12.4.08

fotografía reflex digital (SLR), 1/2

Como mucha gente me piropea las fotos y me mira como si yo supiese algo del tema, y como he visto que hay gente que tiene una SLR (de Single Lens Display, las cámaras reflex, vaya) digital y que no les saca ni la mitad del partido que podrían (¡hola, Muchacha!), y como en realidad no sabiendo casi nada, que es lo que yo sé, pueden hacerse fotos apañadas, pues ala, a compartir: voy a dedicar el fin de semana a contar cómo se usa una cámara de fotos como la mía, y cómo procesar las fotos así en plan rapidito.

Hoy, lo primero:

Manual de fotografía SLR digital en dos ratos, parte 1
Cómo se usa la cámara. Modo de prioridad de apertura, modo de prioridad de exposición, sensibilidad ISO y que viva el formato raw.

1. Consideraciones previas, ¿cómo funciona la cámara?

Antes de nada, hay que tener una ligera idea de cómo funciona una cámara digital. Estas consisten en un sensor que recoge la luz, considerando su brillo y color (grosso modo así es, aunque se complican un tanto la vida con tecnicismos), una lente y un obturador. El sensor puede trabajar con más o menos sensibilidad, digamos que simulando la sensibilidad de la película fotográfica de las cámaras analógicas. La lente sirve para transmitir la luz al sensor, y con el zoom podemos acercar o alejar la imagen. El obturador se abre, deja pasar luz el tiempo necesario (o el decidido) para que el sensor recoja luz suficiente como para poder reflejar la escena, y se cierra el obturador. Tachán, ya tenemos una foto.

2. Modos de disparo, prioridad de apertura (A) y prioridad de exposición (S).

Pero claro, hay formas y formas de hacer la foto: Si la sensibilidad del sensor es baja, necesitaremos más luz para que la imagen salga clara, y si está alta, necesitaremos menos luz. Lo primero nos interesará cuando haya bastante luz, y lo último en ambientes oscuros o cuando pretendamos hacer una foto muy rápida: que se necesite menos luz significa que necesitaremos menos tiempo para hacer la foto. El obturador puede estar más o menos tiempo abierto, y puede abrirse mucho o poco. Cuando se abre mucho se recoge más luz, cosa estupenda para hacer fotos rápidas, o en ambientes oscuros o para conseguir profundidades de campo estrechas, con los objetos desenfocados borrosos y difuminados. Cuando se abre poco o pasa poco tiempo abierto, la foto es más lenta y recibimos más luz y por lo tanto más información, como convendría si por ejemplo queremos hacer una foto a alguien que se halla cerca de la cámara y pretendemos también recoger el paisaje que tiene a su espalda.

Las cámaras de fotos vienen con un montón de modos de disparo. Que si deportes, que si retratos, que si paisajes... podemos olvidarlos: No nos valen. Los que hay que utilizar son básicamente tres: el de prioridad de apertura, y el de prioridad de obturación y el manual.

Los dos primeros son, digamos, semiautomáticos. A la cámara le decimos qué queremos hacer con la velocidad de la foto o con la apertura del obturador, y ella decide la otra variable. El modo de prioridad a la apertura nos interesará cuando haya buena luz, y permite controlar el desenfoque del fondo de la foto, por ejemplo. La apertura suele aparecer en el visor de la cámara o sobre alguna pantallita, asociada a la letra f. Si es baja, significa que el diafragma se abre mucho. Entra más luz, y se consiguen desenfoques a distancias más cercanas y más lejanas de lo que estamos enfocando. Si es alta, significa que el diafragma se abre poco. Entonces se notan menos que uno esté enfocando cerca, los fondos se verán nítidos. Pero al entrar menos luz, hará falta más tiempo de exposición. Es un experimento curioso enfocar una imagen con una apertura, mirar el tiempo de exposición que dice la cámara que va a utilizar, cambiarlo y ver cómo cambia ese tiempo: Acabo de hacer una prueba y para una misma escena, con la misma luz y la misma sensibilidad, mi cámara decía que mantendría el obturador abierto 1/15 de segundo con una apertura de 4.8, y 2.5 segundos con una apertura de 29: casi 40 veces más tiempo.

