Has visto las noticias, habrás visto mi pueblo, sabrás lo que ha pasado.
Un pueblo de mil habitantes es un microcosmos donde existen a la vez casi todas las circunstancias de la humanidad, y todas ellas viven a menos de cinco minutos andando de tu casa. Te has cruzado con todo el mundo por la calle. Los conoces a todos de vista. Te has tomado copas hasta con el apuntador.
Por eso no es lo mismo leer en el periódico o ver en las noticias la noticia de un parricidio (y pensar "qué mal está la gente" y pasar páginas rápido rumbo a la sección de deportes, inocua, terapéutica, el caso Eto'o y la estupidez de Capello) a enterarte de ella según vas a salir de casa para tomar el café.
Por la edad de cada uno, cada cuál es más propenso a conocer a gente de cierto rango de edades, porque tenemos más trato con quienes tienen nuestra edad, porque los vemos en más sitios, porque son con quienes interactuamos. Por eso yo conocía a David. Conocerlo hace que no exista una sección de deportes donde refugiarse. Conocerlo te da la justa medida de la tragedia; ¿Recuerdas a ese chaval tan majo que siempre te saludaba y con el que hablabas cuando coincidíais en algún lugar? Pues ya no lo vas a volver a ver. Conocerlo y conocer el lugar hace que su ausencia súbita y la noticia queden grabadas en las calles, en los lugares, en las caras de la gente. Produce un aura de tragedia, todo se ve distinto, la luz brilla de otra manera, incómoda y dramática.
Primero la noticia circuló por el pueblo, creció con un par de versiones divergentes (la gente, ya se sabe) y al final se quedó en lo confirmado, y todos supimos qué había pasado, y todos supimos todas las circunstancias, y todos supimos el por qué, el siempre indefendible pero existente por qué. Luego llegaron los periodistas, primero avisando en el teléfono de mi amiga del gremio, preguntándola, luego presentándose cámaras y portátiles en ristre, desperdigando unidádes móviles por el pueblo y por Talavera. Contando en cada versión una pequeña versión de los hechos. Estableciendo nuestra existencia, declarándonos oficialmente los nuevos y flamantes miembros de la España Negra (textualmente, en el último telediario de Antena 3), después contando cada vez lo que sabían de la historia. Hurgando, enterándose de los problemas de cada uno, recitándolos en directo. Con mucho afán de superación, pues al fin y al cabo no pueden recitar lo mismo en cada telediario, y con mucha profesionalidad, pues al fin y al cabo no pretenden contar la fría realidad, sino descifrarla, exponerla, hacerla comprensible para que la gente a la que le pille de lejos aplaque su morbo o huya en busca de la información deportiva.
Conociendo la historia hasta cierto punto, haste éste punto, hay partes que espero que no lleguen a contar. Mañana es lunes, seguro que alguien del PP abre la boca con intención de volver a convertir las noticias en un arma política, hay un barco cargado de porquería naufragando en Galicia, habrá ruedas de prensa, y el empate del Madrid me dará materia prima a granel para huir y esconderme. Eso hará que las unidades móviles dejen de preguntar, dejen de estar allí, dejen a los muertos en paz, que es lo que todos queremos. En parte por ellos, y eso se dirá, y eso pensará todo el mundo.
Pero también, aunque eso no lo diremos, por nosotros. Por lo que uno tiene que callarse. Por las cosas que nunca nadie querrá decir, y que mancharán nuestras almas, o las almas de algunos, durante el resto de sus vidas.
Porque antes moriremos que explicar el indefendible por qué.
edit: más, y la noticia completa, en el blog de Vero.
18.2.07
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Con la tecnología de Blogger.
Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.
Y al final, no queda nada que decir, porque no tiene sentido.
ResponderEliminarY lo peor, como siempre, la gente. ¿Recuerdas lo que hablábamos anoche de estar un poco asustados por qué diría y qué preguntaría hoy la gente en el trabajo?
ResponderEliminarPues a mí me han recibido dos compañeros riéndose a mandíbula batiente y haciendo coñas sobre si me había traído el hacha.
Qué gilipollas que somos a veces sin darnos ni cuenta, por defecto.
a mi me ha pasado algo parecido
ResponderEliminarse lo he dicho a un compi del curro, k el famoso pueblo era el mío y a la hora del desayuno ha dicho
¿sabéis k en el pueblo de Marta se cargan a la gente??
y lo he flipado un poco, pero bueno...es lo k tiene el morbo
por cierto...kiénes han sido los gilipollas del curro?
Eh, que no les llamo gilipollas, pobrecitos. Sólo digo que todos lo somos, a veces, sin darnos cuenta, porque imagino que no se daban cuenta de lo que puede ser esto.
ResponderEliminarAsí que para qué dar nombres. Quien fuese. En otra situación, bien podría haber sido yo.
Yo creo que es un sistema de defensa como otro cualquiera, te ries, gastas bromas, le quitas importancia al tema y lo llevas al límite como sistema de defensa porque sino ¿cómo explicas lo que ha pasado? tu mente no puede hacerlo asi que lo convierte en algo absurdo.
ResponderEliminarTodos somos gilipollas porque tenemos ese ramalazo de defensa tan propio del bicho humano, la superviviencia es lo que tiene.
Hola, me gusta como escribes, no me explico por qué no estás con más votos, tu estilo es muchísimo mejor que algunos que van en primerísimos lugares. Te felicito y te doy aunque sirva tan sólo de aliento para que continúes asi, un voto.
ResponderEliminarY mi saludo