Debería dedicarme, hoy, a escribir una carta a los Reyes Magos, que aún hay plazo, pero como ya he pregonado a los cuatro vientos que lo que quiero son 500 millones de euros para comenzar mis planes de convertirme en malo de película de 007 (destruir París, tener un gato, una parte del cuerpo de oro, un monóculo, un traje feísimo, tres tics y una mesa enorme como escritorio, ¡ah, qué vida sería!), y como además yo en el fondo soy un asceta, en vez de pedir nada yo hoy divago, y de paso le rendimos homenaje al señor Bond. Así que, por cátedras:
Para la de friquismo cinematocrito, necesitada de una alegría o alguna distracción que nos consuele de la pérdida en Días de Cine de Antonio Gasset (snif. Las putas prejubilaciones de los cojones. Si Fraga y Roma pueden disfrutar de la eternidad ¿por qué no Antonio Gasset?), hoy cumpliría 108 años Bond, James Bond, el auténtico señor Bond (de profesión ornitólogo al servicio de Su Majestad) al que Ian Flemming le robó el nombre para su agente 007 (tan tarangtangtang, tan tarangtangtang, tiruuu tariiii, na na na na na en fin. Es que no puedo abrir Goear desde aquí) porque le sonaba ordinario de narices. Por esas cosas que a los guionistas les parecen graciosísimas y causa de erección, en la película número veinte de Bond, James Bond, Muere otro día, el agente secreto Bond, James Bond, sale leyendo un libro del ornitólogo Bond, James Bond, mientras usa (el agente, no el ornitólogo, a quien nadie ha hecho una película aún. Indignante) la piel de Pierce Brosnan por última vez, lo cuál tuvo su lado bueno, porque Daniel Craig es un pedazo de actor, y malo, porque los abdominales del señor Craig son deprimentes de ver, que las comparaciones es lo que tienen.
Para la cátedra intelectualoide, hoy hace 48 años que Albert Camus murió en accidente de tráfico. De Camus todo el mundo recuerda la chorrada aquella de que no camines ni delante suyo guiándole ni detrás siguiéndole sino a su lado, siendo su amigo, que a mí siempre me llena las de bilis y la cabeza de collages estilo hippy-Disney, y yo siempre recuerdo aquella de que sólo existe un problema filosófico serio, que es el suicidio, que juzgar si la vida merece ser vivida o no es la pregunta fundamental de la filosofía y que todo lo demás son pajas mentales (la interpretación/traducción es mía). Es triste que el hombre palmase sólo 3 meses después de que le diesen el Nobel, pero viendo la página que tiene en Wikiquote uno no puede dejar de pensar que si a día de hoy siguiese vivo y pudiese verla, se pegaría un tiro aunque sólo fuese por las fotos que, a la derecha de la página, “ilustran” algunas de sus frasecitas. Madre del amor hermoso. Qué de hortera hay suelto por le mond.
Para la cátedra de friquismo musical, que es el que a mí me pone como, en cuestión de chocolates, el Tokke a Melendi (ese otro gran filósofo contemporáneo, digamos), tal día como hoy de 1.643, o lo que entonces venía a ser lo mismo un 25 de diciembre de 1.642 (porque los calendarios hubo un tiempo que tenían costumbre de bailar y cambiar de cuando en cuando, en fin) nació Sir Isaac Newton, co-padre del cálculo diferencial y culpable de que las cosas se nos caigan al suelo, que una vez, en un arranque de modestia, dijo que si él había tenido la suerte de ver más allá que tantos otros fue porque se alzaba sobre los hombros de gigantes (pero como no sabía castellano, el tío ignorante, lo que dijo fue “If I have seen further it is by standing on ye shoulders of Giants”). Trescientos cincuenta y siete años más tarde Oasis, el fraternal grupo inglés, tituló su cuarto disco (mi favorito, y a veces el único disco que les soporto y el que menos han vendido, circunstancias estas claramente relacionadas que demuestran que, ¡sí!, soy un snob) Standing on the Shoulder of Giants porque Noel Gallagher leyó la cita en una moneda de dos libras en un pub y la apuntó borracho en un paquete de tabaco, razón por la cual le falta una ese. Ay, esas pintas, Noel. Si es que.
