17.10.06

Otoño por fin

De pronto ayer el verano se rindió. Ya flaqueaba, ya hacía fresco, ya tenía yo que echarme un edredón por las noches (a falta de carne buenas son plumas), pero hasta ayer en el fondo seguía siendo verano. Salía yo del metro en Lavapiés, para tomar unas cervezas y decir adiós a Miriam, a quien me temo que me voy a pasar la semana diciendo adiós (se va a Caracas, ódiala), y llovía, y se ha pasado la noche y la mañana lloviendo y de pronto hace fresquito al mediodía y hay charcos y gotitas cayendo en ellos y líneas de metro colapsándose y obligando a nosotros la masa a corretear por los pasillos del metro como ratas de laboratorio en sus pequeños laberintos blancos (solo que en plan idiota, porque imagino que las ratas correrán a por comida o pretendiendo ser libres, y nosotros íbamos camino del trabajo. Quien nos considere una especie inteligente ahí tiene eso para meditar).

Y yo tan feliz de la vida. No sé qué tiene la música que me hace sonreír como un idiota. Los años de sequía de mi infancia, imagino. Así que aquí ando, con mi cámara, a la caza del charco perfecto... pero después de tantas fotos a charcos me he puesto un poco sibarita y en lo que va de día no he visto ninguno retratable.

Poco más tengo que contar de esta semana de silencio... que parece que la mudanza de verdad de la buena está al caer y que la idea es ver el capítulo de House de la semana que viene en nuestro sofá, en nuestra tele (bueno, la de mi compañera de piso, que yo no tengo) y con nuestra mantita, y que ya andamos comparando precios de conexiones a internet y demás necesidades básicas. El viernes inauguramos la casa en lo nocturno y lo etílico: Acampamos allí con dos botellas de vino, una de Capitán Morgan, provisiones y guarrerías, y vimos La Cosecha del Hielo, escuchamos música, hablamos, reímos, aprendimos a considerar nuestros el pasillo, la cocina, el baño y los dormitorios, y terminamos viendo capítulos de House y por fin descubriendo qué color tienen los sueños en esa casa. Los míos deben ser del mismo color de los de una pelota de ping pong.

El sábado fue un día record, virtudes de vivir en tierra civilizada. Dio tiempo a levantarnos tarde, descubrir una ruta conocida para ir de casa a Marqués de Vadillo en coche, tomar algo por allí, ir a Leganés, comer, darme una ducha, volver a Madrid, meterme en el cine a las 6, a cenar a Latina después y por fin a las fiestas del Barrio del Pilar, con un montón de gente fabulosa, y no lo digo refiriéndome sólo a mis conocidos, que ya sabemos que lo son, sino al resto de la gente, que tenía unos gestos con quienes no conocían de nada que eran para matar de envidia a cualquier otro barrio.

Viaje de vuelta a las mil, últimos buhos, despedidas, cigarros de contrabando conseguidos mediante chantajes emocionales, taxis, ese ritual que adoro de la lectura al amanecer, y el despertar a las cuatro de la tarde para descubrir un domingo gris y deprimente que se ha malgastado la mitad de su luz de ceniza alumbrándome los ronquidos.

Y esta semana, pues aquí va, inaugurando el otoño, haciendo álgebra aquí en mi cabeza para ver cuál de todas las simetrías y desplazamientos que se le pueden hacer a un sofá hará posible encajarlo en alguna furgoneta amiga, pateando un Madrid húmedo, dejando que la lluvia me moje cuando no se pone muy pasional, recitando cuentos nocturnos a amigas tristes para que puedan dormir, y siendo bastante feliz.

7 comentarios:

  1. Las fiestas del barrio del pilar son de las mejores de Madrid. Enhorabuena por el descubrimiento.
    No te doy la enhorabuena por la mudanza porque ya te la he dado varias veces ;P



    PD: da gusto poder comentar sin ver mi nombre encabezando una lista de los que siempre tienen que decir algo.

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  2. YA era hora de que volvieras a escribir!!! que ya no sabes que inventarte para no hacerlo!!
    Hmmm.. le tengo un extraño cariño a este blog :D

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  3. Pues sí que te gusta House.... Ahora en Calle13 (y quizás en otros canales) hay una serie que se llama Numb3rs y en la que se dedican a resolver casos mediante matemáticas, esa puede que te guste, por aquello de las matemáticas, o tal vez las teorías sean "de pega" y te tronches de risa un rato.

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  4. No me conoces (ya sabes, de blog en blog y tiro porque me toca y apareces en una cama deshecha y desconocida...).

    Simplemente decirte que me ha pasado lo mismo que a ti, que por fin es otoño en Madrid y da gusto ir rodeando los charcos o pisándolos, que es mucho mejor.

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  5. ...O haciéndoles fotos y abriendo ventanitas sucias a esos mundos alternativos que tienen escondidos dentro, hmmm...

    Aunque esto también funciona sin charcos, como en la foto de ayer. Por dios, ¿¡cómo a alguien puede no gustarle la lluvia!?

    Lo de despertarme en camas deshechas me pasa todos los días excepto medio hoy (porque anoche medio la hice. Todos tenemos nuestros momentos de debilidad), pero lo de las camas desconocidas me pasa menos de lo que me gustaría, ¿eh?

    Lentejas, esa de Numb3rs... hmmpfff... es que las mates son lógica y la lógica está detrás de toda investigación... cuando la anunciaron para Antena 3 la vendían como una serie de unos tipos que hacían sus cuentas y zas, te encontraban al malo... y a mí me deprimió bastante. Series lógicas... House, pero siempre me han gustado más las series surrealistas. Doctor en Alaska, por ejemplo.

    Vero, ^__^
    Pero menos peloteo y más escribir en tu blog!

    Y Pip, sí, bonitas fiestas. Lo otro, a ver cuándo consigo arreglar el blog y vuelvo a molestarte con las estadísticas y las listas, ji ji.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.