2.6.06

La posesión de la Verdad

Es una cosa que la gente que discute conmigo seguramente no se crea, pero yo casi nunca me considero en posesión de la verdad, a no ser que se esté discutiendo de algo demostrable y pueda probar que tengo razón, lo que limita la cosa al campo de las matemáticas y al de las verdades obvias del estilo de 'hoy hace sol', 'el cielo es azul', 'salgo del cine a las 11 y cuarto', 'eres muy guapa' o 'no, no soy un pelota'. Lo que pasa es que como paso mucho tiempo pensando asumo que si yo no puedo estar seguro de la verdad, porque tengo demasiadas exigencias que cumplir para considerar algo como cierto más allá de toda duda (y no pongo razonable porque las dudas que cuentan son precisamente esas y no es cosa de ponernos redundantes, que es viernes), mucho menos puedo estarlo de las verdades de los demás, que por lo general, y creo que esto no es menospreciar a nadie sino constatar, basándome en la estadística de lo hasta ahora vivido, que soy más obsesivo con estas cosas que el ser humano medio. Y claro, yo no tengo la culpa de poder estarle siempre viendo agujeros a las verdades ajenas, y claro, la gente cuando le ataca sus ideas tiene esa ridícula manía de entender aquello como un ataque personal, y no, es sólo que a mí me gusta saber que algo que creía cierto no lo es, para dejar de perder el tiempo y pasar a otra cosa, lo cuál probablemente explique por qué en general me llevo bien, desde la distancia, con cierta gente, exnovias, antiguos amigos y demás. Y a mí me parece muy bien que alguien se empeñe en creer que algo es falso, pero si tiene la desvergüenza de proclamarlo como cierto lo mínimo que debería admitir son las críticas a esa certeza, y una discusión al respecto, y no deberían ponerse tan tensos cuando alguien vuelve esa idea más improbable.

Por eso ya no me gusta discutir de religión. Los creyentes, o se aferran a la fe escurridiza y a que hay muchas cosas que no conocemos (argumentos ambos que podrían utilizarse para defender la existencia de los Reyes Magos pero que no por eso se toman menos en serio, los pobres), o directamente se cabrean, pero a día de hoy aún no he encontrado a nadie cómo la idea de un dios omnipotente y omnipresente es compatible con las leyes de la relatividad y la física cuántica.

Ya, estoy desvariando, pero es que hacía demasiado que no desvariaba por aquí, así que déjame un ratito. De todas formas ya termino.

El caso es que a falta de verdades yo me refugio en eso, en mirar las cosas bien para detectar, al menos, qué es probable que no sea verdad, y en una intuición que de vez en cuando me dice las cosas con tal convicción que no puedo hacer menos que entender a los creyentes (...que no hayan estudiado nada de la física del último siglo, se entiende). Y es fabuloso cuando una de esas intuiciones se cumple, se demuestra cierta y de pronto todo brilla y el mundo es un lugar estupendo.

Lo digo porque siempre he pensado que mi idea sobre la música como un tesoro a descubrir, como una búsqueda y una caza más que como un menú a la carta, era mejor que esa otra de gente que se deja guiar por las radios, las televisiones, los tops-manta y ahora también los politonos de los móviles. Al fin y al cabo si hay tanta música, por qué molestarse en buscarla, si ya te la traen y te la procesan y te dicen qué es mejor y qué es peor. Pero yo acabo de descubrir, haciendo mis deberes, a Head Control System, que me están gustando muchísimo y a quienes no podría conocer si no conociese ya, viejos trofeos de estas búsquedas, a Arcturus ni a la discográfica The End Records, a quienes no conocería si no escuchase Agalloch, The Gathering, Antimatter, Winds o Lilitu.

Así que escucho música y sonrío, y ahora me daré una ducha, subiré al fotoblog la foto más minimalista que he tomado en mi vida, me iré al cine, me tomaré una copa, buscaré alguna sonrisa cansada y me vendré contentísimo a dormir.

¡Y si quieres que te siga dirigiendo la palabra, más te vale usar los links anteriores para escuchar Legions de Antimatter y Liberty Bell de The Gathering!

9 comentarios:

  1. Pues sí, te entiendo muy bien con eso de poseer la verdad. Es curioso, porque la impresión que me llevo de todo esto es que la gente no suele pensar mucho las cosas antes de tenerlas como establecidas, y claro, cuando le soplas un poco a su castillo de naipes y se empieza a tambalear, eso les jode, y te atacan. Me ha pasado infinidad de veces, que hablamos de un tema que es cuestión de opiniones, o algo no demostrable, y me intentan convencer, y no, no lo logran, y me llaman cabezón, y siempre acabo siendo el cabezón yo. Pero es que no sé qué se cree la gente, que a ti te dicen que hay vida tras la muerte y tienes que decir: "ah, ¿sí? Yo pensaba que no, pero gracias por decírmelo", lo menos. Porque claro, joder, tengo 26 años ya, y que me niegue a pensar que la haya es que soy cabezón, porque yo no tenía nada establecido antes de que me dijeran nada. COn 26 años digo yo que habré tenido tiempo de darle vuelta a asuntos múltiples.

    Eso me recuerda a un día que vino un testigo de Jeová a mi casa, y me dijo que era testigo, y yo le dije que no creía en dios, y me dijo "mira, deja que te explique esto..." y yo le dije "Mire, tengo 26 años, la fe es algo que tarde o temprano te tienes que plantear, y no es algo que te tomes a la ligera cuando te la planteas. Con mi edad he tenido tiempo para plantearmela de sobra, y todo lo que usted me pueda decir, yo ya lo he pensado, y he decidido que creo lo que creo, así que no va a conseguir nada por ese camino". El hombre me dijo adiós y se fue al siguiente piso. Le agradezco que no insistiese y luego se fuera pensando que soy un cabezón, porque tan sencillo es que me convenciera él de creer como yo a él de que dejara de hacerlo.