Yo (y por lo que leo por ahí casi todo el mundo) suelo usar aperturas grandes (o sea, valores bajos, normalmente lo planto en el 5.6 y de ahí no salgo). Suele salirme más rentable hacer la foto más rápido y qué le vamos a hacer, me gusta el efecto del desenfoque en el fondo cuando apunto a algo cercano. Pero si estás haciendo una foto a una ola que rompe o al tráfico en un carretera y quieres cierto aire de movimiento borroso, puede interesar utilizar una apertura menor.

El modo de prioridad de exposición suele ir asociado a la letra S, y nos permite fijar la otra variable, la del tiempo que va a estar el obturador abierto y va a estar llegándonos luz a la cámara. Este tiempo se suele medir en fracciones de segundo, y entonces sale sólo un numerito, o en segundos, y entonces sale el tiempo acompañado de las comillas que lo representan. Este modo suelo usarlo yo cuando es de noche y quiero que la imagen salga nítida aunque quede un tanto oscura. La idea es simple, cuanto menor tiempo, menos se mueve todo, el objetivo y las manos que sujetan la cámara, así que más nítido sale todo. Y cuanto más tiempo, más luz recogemos. Por ejemplo, si se pretende apuntar al cielo y que salgan las estrellas, o recoger un paisaje a la luz de la luna, necesitaremos una foto de larga duración (y probablemente un trípode, aunque el viejo truco de enfocar, poner el temporizador para que el movimiento del disparo no mueva la cámara y dejarla descansando apoyada en algo inmóvil a mí me ha dado momentos de alegría inmensos). Si queremos hacerle una foto a un pájaro que aletea y queremos ver los detalles de las plumas de sus alas, necesitaremos una foto rápida, es decir, una exposición muy corta.

Y el modo manual nos permite controlar las dos variables. En teoría sería la opción ideal cuando uno tiene cierto arte, pero personalmente prefiero que la propia cámara, que sabe cuánta luz necesita mejor que yo, decida una de las dos.

3. La sensibilidad ISO.

Respecto a la sensibilidad de la cámara, es tan simple como parece, con un sólo pero. Se mide en valores ISO, y cuanto menor sea, más luz necesitaremos, y por lo tanto más tiempo será necesario para hacer la foto. El inconveniente de las altas exposiciones es que suelen acarrear ruido, que son errores que recoge la cámara, y se manifiestan como puntitos de colores discordantes en la imagen, y que suelen quedar horriblemente mal. Por eso suele interesar utilizar una sensibilidad baja sobre todo si hay poca luz, con lo que puede darse la paradoja de que necesitemos una sensibilidad alta y una velocidad lo más corta posible para tener luz suficiente para que no nos quede movida la imagen, pero nos convenga una sensibilidad baja y una duración larga para que no haya ruido. Si el objetivo está inmóvil y tenemos un trípode o hacemos el apaño de hace un par de párrafos, es recomendable lo segundo. La mejor idea es mantenerlo lo más bajo posible, y sólo subir la sensibilidad si no hay forma de conseguir la luz necesaria manipulando la abertura y el tiempo de exposición. Aunque como en todo, uno puede tirar de sensibilidades altas para acortar aún más el tiempo necesario para sacar una foto nítida a plena luz. Esto por lo viso los fotógrafos deportivos suelen hacerlo bastante a menudo.

4. Demás consideraciones, brillo, formato de imagen, etc.

Y poco más tiene la cámara. Suelen traer un control sobre la claridad o la oscuridad de la foto en sí, un corrector que se supone que aclara o oscurece la escena; poco uso le doy. Yo por defecto la tengo un pelín oscurecida porque leí por ahí en un reportaje sobre mi cámara que convenía porque tendía a sacar las fotos demasiado claras, pero pocas veces lo toco; en el viaje a Galicia hurgué en esas cosas para que el tiempo de exposición pudiese subir y para poder hacer fotos del mar borroso sin andar trasteando con la apertura, y puede usarse para utilizar exposiciones más largas y conseguir aumentar el contraste desde la propia cámara, forzando que las zonas oscuras sean muy oscuras y permitiendo que las claras salgan muy brillantes. Del enfoque y del zoom no creo que haya gran cosa que decir, enfoca lo que quieras que salga enfocado y utiliza el zoom para encuadrar la escena que quieres reproducir, y siempre, siempre, siempre, absolutamente siempre, saca las fotos en formato raw.

