12.12.07

las llamadas de números ocultos



Iba a empezar por "vale, tengo un problema" pero mi parte puntillosa se ha arrancado a contar con los dedos y los ha agotado en cuestión de décimas de segundo así que:

Tengo una serie de problemas, mejor así, pero últimamente ando yo muy ilusionado con uno, porque sí, a veces a mí me ilusionan mis problemas. Los padezco, los sufro, pero hay algunos con los que no puedo evitar reírme, a pesar de estar riéndome, en rigor, de mí mismo, y de seguir opinando que aquello de que hay que saber reírse de uno mismo es una de las gilipolleces más grandes jamás dichas. Porque cuando uno se da motivos para la risa lo que debería hacer es dejar de hacer el ridículo, y no regodearse, pero bueno, yo en realidad me río más de las situaciones que de mí, así que: Me Perdono.

El caso es que cuando suena el teléfono de casa, últimamente no lo cojo.

Todo viene de hace unas cuantas semanas. Sonó, y lo cogí, y dije lo que digo yo siempre en estos casos; ¿sí? Y del otro lado un tipo se puso a hablarme en nombre de Tele2. ¿Tenía yo conexión a internet? ¿Estaba interesado en cambiarla? Y, a la que empecé a balbucear su primera excusa, el hombre se arrancó con su oferta, lo cuál le llevó un rato bastante largo. Terminó, le expresé mis dudas porque la línea está a mi nombre pero no soy su único usuario y la democra... y eso le bastó para notarme sensiblero y el tipo me recitó de nuevo su perorata. A mí es que esas cosas me vencen. Me imagino a quien sea en un cuchitril con su teléfono y su sueldo basura y no puedo interrumpirles ni decirles que no. Pero coño, tampoco quería decir que sí, así que le dije que tendría que consultarlo. El tipo me dijo que si quería me llamaba al día siguiente, reforzando mi sentimiento de culpa porque era sábado, y yo, que me iba al pueblo en cuanto colgase el teléfono, dije que perfecto. Soy un cobarde, qué se le va a hacer.

Me fui al pueblo y me sometí a su rutina, y pagándola estaba cuando a la mañana siguiente me sonó el teléfono móvil. Contesté, intentando mi saludo ritual y absolutamente vulgar, el de ¿sí?, pero sólo me salió algo como ¿glrgb?, y el tipo se puso a recordarme quién era y, oh no dios mío, oh sí, naturalmente que sí, a repasarme de nuevo la oferta. Si pudiese hablar, podría haberle hecho los coros. Y tuvo la mala suerte de que por lo visto cuando estoy de resaca, intento dormir, llevo sólo un par de horas en el empeño y no quiero hablar mis sentimientos de culpa no compadecen, así que después de preguntarme para mis adentros cómo coño tenía mi teléfono móvil le mandé a la mierda, colgué y seguí durmiendo.

Que vale, no le mandé a la mierda, le dije "lo he pensado a fondo y lo siento, no me interesa". Pero mi intención era mandarle a la mierda y de pequeño le escuché una vez decir a Torrebruno que lo importante es participar. Le tenía yo de pequeño mucho respeto a Torrebruno y eso que decía se parecía lo suficiente a que la intención es lo que cuenta.

Resultó que el teléfono se lo había dado mi simpático compañero de piso como venganza, cuando le despertó ese tipo el sábado por la mañana preguntando por mí (y probablemente le contó la historia y le soltó un par de veces su mitin).

Y los días siguieron pasando con sus cosas del otoño, hasta que otro viernes sonó otra vez el teléfono, y era una de Gas Natural, o similar, que quería aconsejarme que me cambiase a su compañía. Esta me repitió la oferta como cinco veces porque en cuanto decía algo que no comprendía salía por esas, y por lo visto yo estaba especialmente incomprensible, qué le vamos a hacer, unos tienen otros talentos y a mí me tocó ese. Así que nada, la mujer repetía una y otra vez lo maravillosa que era su oferta y lo burro que sería yo de no gritar ¡sí, quiero! como Julia Roberts al final de su típica película, que no es que haya visto muchas enteras pero imagino que acabarán así, no sé. Y yo, bueno, por lo visto no sé decir que no a los desconocidos por teléfono, pero uno no puede negar su quisquillismo, y le hice notar que, en cualquier caso, era ella, que trabajaba para esa compañía, la que me decía lo gloriosa que sería mi vida de aceptar la oferta de esa compañía, y que era de esperar que los empleados de otras compañías dijesen lo mismo, al menos cuando estuviesen trabajando. Ella, en fin, lo negó. Coincidencias de la vida, se daba el caso de que su oferta era la mejor. Le dije que no es que dudase de su palabra, pero que más valía guardarse las espaldas, que investigaría el tema y ya vería yo, y ella, en fin, ay mi puta empatía, me dijo que si podría llamarme otro día, y yo claro, le dije que sí. ¿Cuándo?, preguntó, y yo me puse a pensar cuándo podría ser que ni yo ni el salvaje rencoroso de mi compañero de piso estuviésemos en casa, y no encontrando fechas seguras le dije que el viernes siguiente. Ella me dio su nombre y un numerito, me hizo prometer que no los olvidaría, cosa que naturalmente hice, colgué por fin y ya no recordaba ni el nombre de pila.

