Hace unos días llegó al buzón un sobre blanco impoluto, del tipo de las que reciben un franqueo industrial y se ven así privadas de los arabescos y los barrocos borrones de sellos y matasellos (ah, la vieja violencia postal. ¿Qué queda de aquello en estos tiempos 010101íticos en los que nos ha tocado vivir?). En el lomo, en contundentes y claras letras mayúsculas, se leía con mucha facilidad
NO TIRE ESTA CARTA, PUEDE SERLE DE UTILIDAD
Naturalmente nada más leer aquella frase fui corriendo a tirar la carta a la basura, y luego me puse a pensar en la ineficiencia de la publicidad postal, y en a cuánta gente convencerán de que una misiva comercial es importante con ese truco tan ingenuo (y tan cachondo, las cosas como son) de decir que es que es importante.
Y luego volví a pensar en el spam. Es normal. Después de ver esa simplificación estratégica en la publicidad impresa, debí tener un rebote cerebral que terminó pensando en la complejidad creciente de la publicidad electrónica.
El spam se está haciendo listo. Estos últimos tiempos se ha visto que me quedé sin gallina de los huevos de oro. Yo, que podía pasarme una semana entera narrando entusiasmado las gilipolleces que me encontraba en el buzón, de pronto me vi dándole gusto a Óscar, que decía que ya cansaba el tema, y no hablando más de esos bellos correos que tanto ardor ponían, faltas tipográficas mediante, en que encargase viagra a mansalva, o me alargase el pene, o trabajase a tiempo parcial para hacerme multimillonario, o ayudase a la hija de un afable dictador africano a limpiar su fortuna vertiendo parte de ella en mi cuenta corriente, o les facilitase mis datos para que ya si eso se encargasen ellos de la limpia. Todo ese alegre caudal de correo dejó de llevarme porque aquí en la oficina el Informático Que No Es Informático blasfemó un día y se puso luego a hablar mucho por teléfono y a hacer muchos clics con el ratón, y se nos cerró el grifo. El spam dejó de llegar. Oooh.
Luego, la semana pasada o la anterior, nos quedamos sin correo dos días. Para una secta como esta, que se gana la vida mandando salmos y cánticos por correo electrónico a los acólitos del mundo, fue una cosa bastante frustrante. Los sectarios se pusieron mustios y durante ese par de dias caminaban por aquí cabizbajos, sin saber qué decir cuando la gente llamaba preguntando que donde estaban sus plegarias sangrientas y los textos de acompañamiento para los sacrificios rituales. Al fin el Informático Que No Es Informático se puso a blasfemar y a llamar por teléfono y a hacer clic muchas veces y descubrió que lo que pasó es que la empresa que nos lleva esto del internet nos había catalogado, a nosotros, como spam. Yo lo vi muy poético y muy divertido, la verdad.
No lo conté en su día, pero aprovecho para contarlo hoy para celebrar que un correíllo de spamoetry ha conseguido burlar el cerco, y llegar a mi buzón. Con versos que dicen cosas como
by insufficient siege proton
or vignette a astrophysics bunker
in by rarity!
Y yo lo leo y pienso ¡di que sí, in by rarity!, y me emociono, y pienso que qué envidia, y que si alguna vez trabajo en alguna empresa que se dedique al asedio postal escribiré consignas poéticas y feroces como esa, y no pavadas lloriqueantes que imploren que no tiren mi pobre carta, que prometo que es importante, hombre, por favor.
uy....y a mi que me da que en vez de spamoetry estos versos me huelen a haiku electrónico de la iglesia de la cienciología.....
ResponderEliminarYo no sé dónde me he debido meter, pero desde hace unos meses, el spam que me llega es casi exclusivamente ruso.
ResponderEliminarPor lo menos así practico, que lo tengo oxidado :-P
que te diga david donde te has debido meter... (jijiji)
ResponderEliminarah no que aquello era un grupo de música no?