10.10.08

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“Los madrileños son gilipollas y compran bicis de montaña para pasear por el Retiro y un 4x4 para escalar la C. Atocha, así que es lógico que piensen que la súpervivencia de su hijo en medio de la Península depende de que sepa nadar, y visto el excelente drenaje de los túneles de la M-30, cualquier día lo será.”

El Teleoperador, en su blog.

 

Esta mañana, en el metro, iba sentado enfrente de una niña con gafas que iba, presumiblemente, al cole. Y yo la conocía, pero claro, mi memoria es de todo menos de fácil acceso, así que durante un par de paradas no he podido dejar de preguntarme ¿de qué conozco yo a esta niña, dónde la he visto?

Pero para responder, no para responder con lógica ni con rigor, pero para responder, tengo que rebovinar la cinta de mi pasado reciente hasta ayer por la tarde, cuando Pip y yo mirábamos sorprendidísimos el plano de la ciudad que Marcela, mi prima transoceánica, había desplegado ante nuestros ojos. Estábamos en San Bernardo, había que ir a Atocha, ¿por dónde? Y ahí en el plano las calles y los nombres de las mismas se arracimaban en un puzzle anguloso e imposible. O sea, el camino estaba claro, Callao, Sol, Santa Ana, calle Huertas, Paseo del Prado; es la mejor ruta, las más bonita, todo el rato cuesta abajo y bastante eficiente (encajada entre las alternativas de dejar a un lado el excesivo rodeo hacia la izquierda que supondría bajar por la Gran Vía hasta el final y luego torcer por el Paseo del Prado y la de coger la calle Atocha, tan horrenda a esa altura, y recorrerla hasta la estación).

Cuando yo voy por ahí, cuando yo soy turista, los mapas y yo somos uno. Pese a mi pésima orientación, yo con un planito y alguna forma de orientación, que si el sol a esta hora está al oeste o que si el musgo de los árboles de este parque dan al norte, valgo para hacer un apaño y encontrar el rumbo hasta algún bar, restaurante, parada de hotel o lo que se tercie: preguntadle a la Muchacha, preguntadle. Pero ayer, frente a ese mapa, no. ¿Y por qué no?

Pues no sé, debo responder. Pero sé que no sólo me pasa aquí en Madrid, en las zonas de Madrid que conozco. También me pasa en otros lugares que conozco, como las callejuelas de mi pueblo. Dame su vista aérea de Google Maps, y me perderás. Cuando los lugares se meten en mí, cuando las calles y sus esquinas y sus cuestas y sus meandros se me meten dentro, se vuelven incompatibles con cualquier mapa, y fue bonito ver que Madrid, o ciertas partes de Madrid, han descendido ya para mí del Madrid Provincia no ya al Madrid Ciudad, sino al Madrid Pueblo.

Que sí, que sí, que Madrid puede ser perfectamente un pueblo. ¿Dónde si no puede uno esperar reconocer así, sin más, a la niña que se le sienta enfrente en el Metro?

El misterio ha estado dando brincos por mi cabeza, saltando tan contenta a la comba entre las melodías de Extremoduro, hasta que la he visto mirar hacia su derecha y mi izquierda y sonreírle a un tipo con bigote, que le ha devuelto la sonrisa y le ha guiñado el ojo.

“Caramba”, me he dicho yo, “cómo se parece ese tipo a Rafael Reig”. Y devolviendo la vista al frente, a la niña, me he dicho “y caramba, también: cómo se parece esta niña a las fotos de la hija de Rafael Reig que éste cuelga en su blog”.

Ha sido más o menos entonces cuando he atado cabos. O quizá un poco más tarde, que es viernes por la mañana, teng sueño y el tratamiento de ayer contra la resaca post-Bremen, consistente en caminatas y cañas, no fue muy eficaz. Pero por fin los he atado. Así que he sonreído radiante y he hecho lo que hago siempre que me encuentro con alguien a quien admiro profundamente, emitir muy bajito un “¡ji ji ji!” de contento, mirar de reojo y dejar en paz al admirado, que como todo el mundo seguro que tiene sus cosas que hacer, sus cosas en las que pensar.

Y luego irme tan feliz, pensando que siempre pensé que si algún día me encontraba a Rafael Reig sería por algún bar del entorno del Palacete, no así, en el metro, por la mañana, pensando también que me había parecido simpático, que qué majete ese guiño a su hija, y que espero que a estas alturas del día el hombre no esté pensando que vaya mañana de mierda y que quién coño sería el psicópata ese que esta mañana les miraba a su hija y a él en el metro y se reía por lo bajini.

He salido del metro con todo mi contento, y casi me doy de bruces con Guillermo Ortiz.

–¡Guille, acabo de encontrarme en el metro con Rafael Reig! –he gritado, mientras me arrancaba a Extremoduro de las orejas.