A la semana siguiente, sonó el teléfono, ponía número oculto, y no lo cogí.

Desde entonces ha ido sonando de cuando en cuando, siempre a horas razonables para llamar a alguien a casa. A partir de las siete, incluso después de las ocho. Cómo se nota quién quiere hablar con quien no quiere hablar con él, pensaba yo cada vez, meditando sobre los horarios de esta gente y los de los bancos. Y nunca lo he cogido.

Esta tarde ha sonado el teléfono de nuevo, a las ocho y cuarto. Yo he ido aterrorizado, he visto lo de número oculto y me he encerrado en la habitación. Y de su cuarto ha salido mi compañero de piso, avanzando con su paso firme y despreocupado hacia cualquiera de mis némesis telefónicas, a pesar de que yo he entreabierto la puerta y le he hecho gestos de pánico, de aléjate y de no no no. Pero él me ha mirado con cara de "me está jodiendo la siesta", ha descolgado, ha tenido la desfachatez de usar mi saludo, "¿sí?" y luego ha dicho "No. No. No, lo siento" y ha colgado.

A mí me maravilla esa capacidad de reiterar mi palabra imposible.

Luego se ha dado la vuelta y se ha ido otra vez a su cuarto, mientras por encima del hombro, de una voz, me ha explicado que llamaban preguntando por un tal José Manuel, o algo así.



(edit: Me dicen que no queda claro este mensaje y que si me estoy riendo de los teleoperadores. No era mi intención. Es más, no podría: Mi mejor amiga lo ha sido durante una eternidad y ha tenido que soportar de todo, y por si mi propia imaginación no fuese suficiente para suponerlo, ella me ha contado lo suficiente para saber que la culpa de las llamadas intempestivas y de la insistencia machacona viene de las instrucciones explícitas de la empresa. Sé que no todo el mundo tiene que saber eso y que alguien puede confundir mi tono jocoso y pensar que me estoy riendo de ellos. Así que no está de más aclarar que si de algo intentaba hacer burla en este post es de mi puta incapacidad para comunicarme con la gente en determinadas circunstancias. Así que amable lectora, si vas a meterte con alguien, hazlo con las compañías que les contratan o con quien esto firma. Ellos no tienen la culpa)

8 comentarios:

  1. MARAVILLOSO. No sé quién eres, pero seguramente este día que empieza para mí sea francamente apetecicble, reirse a primera hora, no tiene precio.
    GRACIAS

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  2. No no no, gracias a ti: No sé cómo será empezar el día con piropos de desconocidos porque no tengo ninguna experiencia al respecto, pero suena prometedor :)

    No te rías muy alto, de todas formas, o me harás sentir culpable: hay gente durmiendo (qué envidia).

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  3. Yo hace tiempo que también he tomado la determinación de no coger las llamadas de números ocultos ("privados" se hacen llamar, menudo morro: privado es el mío).
    Al principio intentaba hacerme el estupendo preguntando con aire entre indignado y mosqueado "¿Cómo ha conseguido Vd. este número?", pero lo acabé dejando ya que las respuestas solían ser tan vagas y/o absurdas que no merecía la pena discutir.
    Como digo, ahora no cojo el teléfono si no me aparece un número que me resulte poco sospechoso (también he escarmentado con las llamadas que vienen con prefijo +5ytantos).
    Mi sueño dorado es que un día alguna compañía telefónica implemente un servicio antispam en la línea, y que impida así que estos plastas irrumpan en la (relativa) tranquilidad de mi casa.