    En otro orden de cosas; la foto: FISSION MAILED!

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  2. Bueno, seguro que el Testigo no se fue pensando que eres un cabezón. Es más probable que se fuera agradecido por tu educación (y jamás pensé que diría esa frase hablando de ti. Cosas veredes), porque de la mayoría de los hogares lo echarán sin explicaciones o ni le abrirán la puerta. Hace tiempo estudiaba con un tío al que le encantaba abrirles y discutirles sus verdades hasta que se aburrían y se iban.
    A mí no me gusta discutir. Cuando la gente dice algo con lo que no estoy de acuerdo me suelo quedar callado para evitar tiranteces. A no ser que insistan mucho en el tema o sea sobre algún tema que me toque la fibra sensible. Así que la gente piensa que soy demasiado callado.
    Ya veis: si discutes eres cabezón y si no, callado. No hay forma de acertar.

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  3. Jejeje, con que me tienes por un maleducado, eh? v_v

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  4. Je, je, pobres testigos de Jehová, yo soy atea pero me interesa muchísimo todo lo relacionado con la religión y no tengo muchos voluntarios a mi alrededor para hablar horas sobre el tema, así que cuando me abordaron los testigos me lié a discutir y estuve (con mi permiso) recibiendo la visita cada sábado de una tal Sacramento para "dialogar" sobre su biblia durante dos años...!!!Pobre Sacramento!!! Aguantando mis charlas y disertaciones inagotables dos añitos....Ningunaq de las dos nos apeamos del burro, ella siguió creyendo fervientemente y yo seguí en mis trece...(debe ser que nos creemos en posesión de la verdad)

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  5. Yo a los testigos de Jehová siempre les he dicho que no tenía tiempo. Con mucha educación, eso sí. Pero es que como no hablo, lo mismo ante mi silencio pensarían que me estaban convenciendo, y seguirían viniendo y dejando revistas y... y no.

    Y he visitado alguno de esos links (no los que recomendabas, porque a esos ya los conozco) y no me han gustado. ¿Me retiras la palabra? :-/

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  6. Yo soy católica, pero no practicante al 100/%.
    Me amoldo la religión, a mi propio interés.

    Ehhhhhhh, y no me deis caña, porque no estoy dispuesta a discutir. Me es muy cómodo creer en lo que me enseñaron, no quiero comenzar de nuevo ni quiero aprender nuevas religiones. Es pura comodidad.

    Yo sé que no existe el cielo ni el infierno. Eso ya está aquí. Lo tenemos en vida. La tierra puede ser el paraiso, o el propio infierno.
    Una vez muertos: fin. Se termino todo. Pegas la pestaña y ufffff desapareces. Bueno, quedan los gusanos que te comerán.
    Por ello yo quiero que me incineren, no quiero dar ningún banquete a esos repugnantes bichejos.

    Yo he hablado muchas veces con los testigos de Jehová, y bueno, estoy de acuerdo en algunas cosas, en otras no. Últimamente, ya les digo que no tengo tiempo, y que no me dejen su revista, que no la leeré. Mejor se la den a otra personan, pues seguro le saca mejor partido que yo. Y se van tan contentos jajaja, e incluso alguna vez me dan las gracias por la sinceridad.

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  7. No puedes dar tu opinión y negar a los demás el derecho de hacer lo propio, y si das una opinión como esa yo lo siento pero no voy a quedarme sin contestar. Porque al fin y al cabo la tuya es en respuesta a otra opinión mía que has leído en el blog.

    Tú no eres católica, ni practicante ni no practicante. Los católicos no son acomodaticios y no creen lo que les conviene, porque para eso tienen sus axiomas, como que hay otra vida, un cielo, un infierno, etcétera. Si algunos de esos axiomas te suenan ridículos no puedes tacharlos de la lista y seguir tirando del resto, ¿o qué pasa, que se equivocó Dios al contarle las cosas a los profetas?

    A mí eso me suena a creer lo que resulta más cómodo, lo que ofrece más consuelo, y sinceramente, odio esa actitud. O sea, se trata de creer en un creador, o de no creer en él, o de creer que el universo tiene una causa y un propósito o de no creerlo... y en lugar de interesarte por ello, y de tratar de ver qué es coherente o qué no ¡te dedicas a creer lo que más cómodo te parece!

    Eso no es religión. Eso es como creer en el Ratoncito Pérez o en que Mickey Mouse es un ser vivo. Aunque claro, visto así, tal vez sí pueda ser una religión, al fin y al cabo de las que yo conozco la que más y la que menos termina siendo así.

    ¿Y qué tiene un gusano de repugnante que no tenga un ser humano?

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  8. Mira encanto, yo puedo creer a medias, nadie me lo puede impedir.

    A mí no me apetece dar de comer a esos bichitos repugnates, y como puedo elegir la forma en la que quiero que terminen con mi cuerpo, elijo esa. La de la incineración por ser la más rápida. Si no aguanto los sitios oscuros y pequeños, como voy a imaginarme que me metan en una caja y a oscuras. No, no, rapidez necesito rapidez en la destrucción de mi cuerpo.

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  9. Y nadie podrá tomárselo en serio, tampoco.

    Lo de los bichitos sigo sin verle el sentido. Si vas a estar muerta, qué más te puede dar.

    Y si es ley de vida, si así contribuyes de una forma modesta al ciclo de la vida y a que las cosas sigan adelante, ya son ganas de andar enredando.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.