30.7.07

yo nunca llamé puta a la Virgen



Pues vamos con la semana monotemática sobre los odios que va uno suscitando por la vida. Y creo que hay que empezar con esta historia.

Todo comenzó después de unas fiestas del pueblo. Sufríamos entonces a aquel alcalde de derechas que a mí y al final al pueblo en pleno caía particularmente mal por déspota, falso, hipócrita y mentiroso, pero el hombre tenía su núcleo duro, en parte porque en los pueblos la política consiste en la pertenencia a uno núcleo duro o al otro que te van a apoyar de forma incondicional hagas lo que hagas, herencias filosóficas o simplemente familiares de los tiempos del franquismo, y en parte porque era un beatón de los que siempre están en misa. Total, que en una misa de las fiestas tuvo una idea brillante para demostrar lo religioso que era y pensando en amarrar definitivamente los votos de la facción religiosa del pueblo se plantó en un pleno del ayuntamiento escoltado por las hordas cristianas y como punto extraordinario del orden del día decidió nombrar a la Virgen de los Dolores, patrona del pueblo, "Alcaldesa Perpetua", literalmente.

La oposición, naturalmente, estuvo en contra, en parte porque en el pueblo lo de oposición se entiende como algo esencial y obligatorio (el bando rival Nunca Hace Nada Bueno, y si tienen una buena idea se la niega igual. Facilita la vida, supongo, pensar mal por defecto de los demás) y en parte porque fuera de la derecha el laicismo se da de vez en cuando y porque darle ese cargo a la Virgen era algo un poco absurdo. El debate, cómo no, se trasladó a internet, a ese foro del pueblo donde, como me termina pasando en todos los foros en los que participo, ya había un buen montón de gente que me tenía bastante poco cariño. Es lo que tiene decir lo que se piensa siempre, no ponerle demasiado cuidado a las formas y arrastrar cierta forma del complejo de Edipo que me hace tener movida siempre con quienes se muestran paternales conmigo. En cualquier caso yo, como bien sabes, soy ateo militante, así que la decisión del alcalde me produjo una especie de alergia que había que conjurar de alguna manera. Así que me puse a discutirla primero preguntando por la legalidad de la decisión, porque por mucho que el alcalde aprobase su medida en un pleno que no admitió argumentos en contra porque la turba de beatas que lo acompañó aquel día al pleno ahogó en insultos y gritos a quienes intentaron decir algo en contra (ah, y luego dicen del fanatismo islamista. Deberíais ver una iglesia de pueblo un domingo cualquiera), el cargo de alcalde o alcaldesa no es algo que se nombre por decreto sino, por ser este un país democrático, se reelije cada cuatro años, es decir, que no hay lugar para las perpetuidades en ese marco. Y por otra parte en la alcaldía sólo hay una plaza y entonces yo me preguntaba si aquello era una dimisión implícita del alcalde que dejaba el cargo en manos de la escultura de madera de la Virgen que guardan en la iglesia y que sacan en procesión en las Fiestas, y cómo iba a hacer ella para gobernar, exactamente, porque yo nunca la he visto muy comunicativa, la verdad.

Hasta ahí la cosa no iba mal. Se discutía, y los creyentes de derechas se dedicaban a criticar estos formalismos que no entendían el sentir de un pueblo que, diga lo que diga la Constitución, para ellos es católico, que para algo lo son ellos y al resto que le zurzan, y se argumentó que al fin y al cabo se trataba, simplemente, de demostrar el cariño que se le tenía a la Virgen.

Fue entonces cuando yo cometí esa barbaridad a la que soy tan propenso que consiste en intentar demostrar la poca consistencia de un argumento arrastrándola a un terreno fronterizo y usando ahí la lógica que lleva detrás, cosa que la gente no suele tomarse muy bien porque mis ejemplitos suelen buscar el impacto y la gente en vez de asumir que la lógica falla lo que hace es salir disparada en busca de leña seca para montarme una pira. Dije que entendía perfectamente que el alcalde había tomado esa decisión guiado por su fervor religioso y que siendo alcalde y venerando a la Virgen había decidido honrarla nombrándola máxima autoridad de su exclusivo gremio, el de alcalde del pueblo, y que de la misma forma los panaderos podrían haberse reunido y decidir honrar a su profesión y a la madre de dios proclamándola panadera perpetua, o el cartero haberle puesto el título de cartera perpetua, o los carniceros carnicera perpetua, o los jardineros jardinera perpetua, y que si se defendía el derecho del alcalde en este asunto no habría nada que reprocharles tampoco ni a panaderos ni a carteros ni a carniceros ni a jardineros... y que suerte teníamos de no tener burdel local no sea que las prostitutas se viesen afectadas por esa moda de demostración afectiva.