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  4. Pero de verdad son capaces de quedarse con la curiosidad de quién es el que llama? Si es publicidad, lo mejor es ser solidario y decir: "ya, ya sé que es tu trabajo, lo siento, no me interesa" (si se ponen insistentes, siempre se puede sacar el mejor yo y ser tremendamente borde). Pero es que si no contestas a los privados.... ¿y si fuera la voz de un desconocido/a que puede ser el hombre/mujer de tu vida? sería chulísimo. ¿y si fuera alguien conocido que no suele llamar desde su fijo (suele ocurrir) y que no tiene ni idea de que su número sale oculto (suele ocurrir too? ¿y si soy yo que quiero sorprenderte?¿y si es el motivo de un post? ¿el tema de una novela? ¿de la mejor anécdota de la semana para contarle a los amigos? no sé... a la vida hay que buscarle novedades y emociones hasta en lo más irritante...

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  5. Desde luego, yo aprovechando para llamarte desde el morrotel del curro para no gastar, y tú sin cogerme las llamadas, porque sale nº oculto u_u.
    Por lo menos ahora sé porqué es.

    A mí me masacran los del Citibank, al tener también una amiga teleoperadora, al principio intentaba no ser grosera... cuando se cumplió la llamada número 25, mira me da igual... les digo.
    Os he dicho ya chiquiticientas veces que no, además pedí la última vez que si hay un casillero en el que pone "no llamar" lo rellenase.
    Mano de santo. Me piden disculpas y cuelgan por si mismes, y la cosa no pasa del minuto entre otras cosas no les dejo empezar, es decir cuando dicen… fulanita de tal? Llamamos de Citibank… ahí entro yo y digo lo dicho más arriba.
    No me siento culpable porque mi amiga exteleoperadora me dijo que odiaba tanto a los groseros como a los que le hacían perder el tiempo. No creo que decir - ya he dicho “algunas veces” que no me interesa, no insista por favor”- sea grosero y desde luego, tiempo conmigo no pierden.


    PD: Es broma, no te he llamado nunca desde el trabajo ;P

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  6. Me sobraba el edit, por eso, directamente, me lo salto (que voy fatal de tiempo, como casi siempre).

    Preocupante esa incapacidad tuya. Y mucho. Quiere eso decir que, por ejemplo, si se te pide dinero, ¿tampoco puedes decir que no?. Y, también por ejemplo, si se te pide un favor de esos horribles que no le apetecen nada a uno, ¿tampoco puedes decir que no?. Y, por poner otro más, si una mujer de esas que no te atraen en absoluto (alguna existirá, digo yo, por mucho que te lea y sepa que te gustan todas o casi todas, como casi todos los hombres decís, por otra parte)te pregunta si puede acostarse contigo ... ¿tampoco puedes decir no?

    Más que nada, pregunto por curiosidad, digo. También por saber el grado de importancia que tiene tu problema en cuestión. Y, también, y, como no, por tener claro si puedo aprovecharme de él o no. Esto ... es que es muy importante saberlo todo, al menos, lo más que se pueda.

    Se va cuidando, caballero.

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  7. Verónica, bueno, mayormente me pasa por teléfono y con esta gente, que me despierta mucha simpatía. Si quien me pide todas esas cosas me despierta también simpatía pues suelo dejar mi dinero encantado, hacer cualquier favor por horrible que sea de mil amores, y bueno, de lo del sexo no sé qué decirte porque la verdad es que me faltan datos para hacer un estudio estadístico apropiado.

    Por lo pronto y hasta donde alcanzo a imaginar, en ese último ejemplo, el del sexo, yo saldría corriendo espantado, aterrorizado por algo tan poco habitual, ja ja.

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  8. Olvidé responder al resto del mundo...

    Resto del muuundo, no olvidéis que quienes dictan los métodos de tortura, los imponen y vigilan que se cumplen son las empresas contratantes, no el pobre hombre o la pobre mujer que llama, ¿eh?

    ÓsQar, lo de que una compañía telefónica filtre el spam lo veo jodido, aunque sólo sea porque ellas mismas lo practican con impunidad y cada vez más, a mí Movistar me tiene frito con sus putos mensajitos de publicidad.

    Y Pip, difícil está que seas tú cuando no tienes mi teléfono de casa, ña ña ña.

    En cualquier caso casi nadie me llama nunca al fijo. Y prácticamente sólo lo uso para llamar a mi familia, así que...

    Y Pi, no sé no sé. No creo que la mujer de mi vida surja de los agujeritos del auricular de ese teléfono. Y si lo hace, o le va a doler o va a ser un manojo de fideos...

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.