El formato raw, "crudo", es un archivo en el que las SLR (y bastantes cámaras compactas, ya, y menos mal) guardan toda la información de la foto; si guardamos nuestras imágenes como jpg, se pierde un montón de información al aplicar los algoritmos que comprimen la imagen. Todo eso se queda en el raw, que sería el "negativo" de la imagen, digamos, y que luego podremos revelar con nuestro querido amigo el Photoshop de mil maneras distintas. Por lo pronto, guardar las fotos en raw tiene dos ventajas muy evidentes a corto plazo: la primera, que así podemos desentendernos totalmente del balance de blancos, que en vez de limitarse a los modos que vienen en la cámara podremos ajustar con una precisión brutal como nos de la gana. Y la segunda, que sin archivo raw lo que escriba mañana va a tener bastante poco sentido.

5. Las reglas están para romperlas, y el flash, que nos olvidábamos de él.

Lo bueno que tiene saber cómo funciona la cámara es que le deja a uno un margen de maniobra muy alto. Uno puede saber qué es lo adecuado, en teoría, para cada caso, y darle la vuelta, y por ejemplo sacar una foto lenta a unos pájaros para conseguir un efecto de movimiento, o utilizar el flash para una foto nocturna que, por tanto, tendrá bastante luz y podrá ser corta, pero hacerla larga para formar alrededor de la imagen un halo borroso con la luz que recoge la cámara después de la que le ha venido rebotada del flash.

A propósito del flash, yo a priori siempre lo he considerado algo de lo que prescindir siempre que sea posible, pero el flash, como todo, está ahí para que juguemos con él, para que experimentemos sus usos, para que veamos que hace y lo incorporemos a nuestro arsenal de probabilidades. Y luego ala, a experimentar, a jugar y a sacar fotos a patadas, que a fin de cuentas no nos vamos a gastar un duro en el revelado.

5 comentarios:

  1. David! Yo tengo una cámara de esas... tenía cogidas más o menos las cosas básicas, pero con esto he aprendido más!

    Muchas gracias, apañao!

    besos y magia,
    K

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  2. ¡Un placer, guapísima!, y ná, pásate por aquí mañana, que voy a dar la receta para hacer mis fotos resultonas que se sacan en 5 minutitos.

    Besos y hdr.

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  3. Qué bien... Tomo nota por si algún día me compro una parecida, porque la mía es una mierda y no tiene tanta cosa.
    Muchas gracias por la clase.
    Un abrazo.

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  4. Braaaaaaa-voooooo!!!!!!

    Qué entretenido y qué didáctico... me está viniendo que ni pintao!!!

    Te estoy haciendo la ola en este momento... nos vemos en el taller!!!

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  5. ¿Entretenido y didáctico?

    Yo homicida y tú pelota. Vengo de escribir el capítulo 2 y último y me duelen las falanges de aporrear teclas, ay, ay.

    Pero en fin, es una necesidad didáctica que ya me quito de encima, ala.

    Si no te revientan los ojos leyéndome nos veremos en el talelr, sí. Y si te revientan, ¿me das la cámara, me la das?, ji ji.

    Conde-Duque, cómprate una SLR, hombre. Es un lujo asequible y hace que sacar fotos sea un placer, a la que luego tengas dos o tres horas para dejarlas un poco arregladitas.

    Piensa que luego no recordamos lo que vimos sino, cuando lo hay, lo que tenemos fotografiado. Haz todo eso que viste aún más bello, ji ji. ¡Y convierte la visión en arte!

    Vale vale, ya me callo.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.