y la verdad os hará libres...
...al menos para chismorrear con algo de conocimiento de causa.
Hoy, entre otras cosas, como trabajar, lo cuál ha incuido buscar muchas palabras insultantes que empezasen por zeta (Satán nos pide cosas misteriosas) he estado indagando en los múltiples significados del verbo conocer, que los tiene a patadas; según la RAE, y no pongo link porque hacer click en él sería hacerte leer doble, significa averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas, o entender, advertir, saber, echar de ver, o percibir el objeto como distinto de todo lo que no es él, o tener trato y comunicación con alguien, o experimentar, sentir, o tener relaciones sexuales con alguien, o confesar los delitos o pecados, o mostrar agradecimiento, o entender en un asunto con facultad legítima para ello, o juzgarse justamente. Y siendo más o menos imaginativo con cada definición, excepto tal vez con la última (que no veo cómo cogerla de forma que resulte compatible con la baja estima que, a pesar de lo que aparento en este blog, me tengo a mí mismo), puedo decir, entendiendo la palabra como te de la gana entenderla, que he conocido a una muchacha.
Estos últimos días, entre otras cosas, he estado dedicándome a conciencia a completar la lista de posibles significados como quien rellena un cartoncillo del bingo y en fin, que si no Bingo, porque ya digo que alguna definición es, aceptémoslo, rara de narices, ha dado para gritar ¡línea! un porrón de veces, y hasta me ha sobrado tiempo para realizar algunos experimentos como el comprobar, vigilante hasta donde el sueño me permitía, que la muchacha en cuestión no se convertía en algún bicho siniestro cuando bebía pasada la medianoche (ah, los Gremlins. Hay que ser precavidos) o se transformaba en una señorita verdosa de dientes afilados y risita histérica y desconcertante (no sea que Conan el Bárbaro y yo fuésemos a compartir más cosas aparte de los bíceps). Y no. Podría parecer desilusionante, porque cualquiera de esas dos cosas u otras sorprendentes transformaciones que pudiesen haberse dado fuera de catálogo habrían sido un manantial inagotable de batallitas para contar entre copa y copa por los siglos de los siglos, pero la verdad es que la imagen que compone la muchacha cuando amanece y la primera luz gris de un sábado le pinta el pelo de plata borra por sí sola el deseo de encontrarse con licantropías nocturnas. Uno mira, así tan de cerca, con tanto cuidado, y se descubre pensando ay virgencita, que se quede como está.
A la muchacha le gustan las frases como esa, esas referencias religiosas que supongo que en labios de un ateo recalcitrante (no sé si he escrito bien esa palabra. Pese a quererla con pasión, creo que es la primera vez en mi vida que la uso. Debía estar reservándose para una ocasión así, supongo) quedan un tanto pintorescas. Ya se estuvo riendo un buen rato, ya, de mi "madre del amor hermoso", y de mi historia de cómo nunca llamé puta a la Virgen. Que no es que tenga que ver, en rigor, con las citas bíblicas, pero qué más da.
Y a la muchacha le gusta ir durmiéndose poco a poco para, súbitamente y cuando uno empieza a hacer lo propio, volver a la vigilia con un fervor novelesco de lo más tierno para compartir, a voces, el sueño que acababa apenas de comenzar a esbozarse en su linda cabecita soñolienta. Así, he descubierto que la muchacha acostumbra a soñar con asesinatos y mutilaciones, lo cuál le hace sufrir mucho porque luego no sabe qué hacer con los cadáveres.
Yo, cuando me lo contó y se me pasó el susto (no por el sueño, que veo con la estupidez adoradora de quien está en esta situación, claro, sino por la sorpresa del comentario), sonrío y la abrazo y pienso que tenemos que ver juntos Dexter y Snatch: Cerdos y Diamantes, y que así la próxima vez que sueñe silbará, durmiendo o despierta, y yo acudiré raudo y veloz para colaborar en el traslado de los cadáveres, y luego nos iremos juntos a buscar unos cuantos cerdos hambrientos y después al cine, o a tomar un café, o a asistir a una de sus sesiones de patinaje artístico urbano.
Además tiene, que le haya contado por ahora, doce millones de sonrisas distintas, misteriosas y deslumbrantes, y el pelo más bonito del mundo, y cuando dice mi nombre le incluye un montón de íes de propina y sonríe con alguno de sus doce millones de sonrisas. Yo me deshago, naturalmente, y formo en el suelo un charquito ronroneante en el que ella chapotea toda risa y todo juego.
Disfruta de tu cumpleaños (este post parece dar fe de que lo harás)
ResponderEliminarEn fin, no sé si el pelo más bonito del mundo, pero sí sé que, conociendo menos y en menos acepciones a la muchacha en cuestión me encanta!!!
