29.10.07

el ateísmo políticamente incorrecto

Hoy, por esos azares hijos de la entropía y el aburrimiento (vamos, porque lo he visto mencionado en un foro, aunque sospecho que también tengo cierto interés en este tema porque este fin de semana estuvimos tratándolo tangencialmente una bonita madrugada; aunque realmente todo el mundo anda con pies de plomo estos días y nadie dijo ninguna cosa absurda como, digamos, que creía en la Biblia o que Dios es un simpático barbudo encaramado a una nube), he conocido a Pat Condell. En el sentido de haber visitado su página y haber visto un par de vídeos suyos. Pat es un ¿comediante? inglés que se dedica, básicamente, a hablar de religión con pocos pelos en la lengua, con lo cuál ya le han tachado de islamófobo, si esa palabra existe y es así (sigo apelando a la velocidad de crucero y que le den a la RAE), y por lo visto hay integristas católicos que le mandan correos deseándole la condenación eterna.

En fin, por compartirlo, cuelgo dos cosas suyas, primero un video suyo que he encontrado doblado al español, dándole caña al Islam...

...y la transcripción de otro que se llama...

Hola, cristianos furiosos


Hola a todo el mundo. Me gustaría darle las gracias a los cristianos furiosos que han estado escribiendome para contarme lo mucho que ansían mi tormento eterno en las llamas del infierno. Es bonito saber que estoy en vuestras oraciones. Y os habéis estado frotando las manos con anticipada satisfacción, también, algunos de vosotros, por cómo suena cuando no estáis transcribiendo rabiosamente páginas y páginas de las escrituras. Y aún así, si yo os llamo locos, aparentemente soy yo quien está resultando ofensivo. Es un viejo mundo gracioso este, ¿no es cierto?

Para ser honestos, de hecho logro comprenderos hasta cierto punto. Quiero decir que debe ser bastante desquiciante para la gente religiosa ver ateos como yo yendo por la vida sin la más mínima señal de culpa o autoarrepentimiento, y desde luego nada propensos a rezar o hacer penitencia de ningún tipo, y para nada preocupados por ninguna forma de castigo eterno. Tengo que admitir que si fuese religioso probablemente pensaría para mis adentros: "Cómo puede ser que yo tenga esta carga en mis hombros mientras esos cabrones consiguen su paseo gratis?" Y ni siquiera creo que pudiese encontrar consuelo, como algunos de vosotros cláramente hacéis, ante la perspectiva de su tortura eterna en las llamas del infierno, abrasándose en agonía y atormentados por los demonios, porque ese escenario no me convence. Pienso que si existe el infierno, probablemente será no un lugar en el que ardas físicamente por siempre, sino más bien una metáfora de algo más sutil que consuma por dentro. Algo como el arrepentimiento eterno, quizas. Sobre algo que no se ha hecho, que no se ha intentado, que no se ha arriesgado, que no se ha amado lo suficiente. O tal vez sea sólo el asunto ese de arder entre las llamas. No quiero ponerme pesado al respecto.

