerveza, hablando, riendo y caminando todos a la vez.

6 comentarios:

  1. Normal que la emprendáis con el tal Jaime. Qué tío más cansino. Por Dios.

    :-P

    X.

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  2. Los liliputienses derribando al gigante o el desencanto al comprobar que el admirado no es superior en todo. Me ha recordado varias historias y todas distintas; muy bien contado, desde luego.

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  3. Fantástico cuento, muy bien contado, como dice Miroslav.

    En cambio disiento de que se trate de desencanto por que no sea superior en todo; creo que es un legítimo hartazgo de que sí lo sea.

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  4. Por favor, ¡simbologías a mí! El cuento es, a partes iguales, un abrazo al tal Jaime y una alegoría comunista, ja ja.

    Miroslav, me haces pensar si el truco no es plagiar a demasiada gente en tan poco sitio, para que se note demasiado deprisa para dar tiempo a protestar, ja ja.

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  5. En realidad Jaime es Florentino Perez ¿no?

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.