(besos con velas y tarta y de todo!!)
¡Disfruté, disfruté!
ResponderEliminarY a mí también, a mí también, ja ja.
Besos, besos.
La tarta es lo único que me faltó, pero ni la eché en falta ^__^
Ooooooooooohhhhhh!!!!!
ResponderEliminarY violines.
¡Felicidades! Ahora, sí que sí.
Uy, llego tarde... pero no creo que en el estado de filidá en el que te encuentras te importe :D
ResponderEliminarFelicidades por duplicado, te regalo el libro que tú sabes, ponle una dedicatoria bonita y cuando te vea la firmo ¿vale?
Oye, qué envidia más grande me das ^-^
Bueno, a mi me pareces repetitivo y cansino y además convertido en todo un pastelón!
ResponderEliminarAhora comprendo perfectamente al Sr. Scrunge (o como se escriba!) y no me extraña que estuviera hasta el pijo de tanta felicidad!!!
...
...
...
ay! bueno, vale, que tengo una imagen que mantener (ya casi no nos dejan liberar nuestro yo maligno con tranquilidad)... wau! tio! felicidades! que emocion! y todo eso que se diga!
;*
No, si es que ver a un hombre hacíendo pública este tipo de emoción es lindo. Muy lindo, sí. Si es que parece que eres un tesoro y todo.
ResponderEliminarQue te cuiden, ehhhhhhhh!!!!!
Vaya, iba a escribirle de usted en la entrada de Astor Piazzola, pero leída esta entrada te escribo de tú. Lo de los millones de sonrisas lo escuché en una película, algo pastelona pero con cierto encanto, por cierto. En fin, que no deja de sorprenderme que alguien que ha leido a Cormac McCarthy pueda luego escribir así de una mujer que, afortunado tú, no se convierte pasadas las doce de la noche en bicho raro. Me alegra saber que hay gente a la que todavía esto del amor le sale bien. Escribir enamorado del amor tiene sus peligros, más para la literatura que para el amor, quizá para ambos. Saludos desde Beverly Hills.
ResponderEliminar!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEso digo yo, Lara...
ResponderEliminarBesos
K
Irene, ¿¡violines!?
ResponderEliminarHmmm... no sé no sé yo si Ásmegin no va a ser algo demasiado fuerte para la muchacha, la verdad...
Pip, ¿tarde? ¿Dónde? Si no han pasado ni 24 horas desde que escribiere esas mis siempre bellísimas palabras...
Y no sé de qué libro me hablas ^__^
Vero, gracias por fingir. Tu dolor me satisface, en cualquier caso, y realza mi alegría, ya sabes.
Y señorita Thurman, si me llamas de usted lo único que vas a conseguir es que me haga una tortícolis girando el cuello frenético intentando ver a quién le hablas.
Y Cormac McCarthy era un romántico, en el fondo. Y a saber cómo sale esto del amor. Que le den al futuro. El presente está bien: suficiente.
Y por la literatura no te preocupes. En seguida me pongo otra vez a hablar de grupos de música que no conoce ni dios y santas pascuas.
Lara: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Y Kika, si dices lo mismo, pues entonces para ti también ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Ala.
que te cuiden, que te cuiden... y no te vaya a dar por los cantachungos david, que te veo en un plan...
ResponderEliminar(je)
(anda quéééeé)
(¿Esto de responder justo después de mí es buscando una respuesta exclusiva? Qué truco vil)
ResponderEliminarBuf, tranquila. No creo. Fingiré por quedar bien, diré "oh dios mío, cómo me emociona la dulce vocecilla del Dexter... ¿ah que no era Dexter?... bueno, como fuere... diciendo eso de que si la gente y la opinión pública y... y... y..."
Ah. Voy a necesitar entrenamiento, mucho. Pobre yo.
Lo de que me cuiden, en todo caso, se lo propondré a la muchacha, de tu parte :P
:D
ResponderEliminarUfffff !
ResponderEliminarQue desastre y esta vez no estabas para recordarmelo. Asi que a riesgo de ya no sean bien recibidas MUCHAS FELICIDADES.
Lo bueno de esto es que las felicitaciones valen para varias cosas, cuantas emociones!
Disfrutalo.... un beso!!
Es lo que tiene estar enamorao, que hasta sonrío viendo que dudas entre llamarme educadamente pedante o bocazas, ja ja.
ResponderEliminarPeligroso por ahora no es: Sus sueños de muerte y destrucción no parecen profecías sobre futuras y efusivas exposiciones de mis visceras al mundo exterior, um.
Y no curres taaanto, que Marx no tenía razón (Karl, no Groucho).
La Muchacha, bueno, se la ve contentilla, y también se ríe bastante. Es bonito. Esto, no ella, ella es bonita, con a.