Y claro, medio mundo comenzó a gritar ¡HAS LLAMADO PUTA A LA VIRGEN! De nada sirvió que yo no había hecho tal cosa, que simplemente intentaba hacer ver que cualquier disculpa que se diese al alcalde para su sentido nombramiento serviría para afirmar el derecho de cualquier colectivo a hacer lo propio, lo cuál podría tener conclusiones tan interesantes como las que decía, y que eso era muy distinto de llamarle nada a ninguna criatura de ninguna mitología religiosa, y como suele pasar la gente leyó como quiso e insistió: ¡HAS LLAMADO PUTA A LA VIRGEN!

Así que tuve que ir recortando mi argumento, asumiendo que la gente no tenía la santa paciencia que suele hacer falta para leerme, ni tal vez ganas de ponerse a entender razonamientos, analogías y metáforas, así que según fueron arreciando las acusaciones de blasfemo, de hereje y de imbécil redomado yo terminé recortando mis explicaciones hasta la sublimación de la disculpa y proclamando: "yo nunca llamé puta a la Virgen. En todo caso, el alcalde le ha dado derecho a cualquier prostituta a hacerlo como muestra de cariño y devoción".

A lo que la respuesta de cierto personaje, furiosísimo, fue ¡HAS VUELTO A HACERLO!

A veces la realidad se parece tan sospechosamente a La Vida de Brian que uno termina dudando de si aquello era una comedia o la obra maestra de la filosofía occidental.

Ahora pienso en ello y pienso si no será que algunos fanáticos nunca están dispuestos a razonar sobre el objeto de su fe, y que cuando se discute sobre ello no tienen mayor inconveniente en no escuchar lo que se le está argumentando y poder asumir, libremente, que lo que en realidad están escuchando no es lo que oyen sino otra cosa que sea más fácil de ignorar, condenaro o discutir. No sé si es la fe lo que les ciega, o el miedo a dejar arrimarse a la razón, esa niña juguetona y bien surtida de cerillas, a sus creencias resecas y rellenas de paja.

En cualquier caso, yo nunca llamé puta a la Virgen, porque ¿qué interés iba a tener yo en insultar (porque lo de puta siempre lo entendieron en plan peyorativo, con el bonito debate que podríamos haber montado sobre la profesión en sí) a una figura mitológica? En cualquier caso, también, eso no le impide a medio pueblo, a día de hoy, seguir mirándome mal por la calle porque según su gramática particular sí que lo hice.



::: ACTUALIZACIÓN :::

Pip se ha puesto el casco de minera, a cogido con una mano una linterna y con la otra un jilguero en una jaula, por eso de lo del Grisú, y ha encontrado la conversación en cuestión, aquí. El tema es divertido desde el inicio, aunque toda letra con tilde o extraña (admiraciones e interrogaciones izquierdas y cosas así) no pueden leerse, lo que lo hace un poco incómodo. En cualquier caso mis palabras textuales, que ya cayeron después de unos cuantos posts de discusión, fueron estas...

Lo único que podría justificarlo es que vuestro amor desmedido a la virgen os impulse a pensar que ser la patrona del pueblo es insuficiente, una nadería, ya ves, y que por lo tanto queráis que sea algo más, en este caso, claro, alcaldesa perpetua. Pero entonces no sé por qué os paráis ahí, o cuánto durará eso. Porque ya puestos, por qué no añadir más cargos, para demostrar tanto amor y tanto cariño, e incluirla no sólo en el gobierno, sino en otros ámbitos de la vida diaria, y nombrarla a perpetuidad por todos los oficios y cargos del pueblo: panadera perpetua, fontanera perpetua, operaria de la construcción perpetua, cartera perpetua, camarera perpetua, estanquera perpetua, taxista perpetua... y dad gracias de que no tengamos burdel.