Ya es lo suficientemente malo que Jesús muriese por mis pecados -aún no consigo metérmelo en la cabeza- y gracias por recordármelo otra vez, por cierto. De hecho me siento culpable de alguna manera por no sentir mayor agradecimiento hacia Jesús, pero simplemente me gustaría que se hubiese molestado en preguntarme antes de tirar para alante, porque me siento como si me estuviesen pasando la factura de algo que yo no pedí. Y esa es precisamente la historia, ¿no es así? Si eres cristiano ya has nacido con tu deudad con Jesús, y esa es una deuda que sólo puedes pagar por completo muriendo. Está uno metido en un asunto realmente complicado, ahí. Es como si te toca pagar la hipoteca de una casa que ya es tuya en propiedad, especialmente si se tiene en cuenta que no hay evidencia histórica de que el Jesús de los evangelios existiese. Los registros de los que disponemos al respecto fueron escritos por gente que nacío mucho después de que muriese. Así que más bien se limitaban a transcribir lo que había oído. Y, por supuesto, lo mismo es aplicable a los mismísimos evangelios. Curioso, ¿verdad?, que nadie que se dedicase a escribir en aquellos tiempos pareciese saber nada de Jesús, a pesar de los fantásticos milagros que se dedicaba a hacer, las multitudes a las que predicaba, y por su puesto su monumental y espectacular muerte en público. Y no olvidemos que es un tipo cuyo nacimiento estuvo marcado por un evento delestial, y que nació de una virgen en el año seis antes de Cristo. Dos milagros al precio de uno (y eso es llegar pisando fuerte), y luego vino un milagro tras otro, alimentar a la masa, curar al enfermo, caminar sobre las aguas, levantar a los muertos... Fue clavado a un madero y volvió al a vida otra vez. ¿Cómo puede ser que nadie oyese hablar de él? Debería haber sido el chascarrillo del desierto. Debería haber sido tan famoso como Elvis. Y lo único que tenemos son rumores, comentarios de segunda o tercera mano que han sido revisados y editados y traducidos confusamente tantas veces que la verdad ya no guarda ningún parecido con los hechos, si alguna vez lo hizo. Así que no sé a quién le estaréis rezando, pero tampoco parece que os haya ido demasiado bien haciéndolo, ¿no? Tal vez deberíais probar rezarle a Elvis por un tiempo. Y ver cómo van las cosas. Quiero decir, al menos en el caso de Elvis sí que tenemos la certeza de que existió.

Pero simplemente porque Jesús sea el personaje de un libro, eso no significa que sea un mal personaje. No significa que no tenga una sabiduría que impartir. ¿No fue él quien dijo: "el Reino de Dios está entre vosotros"? Lucas 17, verso 21, creo que era. Y qué útil información es esa cuando uno se para a pensarlo. Me doy cuenta de que, como cristiano furioso, probablemente esas palabras hayan pasado por tus labios, pero que realmente no creíste en ellas. Y así, para ti, eso realmente no ocurre. Está claro que no ha ocurrido, de otra forma no estarías tan furioso, ¿verdad? ¿Poner la otra mejilla, perdonar al pecador, amar al enemigo? Eso no forma parte de tu idioma. No, tú quieres que haya castigo, ¿verdad que lo quieres? Quieres que haya tortura eterna. Quieres que haya sufrimientos inimaginables, para tu propia satisfacción. Así que creo que está bien que Jesús no existiese, porque si volviese y viese lo que la gente como tú habéis hecho con sus enseñanzas, se daría cuenta rápidamente de que nadie escuchó una palabra de lo que dijo, de que malgastó su aliento, y que desperdició su vida. Pero bueno, todos cargamos con nuestra cruz.

Paz a todo el mundo, especialmente a los cristianos, ya estén dentro o fuera del reino de Dios.







En fin, ese es el señor Condell. Acusado de xenófobo, de racista, de nazi (?), de pervertido (!?), y del catálogo habitual de cosas que suelen llamársele a quienes se lo pasan pipa tocándole las narices a los fanáticos que el mundo pueblan.

Y para terminar, otro par de fanáticos; un vídeo algo más serio sobre un debate televisivo entre dos personas que clamaban ser capaces de demostrar la existencia de dios y dos escépticos, que yo creo que tiene que tener truco porque en estos tiempos wikipédicos nadie puede ir por la vida con el argumento del relojero esperando que alguien trague con él...



Yo a eso sólo tengo algo que objetar en nombre del bando de los creyentes, que es que existe una teoría famosísima (holaaa, aquello del Big Bang) que puede considerarse como "la creación" del universo, con lo cuál este no sería infinito en el tiempo...

Y algo que replicar a eso del bando de los ateos, que es que esa creación, entre otras cosas, incluye la creación del mismo tiempo, que fuera del tiempo poco sitio hay ni para crear ni para creadores. Y apostillar que llamar al mismo universo "la creación" es plantar la semilla nada sutil de un futuro circulus in demostrando.

Apasionante el tema, en cualquier caso.

