2.11.06

Un poco de folk para esta lluvia repentina

Te presento a Hedningarna (dale al botón y escucha Pornopolka y Minskog. Sí, Pornopolka), un grupo noruego de neo-folk que conozco por cortesía de Jota y que debería escuchar más a menudo. Que TODO el mundo debería escuchar más a menudo. Y no pongo un blog al link de Jota (sí, me he equivocado. Pero tengo algo de prisa. Show must go on, bla bla bla) porque el muy perro hace una eternidad que no lo actualiza, a no ser que con el exclusivo y evidente afán de dejarme mal lo haya actualizado subrepticiamente (amo esa palabra) en las últimas horas.

Pues sí, llueve. Y yo esta mañana descarté el paraguas como parte de mi arsenal diario (que queda así reducido, hoy, a 2 caramelos, 2 dados, 3 tornillos, 1 tuerca, móvil sin batería, cleenex, miles de llaves y algo de dinero en la forma de quince kilos de monedas cobrizas) porque estos días hacía un sol de verano... ya notaba yo durante el día que algo se cocía en el cielo, cada vez más plomizo, pero no he hecho mucha cosa porque la costumbre me ha hecho desconfiar de mis sentidos cuando tengo el sueño que tengo ahora mismo, así que al fin he mirado y zas, ahí estaba el cielo deshaciéndose y Madrid sorprendidísima bajo la lluvia. Así que me han dado unas ganas enormes de escuchar este grupo, que pega con este tiempo loco, que tiene un espectro lo suficiéntemente grande para abarcar desde el asunto de la lluvia, en su rama folk, hasta el runrún del tráfico, en su rama, em, no tan folk.

Así que nada, a mojarse tocan, sin paraguas y correteando de un lado a otro de la calle para buscar el refugio de los edificios. Y es hora de irme y he quedado así que ¡alehop!

1 comentario:

  1. Tengo la sensación de que la lluvia te produce alegría.
    Me alegro por ti, por los pantanos, por los pájaros, las plantas... Pero podía llover sin hacer desaparecer al sol y no estar el día gris.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.