Licencia para ser breve
Hoy, foto de escapada y música de viernes,
Me la concedo a mí mismo (la licencia de la brevedad) porque ayer escribí dos cosas (aunque en rigor una puede contar como de antesdeayer, que lo escribí pasadas las doce pero sintiendome aún en miércoles) y la segunda me quedó larga.
Así que nada, sólo unas líneas para contar que este fin de semana me voy a los montes, a llenarme las manos de sangre y el buche de somarros y sopas de salmorejo; le llega el particular San Martín a cierto cerdo del que he oído hablar. Así que vendré pesando diez kilos más que ahora y con unas agujetas considerables en los brazos, de darle a la graciosa maquinita de picar la carne, y veré películas, y releeré libros (crisis grave: ¡Sólo me queda un libro virgen que leer! Necesario planificar y efectuar expedición a librería el lunes que viene, mismamente. Y si puede ser el domingo, mejor), y haré fotos, y pasaré fotos, y dormiré, y veré más películas, y me iré al campo, y saldré por las noches, y me buscaré compañía.
Sí, ya, muchas cosas quiero yo hacer. A ver lo que cunde la agenda y la cantidad de atención que reclaman las masacres, los descuartizamientos, los troceados y demás.
Ay, es que me siento algo perro. Así que nada, ya que con la última canción me he portado bien (tiene que haberte gustado, eh) pues como despedida una de un grupo que ¿cómo dije?, ah, sí, es como una mezcla entra banda de payasos y grupo de black metal puesto hasta las cejas de LSD. Incluye un piano muy chulo.
Es larga así que ya sabes, dale al pause un ratito para que vaya cargando y luego alégrate conmigo de que haya gente que esté tan mal de la cabeza y se dedique a hacer música.
Yo fui de pequeña a una y fue muy divertido ver como se emborrachaban los mayores y hacían juegos muy acordes con la palabra matanza... fue muy educativo, sí señor.
ResponderEliminarAcabo de descubrir que tengo otro sueño sin cumplir, ver a jota tocando en un concierto de death metal vestido de rosa y pintado como un payaso... tiene que ser la hostitú :D
Querido david, imagino que después de todo no se te ocurrirá la genial idea de traerme un producto porcino (véase que no he dicho nada sobre lácteos) hecho por tus manitas de este fin de semana sangriento ¿verdad? ª_ª si lo hicieras yo te perdonaría lo del disco y tal.
Yo he ido unas cuantas veces, es lo que tiene ser extremeña....Lo que me chirría en los oídos y me descoloca es el quejío del cerdo....Pero como soy un ser desalmado y continuamente hambriento se me olvida enseguida, es una gozada charlar con las tías y primos del pueblo cuando tienen varias copas y te enseñan a rellenar tripas..!Qué romántico!
ResponderEliminarPues al final ni matanza ni nada. Fin de semana de reivindicación del vacío, y de reivindicación de la búsqueda de formas para llenarlo. Pero sin somarros, sin sopas de salmorejo, sin torreznos, sin grasa, sin carne y sin sangre. En parte decepcionante...
ResponderEliminar...y en parte, la vida en directo, para nada decepcionante.