3 comentarios:

  1. Hola David, decirte que no conocía a Pat Condell y que realmente me ha parecido un gran hallazgo por tu parte, me he divertido mucho viendo el video y leyendo las delicias que les dedica a los católicos que "rezan por él". Con repecto al debate, solo hay una cosa con la que no termino de comulgar, que siempre se considere a la ciencia en posesión de la verdad absoluta, o al menos siempre tratemos de explicar toda la realidad bajo ese prisma para que sea considerado algo como verdadero Vs. comprobado ¿No es eso igual que querer elevarla a la categoría del Dios que critica? No soy una persona creyente, y me ponen enferma los fundamentalismos, vengan de donde vengan, también los que proceden de los científicos intentando hacerlo todo riguroso y demostrable según unas pautas que, para mi, dejan de ser universales en el momento en que deben ser acotadas para que se produzcan ciertas respuestas y posteriormente teorizadas para que abarquen una generalidad mayor.
    A veces la ciencia me parece tan sectaria como la religión, aunque moralmente menos dañina.

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  2. BWAHAHAHAHAHAHA!
    Qué grande el Condell este, y qué cara de gilipollas que se le queda al Kirk Cameron en el vídeo. Si por lo menos hubiera participado en el debate un teólogo versado, habría sido más enriquecedor, pero ese patán...

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  3. Atlántida, te leo decir algo que se estila muchísimo como crítica a la ciencia, eso de no comulgar con eso de que "se considere a la ciencia en posesión de la verdad absoluta, o al menos siempre tratemos de explicar toda la realidad bajo ese prisma para que sea considerado algo como verdadero Vs. comprobado", y luego aprovechas para criticar los fundamentalismos e incluir, entre ellos, a los científicos.

    Yo no podría estar más de acuerdo contigo: La ciencia, como ente del que forman parte personas, no está libre de fundamentalismos, pero donde sí se libra de ellos, y en esto se distingue de cualquier religión, es en su definición, su esencia. Por citar a gente más lista que yo y hacer uso del libro genial que me ha dejado el amigo Perro, y aunque no esté tratando de definir exactamente en qué consiste el pensamiento científico, Bertand Russel la define implicitamente como "el hábito de basar las condiciones en su prueba, y de darles sólo el grado de certeza que la prueba autoriza". ¿Ves por alguna parte presunciones de verdades absolutas o fundamentalismo? Si la ciencia es un fundamentalismo, es el del escepticismo, y eso incluye ser escéptica respecto a si misma.

    En ciencia, matemáticas al margen (y nos libramos porque al fin y al cabo no trabajamos con el mundo real, sino con conceptos puros y estrictos; y aún así tenemos nuestras zonas de incertidumbre, de todas formas, Göedel mediante), no existe la verdad absoluta. Existen las teorías, que son las hipótesis que han soportado la experiencia acumulada, y sobre todo existe la voluntad de renunciar a esas teorías en cuanto se presente una evidencia, una sóla es suficiente, en contra. Enfrentada a la idea de lo que es la fe, que consiste en creer en algo pese a cualquier evidencia en contra, yo creo que es una idea muchísimo más humilde y, a la vez, valiente.

    Lo de tratar de hacerlo todo riguroso y demostrable, bueno, no se intenta hacer eso con todo. Es sólo que si haces algo demostrable, la certeza que puedes permitirte en ello crece. O igual pruebas que es falso y puedes pasar a otra cosa.

    Y lo de las pautas que se encogen y agrandan para obtener unas respuestas primero y para generalizar, después, me suena demasiado vago como para discutírtelo así sin más.

    En fin: La ciencia es rigurosísima de narices respecto a lo que uno puede afirmar o no, y sí, mala suerte, para afirmar algo hay que ser capaz de probarlo, y aún así tienes que estar dispuesto a dejar de afirmarlo en cuanto alguien pruebe que estabas equivocado o en cuanto pase algo que contradiga tu teoría. Aún así cada cuál es muy libre de creer lo que le venga en gana respecto a lo que está sin probar. Es sólo que un buen científico no pierde mucho tiempo en creer cosas que ya alguien ha probado como falsas. Como mucho, si le hace ilusión, puede ejercer su derecho, inherente a la ciencia, de buscarle errores a la prueba.

    En fin, qué respuesta larguísima te he dado...

    ÓsQar, ya tardabas en leerlo, sabía yo que te iba a caer bien el muchacho, ja ja :D

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.