–Buenos días a ti también, David –ha respondido Guillermo, dándome la mano.

–¿Cómo tú por aquí? ¡Iba en el metro, con su hija!

–Es que resulta que de vecina de arriba tengo una loca.

Y así hemos seguido. Yo insistía con lo de mi encuentro, y mientras él me ha contado que su nueva vivienda está bajo el piso de una loca, que vive entre basura y restos de comida (¿gatos no? Qué raro) y que anoche, en un arrance de artista post-moderna, le inundó el piso, que ahora es un museo de la gotera y un sitio la mar de húmedo, y que por eso estaba ahí, frente a mí, en el metro, sufriendo el exilio en casas familiares de quien espera las intervenciones de las aseguradoras, los bomberos, los pintores, los yesistas, los efectivos de limpieza del Exmo. Ayto. de Madrid y los buzos de la Guardia Civil, probablemente no en ese orden.

Así que al fin nos hemos despedido y yo me he venido pensando que ir por las calles de Madrid un viernes por la mañana es ir topándose con caras conocidas, y que Madrid, definitivamente, es un pañuelo, como corresponde a todo buen pueblo.

 

Y hoy dejo deberes: para mañana tienes que leerte ésta carta con respuesta que mi primer encuentro de hoy escribió en Público hace ya casi dos semanas. Haré preguntas, y pasaré lista. Ahí queda el aviso.  

10 comentarios:

  1. Ahí estaba la invitación al Bremen, David. Perdiste la oportunidad...

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  2. Oye, amiguete, ¿lo de rebovinar es un lapsus freudiano? ¿te consideras, en el fondo, una vaca? :-P

    Abrazo,
    J.

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  3. Uy, pero mira quienes andan por esta trastienda... condeduque y xavie+david= la esquinita rebelde del taller

    lo asombroso es que, con el sueño que debes tener tú por las mañanas, hayas visto todo eso sin pasarlo por altooo

    besos (tres)

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  4. Eres un gran guía, aún en estado resacoso. Yo siempre he pensado que Madrí es un racimo de pueblos.

    La carta con respuesta es una gozada, tal vez debí leerla antes de la pregunta de tu prima sobre mi situación. Me habría servido para sentirme algo menos incómoda. ;P

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  5. Conde Duque, calma. Todo se andará, y yo por las mañanas no puedo hablar, sólo farfullar, así que abordarle hubiera terminado como mucho en denuncia, orden de alejamiento, etc.

    Xavie, en El lado oscuro del corazón la vaca era la madre. ¿Tienes alguna movidilla freudiana tú con las madres, eh?, ji ji.

    Aroa, sí que es raro que a esas horas me funcione la vista, sí. Yo creo que fue por ser viernes, que uno va con la luz de la reserva tililando como loca pero sabiendo que está por fin al final de la semana, que ya ha pasado el último madrugón. Los viernes, como que duelen menos.

    Tres, sí.

    Pip, gracias por tu mentira piadosa, y cuánta razón tienes y qué bonito verlo así, puzzle de pueblitos.

    Y lo de la carta, buenísima, sí, claro que qué voy yo a pensar si soy quien la recomienda.

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  6. Oh, caramba, todo lo que dice este hombre es cierto. Así sucedió (salvo la parte de Extremoduro, que no puedo confirmar...) Por cierto, no sabía que Estíbaliz Gabilondo te tenía entre los favoritos de su blog. Y con toda razón, además, este sitio cada vez es más divertido e inteligente :-)

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  7. Gracias, Guille, por ese espaldarazo a mi credibilidad en estos tiempos difíciles.

    Y claro que está ahí Sti hombre, más maja ella que las pesetas, que llegué a ella a través del blog de mi agente y cómo dejar de leerla.

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  8. yo que soy, he sido y para mi desgracia seré siempre una picajosa...no voy a comentar tu entrada (que me ha parecido de lo más divertida y entrañable, por cierto) sino ese comentario del teleoperador sobre la INutilidad de una bici de montaña en Madrid...

    bueno...está claro que él no pedalea por la gran ciudad...si lo hiciera sabría que esta puta ciudad tiene más cuestas que yo que se...y que es infernal andar con una bici rosa monísima y con cesta sin una maldita marcha...

    y no hablo por experiencia...(ejem, ejem...)

    besitos picajosos

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  9. carlos a cuadros???qué está pasando???quien ha usurpado mi identidaaaaaaaaad

    besitos a rayas...

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  10. Cuadriculado Carlos, yo que también soy picajoso te diré que leas con atención y lo que pone, porque en la cita el autor no habla de recorrer la ciudad ni de ir al retiro sino de utilizar la 'mountanbique' para pasear por el Retiro.

    Y siguiendo con la picajosería, para criticar al autor de la cita deberías ir a su blog y hacerlo allí, para que pueda responder él mismo :P

    Por lo demás saludos.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.