7.11.06

Y los sueños sueños son

No ha sonado mi despertador porque anoche, en un hábil error, lo dejé olvidado en el cuarto de baño, donde a esas horas aquí mi compañera luchaba dúramente en un cuerpo a cuerpo consigo misma en el que había involucrados un secador, una cabellera empapada y un montón de decibelios que yo nunca consigo escuchar. Así que se ha presentado la pobrecita en mi cuarto transmitiéndome la orden del despertador con un cierto mosqueo (no porque la use de despertador a ella, sino por cierta ventana de cierto cuarto de baño que anoche cierta persona dejó abierta, lo que ha producido que cierta otra persona haya pasado cierto frío esta mañana en la ducha. Se está investigando el asunto). Así que me he levantado algo desorientado y lo achacaba a la ausencia del despertador, que no encontraba aún, hasta que de pronto PLAF, me ha venido encima el recuerdo de la ¿pesadilla? de esta noche. La llamo así, ¿pesadilla?, con ¿ y con ?, porque creo, vista la obra completa, que ese pretendía ser el género, pero el director, o la parte de mi subconsciente encargada de dirigir este capítulo de mis sueños, se ha hecho un auténtico lío de esos que al final en vez de agobiar y asustar sólo desconciertan y confunden.

Y eso que la trama principal partía de una buena idea del mundo real: Mi maldito despiste, que hizo que hasta ayer por la noche yo no tomase consciencia de que este jueves no se trabaja aquí en Madrid. Así que en el sueño se planeaba una quedada multitudinaria para ir al cine y para cenar, y todo el mundo andaba en un bar esperando para la hora de la cena, y cuando digo todo el mundo me refiero a todo el mundo: Había gente allí de cada grupo que conozco, todos pasándoselo pipa y todos ignorando el reloj que por lo visto sólo yo (que, claro, no llevo) veía. Eran las doce menos algo, y cuando preguntaba a una amiga a qué hora era la cena, me decía que ya prontito: a las doce de la noche. ¿Y para qué sesión tenemos las entradas del cine? A las doce y media, decía. Sin ninguna preocupación, sin ningún estrés. ¿Suena terrorífico como para una pesadilla? ¿No, verdad? Yo, en sueños, he levantado mis cejas y me he dicho "bueno, pues nada, seis euros a la basura, otro día me voy a verla solo y me quito de historias", y luego todo ha degenerado en algo más primitivo y bárbaro de evidentes ecos friquis en el que estábamos todos en un patio sospechósamente parecido al de mi casa y nos proveíamos con todo tipo de armamento medieval por pasar el rato o montarnos una batalla campal, no lo recuerdo. Pero lo más curioso del sueño, para mí, es que yo registraba la casa con un colega, en busca de la mejor cosa con la que destrozar gente (y había de todo, desde hachas y espadas y demás a sartenes soldadas a palos con cadenas colgando, una risa) y por fin encontraba una espada digna del mismísimo Conan el Bárbaro... y se la daba a mi amigo y yo seguía buscando. No sé, me choca haber sido tan majete en el sueño.

Y la otra cosa curiosa es la sensación que tengo ahora, esa que a veces nos dejan los sueños cuando pasamos mucho rato aprisionándolos, sin dejar que se deslicen por la cuestabajo del olvido, que es lo que ellos evidentemente desean, y empiezan a convertirse en algo con agujeros que se infiltra en áreas de la memoria que no son la del propio sueño: Recuerdo con bastante claridad la sensación de confusión que me daba la casa que hemos registrado, vágamente parecida a la casa de mis abuelos en el pueblo, pero la recuerdo con la sensación de haberla recorrido en otros sueños. Pero no sé si ese es un recuerdo real o un recuerdo nacido de este mismo sueño, es decir, si es mi recuerdo o el recuerdo de un sueño.

Así que siento mi memoria tambalearse, ampliarse, crecer, cambiar, y la siento viva, y es una sensación ligeramente inquietante (más, desde luego, que la ¿pesadilla?), pero sobre todo interesante.

3 comentarios:

  1. La memoria de los sueños... un mundo fascinante.

    Yo tuve una temporada que casi todos los días volaba en sueños. Me resultaba curioso darme cuenta que estaba soñando y era consciente que dentro del sueño sabía volar, es decir que si venía un grupo de malajes a atacarme... no problemo, me percataba de que estaba soñando, recordaba como se volaba en sueños y flip flip flip volaba.
    Aún sé como se vuela, pero ya no soy capaz de hacerlo.

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  2. Yo la verdad es que hace mucho que no recuerdo lo que sueño (Si, es un autentico coñazo....)
    Pero mira que bien, siempre puedes aprovechar la inspiración onírica y ponerte a escribir, que de algún lado tendrás que sacar un sobresueldo para pagarme esas cenas que me debes ;p

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  3. Hey there -- for whatever reason, I haven't been able to leave comments on your Panopticon photoblog for about a month...just wanted to say I still visit, and love these dark fog images.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.