29.4.09

¿y qué se hace con el css cuando un blogger muere?

Sabemos todos que vivimos una época histórica en la que aquellos a quienes tratas ya no son necesariamente aquellos a los que tienes cerca, aquellos a los que sigues y de los que sabes y conoces. Una época en la que (yo no, porque soy así de intelectual y no lo uso, pero) hay gente con la que el único contacto es la ventanita del msn, alguna noche de trabajo extra o de trasnoche a la deriva en la red. O las pavadas del feisbuc, o precisamente y en lo que a mí más me incumbe, las lecturas de los blogs. Y más de una vez yo he pensado ¿cómo sabremos entonces que alguien muere? ¿Cuál será la rutina para el trato de los muertos? ¿Cómo podremos saber si el silencio de ese inglés cachondo y amable que te critica las fotos es debido a otro nivel de estrés, a la distracción o en cambio a la muerte?

Todo eso ya lo tenía yo pensado de antes. Ayer leí en varios blogs que había muerto un tal Javier Ortiz, con más desinterés que pena porque, la verdad, el nombre no me sonaba de nada, hasta que hoy, leyendo la marabunta diaria de lecturas, me he encontrado con el nombre de un blog: El dedo en la llaga, que era el blog del difunto. Y resulta que sí lo conocía (a la manera distante y leída en la que en esta nueva época se puede conocer a alguien).

Así que resulta que el humilde “javier” con minúscula que firmaba esos posts era este tal Javier Ortiz. Y han subido el interés y la pena. Aunque han durado poco: resulta que Javier Ortiz era un tipo curtido en la necrológica, sección que, por ejemplo, inauguró en El Mundo, cuando trabajó allí. Y resulta que, y esto se sabía leyéndole, el tipo era un cachondo. Así que dejó escrita su propia necrológica, en un ejercicio no tanto de valentía como de sentido del humor, porque, según sus propias palabras, “no quisiera que el día en que me muera cualquier gacetillero inútil arruinara mi muerte con una necrológica burocrática y de circunstancias”.

Empieza así:

OBITUARIO

Javier Ortiz, columnista

Falleció ayer de parada cardio-respiratoria el escritor y periodista Javier Ortiz. Es algo que él mismo, autor de estas líneas, sabía muy bien que sucedería, y que por eso pudo pronosticar, porque no hay nada más inevitable que morir de parada cardio-respiratoria. Si sigues respirando y el corazón te late, no te dan por muerto.

Así que en ésas estamos (bueno, él ya no).

(…)

Y está, entero, en su blog.

Así que desde aquí mi pésame, mi último aplauso por esa genial despedida, y mi runrún interior, ¿y qué hago ahora en el Google Reader con su feeder? Borrarlo me resulta obsceno. Dejarlo me resulta absurdo. Así que apelando a que quien lo tiene apuntado es Google, que bastante cosa absurda soporta ya, lo dejaré, pese a lo absurdo, por si resulta que algún día, quién sabe, estamos todos equivocados y por una bobada así descubrimos que en el Más Allá hay wifi.

 

 

 

10 comentarios:

  1. Me he planteado esa misma duda algunas veces, pensando en mi propia muerte por lo general -¿quién demonios me va a actualizar el blog? ¿Qué harán con él? ¿Llegará a enterarse alguno de mis quince lectores de que me he muerto, o pensarán que me he vuelto radical y definitivamente perezoso para postear?- y hoy, precisamente, pensando en Javier Ortiz, del que era lector asiduo y al que echaré mucho de menos.

    Me ha hecho gracia leerte, mi post de hoy también se lo he dedicado a Ortiz. Personalmente me prometo jugosas interminables discusiones con él cuando, a su debido tiempo, ingrese yo también en esa eternidad en la que, pese a no creer en ella, acaba él de entrar.

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  2. Supongo que mientras más común sea el uso de internet y los blogs llegará el momento en el que tendremos que dejar en el testamento las contraseñas y direcciones de cada uno para que el día de nuestro fallecimiento pongan la última actualización (si es que se desea informar a los lectores del fallecimiento).

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  3. ¡pero si no se ha muerto!

    Para cuando me muera, las instrucciones a mi familia son que cuando ya no respire, como dicen que el oído se mantiene 15 minutos, me pongan a toda leche una obertura de Wagner.

    Segundo punto: si queréis, echadme a los perros.

    O sea, me la suda el mundo y los lectores de mi blog.

