18.3.09

leer best-sellers es malo, malo, maaa, looo

Teorema: lo único bueno en lo que participan algunas de las letras de “best-seller” fue Peter Sellers, y está muerto, y aún así tenía sus días.

 

Demostración: encima de mi mesa (la mesa mía mía, la que me compré yo un día de muchos golpes en la espinilla y mucho pillar de dedos al pasarla por los quicios de las puertas, ah, juventud de hace un par de años o tres, que se me van los dedos contando) tengo un libro peligroso que no pienso abrir sino interponiendo entre sus páginas y yo una careta de soldador y mediante el uso de un par de guantes de algún sucedáneo amianto que no provoque asbestosis, cáncer o mesotelioma.

Sé que el libro es peligroso porque me lo ha prestado la Muchacha mirando nerviosa para todos lados, mientras murmuraba que bueno, que sí, que a ella le ha gustado, pero que en fin, no es gran cosa, pero que de pronto la enganchó y ya no supo parar de leer.

Es decir, y he aquí donde reside la naturaleza de la bestia, que el libro es un libro popular. De hecho un best-seller en toda regla, por lo visto, en Suecia, donde reside su autora, o quizá no, en fin, donde nació la señora, parece, al menos.

La Muchacha se comportaba de forma tan rara al dejarme el libro porque, como habitantes que somos de la cloaca cultural madrileña, somos muy conscientes de que es axioma de fe que los best-sellers son por naturaleza demoníacos y aberrantes, infumables hamburguesas literarias destinadas tan sólo a que la masa crie grasa en su cerebral masa(1). Qué ripioso me ha quedado eso. Así que hay que tomar precauciones, y ella tiene que titubear y disculparse cuando confiesa que se lo ha pasado bien leyendo lo que, gusto de muchos, sólo puede ser carnaza, y yo me cuido sobremanera, cuando vengo al trabajo y dejo junto al ordenador el libro que me estoy leyendo en el metro, que no se vea por ninguna parte ese trocito de la solapa que vi a destiempo, con el libro ya comprado, y que lo delata como ganador del premio Nadal 2008. Puaj.

En fin, iba a dedicar el resto del post a analizar por qué los habitantes del inframundo palabrero somos así pero como evidentemente es culpa del silogismo “somos la hostia pero no nos leen, ergo la masa es tonta, ergo lo que lea la masa debe ser basura, ergo los best-sellers apestan” el tema no da para mucho, y de todas formas desde que he puesto lo del amianto y he consultado la wikipedia para ver si efectivamente el amianto daba cáncer estoy notando otro tema que me tira de la manga y me dice eo y me agita la manita y me grita ¡aquí, aquí!

Y dice: resulta que considerando las propiedades ignífugas del amianto, los alquimistas creían que las fibras del asbesto que lo compone eran los pelos de las salamandras, esos reptiles de fuego (de ahí la resistencia)… y venenosos, y de ahí lo putas que las pasaban quienes trabajaban el asbesto.

Dice también que Carlomagno tenía un mantel de amianto y que solía hacer a los invitados el numerito de, terminada la cena (supongo), echarlo al fuego para limpiarlo. Qué entretenido debió ser el pasado, cuando no existía la Wii para atontar a las visitas.

Dice también que 2000 caballos y 4000 hombres de Alejandro Magno murieron, en la India, por beber de las aguas de un arroyo envenado por una salamandra, y yo me quedo pensando en si irían de dos en dos en los caballos, y en cómo sería de grande el arroyo para tanta gente, y en el avispao que viese a la salamandra y dijese “¡pues va a ser por ese bicho que se han muerto cuatro mil compañeros, mira, mira, el lagarto ese!”

En fin. Que se me ha ido. Encima salamandras. En el libro este que me leo a escondidas dice cómo se fabrican basiliscos, no salamandra. Así que no doy la receta.