Y para la cátedra de friquismo histórico, Sir Isaac Newton fue el tipo al que se le ocurrió grabar los cantos de las monedas, para que pudiese notarse cuando algún aguililla se dedicaba a limarlos para conseguir metales nobles por la gorra, y uno de los miembros del parlamento inglés menos dicharacheros de la historia, pues sólo habló allí una vez. Se hizo un silencio expectante cuando pidió la palabra, murmuraban los parlamentarios “¡el genio ha pedido la palabra, la leyenda por fin va a decirnos algo!”, y Newton dijo que si no podrían cerrar una ventana que estaba abierta, que estaba empezando a hacer frío.
Circunstancias todas estas que a mí, a día de hoy, me bastan para considerar el mundo un lugar la mar de entretenido. Así que esta noche, viernes, ya puede ser esto el acabose.
Acabose, acabose, bose. Vose. ¡Qué mono de cine tengo, por dios! Lo que me recuerda que no he dicho nada de la última película que fui a ver, hmmm. ¡Id a ved Mi hermano es hijo único, es buenísima!
tengo una serie de preguntas pero por aquí una de las grandes: ¿cómo que a Melendi le pone el Tokke?
ResponderEliminarAh! yo escribiría la carta a los magos, por si acaso no has terminado de ser muy malo... por si acaso se les pasa traerte alguna cosa...
Y... 'tan tarangtangtang, tan tarangtangtang, tiruuu tariiii, na na na na na'
je, qué bien cantas...
¡Ah, al fin! Eres la primera persona que me responde en tres postststs. Ya estaba yo sintiéndome náufrago y pensando en rebautizar a mi ovejita como Wilson y pintarle ojos si no fuese porque Wilson me recordaría a Wilson y ya tiene ojos.
ResponderEliminarMelendi. Anuncio. Tokke, chocolate. "Este es el chocolate que más me pone". ¡Recuerda! ¡Recuerda! Es uno de los anuncios más gloriosos que ha producido la televisión imperial en los últimos eones.
Y lo de los Reyes, en serio, mi no saber. Si es que cualquier cosa que vaya a pedirles va a ser ilegal y van a tener movida en la frontera. Que ya, ya sé que son magos y todo eso. Pero si pasan la frontera con cosas ilegales estarían infringiendo la ley de todas todas y yo no podría cargar eso sobre mi conciencia inconsciente.
Y gracias. Canto fatal, pero gracias.
En fin. Por ser la primera persona que me responde en público (que ahora que lo pienso sí que hay quienes han respondido en privado, y a quienes tal vez debería mandar un salido, venga va, ¡hola!), acabas de ganarte, hmmm, hmmm, eeeh, una mandarina, si queda alguna sana en mi frutero.
Iría a ver, pero una siesta se interpone entre la mandarina y yo.
Yo me quedo con "What´s the story (Morning Glory)", aunque compré todos hasta el cuarto y por supuesto berreé "Supersonic" y "Live forever", de "Definitely maybe" -un título sublime-.
ResponderEliminarPero, ay, no siempre se puede coincidir en todo y "Children of men" me pareció una patochada en toda regla. Entretenida, pero patochada. Sólo salvo a mi adorado Clive Owen.
Abrazos!
Guille
La verdad es que sí tienen grandes títulos, sí. Lo de definetively maybe es genial, sin duda.
ResponderEliminarY el What's the story me parece genial, pero ante el disco menos vendido no tiene nada que hacer, mi esnobismo funciona así. Por mucho que las guitarras del What's me pongan los pelos de punta.
Y si adoras a Clive Owen, también, pues bueno, te perdono la herejía de pensar que la peli es una patochada, ja ja.
No hombre, para gustos colores. Yo a los que os equivocáis en vuestros gustos, por no coincidir conmigo, os tengo un respeto inmenso, ja ja.