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  4. ...Yo suelo tener esos macabros pensamientos, y apenas veo a alguien que también los tiene, en seguida querría invitarlo a una cerveza y empezar a preguntarle: "¿y también piensas esto? ¿y también se te ha ocurrido esto otro?"...
    ...Saludo...

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  5. Nunca había leído el blog de este hombre ni, hasta hoy (tras leer el post de Vanbrugh), identificaba su nombre; ahora, parece que era un tipo valioso que lamentablemente ya no podré conocer, ni siquiera en este mundo virtual. No obstante, me parece buena decisión la de dejar el feeder (aunque tampoco sé qué es el feeder) a ver si desde el más allá pican y nos dan selñales de su existencia.

    Y, por cierto, Vanbrugh, referirte al post que has escrito hoy como mi "post de hoy" da la equívoca sensación de que produces a un post diario, lo cual dista demasiado de la realidad. Y sí, es una manera de echarte en cara tu vagancia bloguera (tomátelo en el sentido, acertado, de que me gusta leerte).

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  6. Por un arrebato simétrico que me ha dado os contesto en orden inverso, o como se dice en mi pueblo, enderrevé.

    Miguel Ángel: pues hijo, si quieres invitarme a una cerveza, ponte, ponte. Nunca he sido un chico difícil para esa tarea, ja ja.

    Y como tu acrónimo es MAM, si las cañas son muchas quizá te termine llamando mamá. Avisado quedas, ji ji.

    Nán: ¿¡cómo que no!? Ayer, hombre, ayer. Media blogosfera lo dice, y no es que quiera yo decir que la blogosfera no miente, pero he leído a gente hablar del velatorio hoy, en fin.

    Konrad: seguro que al final Google saca una herramienta que sea Google Life, que informe puntualmente de quién está muerto y quién vive, y cuánto le queda. Y si no al tiempo.

    Lo de la última actualización es una historia, sí. Yo una vez pensé en escribir un post y decirle a Blogger que lo publique en 100 años, pero me lo publicó al día siguiente: o lo hice mal, o Blogger se pone de mal fario con esto.

    Y Vanbrugh, te he leído, y en fin, te contestaré ahí. Pero en cualquier caso ahí tienes algo que me da muy mal fario respecto a tus ideas sobre lo que pasa cuando uno se muere: anda que el pobre señor Ortiz luego teniendo que hablar ahí con todo el que quiera hablar con él, como en un purgatorio infinito de cartas al columnista, o algo así. Brrr.

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  7. Miroslav, postee yo mucho o poco ¿dejará de ser "mi post de hoy" un post mío que he publicado hoy? Te aprecio, sin embargo, la buena intención. Me raciono, conteniéndome con no poco esfuerzo, para que lo disfrutéis más.

    David, no pienso que el pobre Ortiz vaya a tener que hablar con cualquiera que lo pretenda, como tampoco tengo yo la idea de pasarme la eternidad hablando con el primero que decida darme la vara. Pero creo que sí querrá hablar conmigo. Arrogante que soy.

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  8. Vanbrugh, un post tuyo que has publicado hoy no deja de ser "tu post de hoy", claro que no. Lo que no obsta para que diciendo "mi post de hoy" pueda parecer (a quien no está al tanto de la que ahora llamas virtuosa contención) que hay un "mi post de ayer" y habrá un "mi post de mañana", y así sucesivamente.

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  9. No, Miroslav. Nadie que piense un poco, conozca o no mi admirable parsimonia posteadora, puede pensar ni que hubo un "post de ayer" ni que habrá un "post de mañana". Lo que hubo, cuando lo hubiera, fue, evidentemente, otro "post de hoy", porque cuando lo hubo ese día era tan "hoy" como lo es hoy el de hoy. Y lo que habrá, cuando lo haya, sera, naturalmente, un nuevo "post de hoy", porque cuando lo haya ese día en que lo haya será tan "hoy" como lo es hoy el día de hoy. Si bien lo examinas, verás que un día cualquiera puede no haber ningún post -en mi blog pasa con frecuencia- o haber, por el contrario, un post que, si existe, siempre será el "post de hoy". De hecho yo, desde que abrí el blog, no he hecho otra cosa que escribir el post de hoy. No recuerdo haber escrito nunca ni el post de ayer ni el de mañana. Y apostaría a que a tí -y a nuestro amable anfitrión, hola, David- te pasa lo mismo.

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  10. ya vi que sí. Pues era muy salao el tío.

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Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.