 

 

 

(1) Que conste que exagero. Tampoco es que a la Muchacha le haya repugnado el libro porque sea popular estoy pecando de correlador, y mintiendo, además. Sospecho que padece lo que, mirándome a mí, podemos denominar el Síndrome Águila Roja, del que hablaré otro día. ¡Pero es que sin exageración no tenía historia!

8 comentarios:

  1. Básicamente tienes razón, nunca hay que considerar malo a priori, ni mucho menos dejar de leerlo por eso, un libro solo porque sea best seller.

    Pero siempre que cuidemos los corolarios y no vayamos tampoco a prohibirnos juzgar mal un libro que nos ha parecido malo, solo porque es best seller y hacerlo podría dar la impresión de que estamos contraviniendo el párrafo anterior.

    Por aclarar, y sin salirnos de los Dan: Dan Brown, best seller, malísimo, sí, sin problemas. Dan Simmons, también best seller o toda la pinta y sin embargo, mire usted por dónde, a mí no me parece mal.

    Conclusión: los libros por un lado se venden mucho o no, por otro son un horror o no. Son criterios independientes y es bueno no mezclar.

    Y vas y no dices cuál era el libro.

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  2. Ah, a mí Dan Simmons me cae de maravilla, aunque sólo sea por la serie de artículos sobre escribir que tiene en su página web, Writting Well, y por lo que cuenta en ellos. O en los que he llegado a leer, que -maldita inconstancia- no son todos ni de lejos.

    Y bueno, de todas formas quejarse de lo popular da un aire de no sé qué que mucha gente persigue. Aunque yo creo que se les distingue, a esos.

    Yo lo que no soporto es la gente que dice que cómo puedo echar pestes del Ocho sin habérmelo leído entero (santo empacho el que saqué de las primeras decenas de páginas, arj). O Los pilares de la tierra sin haberlo ni abierto, en fin.

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  3. Mmm... Lee a Stieg Larsson y me cuentas. Irregular pero hubo momentos de quedarme realmente pegado al libro y disfrutar como un enano. Y más best-seller no se puede ser ahora mismo, jejeje...

    Abrazos!

    G.

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  4. Y yo leeré a Larsson. ¡Qué coño!

    Yo no creo en bestsellers o no bestsellers. Lo que pasa es que hay libros con personajes y libros con lenguaje. Y a mí me gustan más los segundos.

    Y me alegro que Borges, Cortázar, Joyce, Proust, Kafka y Nabokov sean o fueron bestsellers.

    Eso sí, a mí con historias tontas no me vengas. Aunque hayan venido billones (americanos)

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  5. y creo que hay libros con personajes y lenguaje... no creo que sea exclusivo uno de lo otro, aunque sea difícil

    y libros para cada rato

    y leer siempre está bien
    cuando se sabe lo que se tiene entre las manos

    para ciertos momentos me parece perfecto

    como las películas

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  6. Guille: recomendaciones, por favor, NO. Hasta que no termine con los siete kilos de papel pendiente de leer que tengo, recomendaciones, NO. Por favor. O gruñiré. ¡Grrr! ¿Ves? ¡Grrr!

    Nán: eso, rebotes de recomendaciones. Podríamos hacer un comité de rebote. Cuando a alguien le recomienden algo, o le digan que lea a alguien, si no puede, la lectura pasa a otro.

    E historias tontas, en efecto, cuantas menos mejor.

    Aroa: de acuerdo excepto con lo de que leer siempre esté bien. Por ejemplo leer mientras conduces, por favor, como lo de recomendar libros: NO. ¿Eh? O leer en la ducha. Pobres libros. O leer mientras se salta en paracaídas. O mientras se vigila la cocción de un plato especialmente complicado. En esos casos, mejor dejarlo de postre.

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  7. a mí me encanta leer mientras algo se cuece... muchacho....

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  8. a mi me gustan los libros de humor y me da igual si son best sellers o no aunque he de admitir que de momento los best sellers que me he leido no son muy allá...

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.