Y cayeron truenos y centellas, ja ja. No niego que iba a provocar, eso está clarísimo. Pero nadie se tomó la molestia de intentar entender el razonamiento, que a mi entender es totalmente válido.

7 comentarios:

  1. No sé si se pudo interpretar libremente que llamaste puta a la virgen porque el ejemplo de las protitutas era claramente ambiguo o porque dejaste adrede ese cabo suelto sabiendo la interpretación que le darían. En cualquier caso, y suponiendo que estuvieran en lo cierto y llamases puta a la Virgen, no sé como no les dijiste (puesto que iban a interpretar lo que les diera la gana), que una mujer ya parida es "casi" imposible que sea virgen, y que puta no sería, pero los cuernos sí que se los puso a San José, pues hasta dónde publica la última edición revisada de la Biblia, el hijo era del Espíritu Santo.
    En serio, me ha gustado tu historia, me las he imaginado en una especie de tribunal inquisitivo, con ropas y todo, y me he reido mucho.

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  2. ¿Estás seguro de que no dijiste lo que dicen que dijiste? Lo digo porque, llegados a ese punto, es muy posible que, ni tú ni el resto, tuviera ya una mínima idea de lo que había verbalizado cada uno ....

    Por si acaso, me enteraré del nombre del lugar, no vaya a llegar por ahí, en plan despistado un día, y, por cualquier motivo totalmente desconocido en ese instante, se me ocurra decir que sigo tus comentarios en internet .... No me gustaría escuchar algo asimilar a: ¡ERES LA QUE LEE AL QUE LLAMÓ PUTA A LA VIRGEN! (Que en los pueblos son muy suyos y ¡yo ya estoy mayor para salir corriendo de ningún lugar!

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  3. No, no llamó puta a la virgen pero dijo lo que dijo de una manera tal que hasta en un primer vistazo a mí me lo pareció...
    ay que risa, me voy corriendo a los archivos a refrescar mi memoria con tan esperpéntica discusión XD

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  4. Atlántida, las interpretaciones son una cosa personal de cada uno, y los insultos otra, y a mí no se me acusó de insinuar ni de interpretar ni de ofrecer interpretaciones; se me acusó de llamar puta a la Virgen. Aunque como decía Vero no hace mucho nadie entendió que la estuviese llamando panadera, o cartera, o verdulera, o cualquier otra profesión que pudiese poner como ejemplo.

    La gente leyó lo que quiso leer, para convertirme en ese hereje blasfemo que querían que fuese, porque así les resultaba más fácil tratar conmigo (o sea, rechazando de plano todo en base a un insulto que no existió).

    Verónica, segurísimo; me leí aquel tema unas doscientas veces. Lo que no sé es si ellos se lo leyeron alguna, o lo entendieron siquiera. A todo el mundo le dio absolutamente igual la argumentación. Bueno, a todo el mundo no, a los de las teas ardiendo.

    Y no te preocupes, hasta ahora no han linchado a nadie por leerme... hasta que no lo hagan conmigo creo que vosotros y vosotras, lectorcillos míos, estaréis a salvo.

    Pip, tú porque eres una malpensada. Creo que lo único que la llamé fue personaje de la mitología cristiana. Hmmm. Y suerte con la búsqueda, si encuentras algo avisa y lo pongo aquí, yo creo que se fue todo desagüe abajo en alguna purga estalinist... digooo en alguna limpieza rutinaria.

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  5. Cierto, digno de la vida de Brian! jajajajajaja..aquella fue buena, es verdad, no parabas de llamar puta a la virgen! ya te vale! XD
    Qué locura por dios! (uy, queda muy propia la expresión, jajajajaja)

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  6. Oiga me encocora* profundamente que arroje sobre mí esa imagen de sacrificar un alegre jilguerillo por un quítame allá esos foros v_v

    Sinceramente la cosa no era tan laboriosa, creí que eras más sagaz rastreándote a tí mismo

    *palabra que aprendí gracias a que alguien te lo llamó a tí, no sé si en ese foro o en otro cualesquiera ;)

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  7. Jajajaja!
    ¡Qué gran momento me has hecho recordar, y qué delicia haber participado en él!
    A ver cuando lías otro cipote de este estilo en Hituero, que ahora con las vacaciones y la función está muy soso. Siempre podrás contar con Piélago para que te haga el coro.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.