Pensaba robarle el título del mensaje a la película de Emir Kusturica para hablar de la estación fantasma del metro de Madrid, Chamartín, que se puede ver pasar como un espejismo onírico si uno pega la cara a la ventana del vagón mientras pasa entre Iglesia y Bilbao, y contar eso que dicen de que a pesar de estar cubierta de polvo no tiene ni telarañas ni ratas. Hablar del romanticismo de una estación perdida y abandonada en el tiempo, iluminada tan solo por los faros de los convoyes que la cruzan sin frenar cada pocos minutos, con las papeleras aún llenas de periódicos de la época y con viejos billetes tirados por ahí, bajo la costra de tiempo y polvo. No se molestaron ni en limpiarla, simplemente tapiaron las entradas. Y tal vez luego divagar hacia la película de Emir Kusturica, o hacia aquellas imágenes recurrentes provocadas por una película de Superman en el chaval que era yo hace mil años, que me hacía imagina la guarida de Lex Luthor bajo los túneles del metro, accesible tan solo a través de ellos (y me preguntaba yo ¿qué hace si va a entrar o salir de casa cuando el metro esté cerrado? ¿Y cómo ha llevado ahí los sofás, la televisión, los muebles? Siempre me estaba preguntando cosas así).
Y con eso y una mención a que el contador del blog ha superado la visita número mil, me habría dado por satisfecho (quién iba a decir que en tan poco tiempo íbamos a llegar a tanto. Nos vigilan, nos vigilan. ¿Habrá entre el público agentes de la CIA que curiosean por la foto del mensaje anterior?).
Pero los comentarios de la entrada anterior (con los refuerzos de la imagen de Yugoslavia de la película de Kusturica) me han hecho seguir pensando en el belicismo en general, y he terminado buscando una de mis fotos favoritas. Sí, sí, favorita. Es una foto de devastación absoluta, que representa algo horrible. Cuando lo pienso enseguida me descubro preguntándome si no tendré una curiosidad malsana o un sentido del morbo que por lo general no sospecho. La foto es de la batalla de Passendale, y yo la conocí por un grupo que se llama Woods of Ypres (porque también se la conoce como la tercera batalla de Ypres). Supongo que un día me dio por preguntarme qué significaba Ypres y encontré este infierno de la Primera Guerra Mundial donde la palmaron unas 720.000 personas, que se dice pronto. Y si entiendo bien la traducción de 'shell holes', en fotografías aéreas se llegó a contar un millón de impactos de proyectiles en un área de una milla cuadrada (dos kilómetros cuadrados y pico). Días y días de batalla en un mar de barro erizado de restos de árboles muertos, bajo una lluvia torrencial, y gente matándose y muriendo a todo ritmo, y da miedo pensar por qué toda esa gente lo hizo. A qué fueron allí, cómo se los obligó, porque está claro que alguien los mandó allí precisamente para eso, para morirse, a poder ser matando antes a unos cuantos del otro bando. Qué clase de ser es ese al que llaman Patria, que es capaz de exigir todo ese tributo de sangre embarrada.
Pero yo no puedo dejar de pensar en ese bosque muerto y difuso que se ve en la foto, y de sentirme también mal al respecto: Cerca de tres cuartos de millón de muertos, y yo pensando en las ardillitas y los pinos.
En fin, que la mire por donde la mire, la foto me despierta mil contradicciones. Pero aún así, aún así, ¿qué es esa cosa de la belleza, que llega hasta esta foto? ¿Y por qué tiene un sabor más profundo, más underground, sólo cuando es triste, trágica o las dos cosas?
28.3.06
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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.
La foto de la 1ª Guerra mundial me ha dejado impactada, ´pero quizá una de los momentos que más aterraron(y me aterran con solo pensarlo) de las guerras es la batalla de Stalingrado con esos alemanes congelados y esos pobrecitos rusos cayendo como moscas si escapatoria posible, con su propio ejército esperando para acabar con ellos si se daban la vuelta, y los civiles allí, atrapados por orden rusa muriendo y pasando calamidades obligados por los suyos..Qué ironía...
ResponderEliminarEn el cine creo que esa angustia del combate , el miedo y la adrenalina se reflejó bastante bien en el desembarco de Normandía de Salvar al soldado Ryan, yo no me creo esas batallitas heróicas que suelen mostrar en el cine, si pudieramos junto a las imágenes percibir el olor de un combate sería espeluznante.
Es cierto que, por lo que dicen, Salvar al Soldado Ryan es muy fiel a la realidad, con todo lo bueno y lo malo que eso tiene... como muestra, una foto del desembarco real. Parece un fotograma de la película. Claro que de hecho seguramente usaron esta foto y otras para el diseño de producción. Pero el problema de la adrenalina es que cuando la mezclas en una película te sale un videojuego, y a veces Salvar al Soldado Ryan se vuelve un poco así, al menos para mí, que me he criado con shoot'em ups. Y una de las pocas películas bélicas con la que no me pasa eso es La delgada línea roja.
ResponderEliminar¡De todas formas te estás desviando de guerra! Yo hablaba de la Primera, no de la Segunda, y resérvate, porque de la segunda tengo una historia para otro día...
Y aunque tragedias de esa magnitud no sean comparables, sigo viendo como mucho más cruel la situación de la Primera Guerra Mundial, aunque sólo fuese porque llegamos más inocentes.
En la segunda, bueno, el horror de Normandía y Stalingrado tampoco fue lo peor de lo que ocurrió (aunque otra vez a ver cómo se mide eso), si lo comparas con los campos de concentración, con los bombardeos de fósforo, o con Hiroshima y Nagasaki.
Yo en realidad lo que más curioso veo de la Segunda Guerra Mundial es como la mitad de casi todo el mundo se puso de acuerdo para matar a la otra mitad de casi todo el mundo, y viceversa. Qué entusiasmo.
Me quedo con tu observación sobre el significado de "Patria". Yo tampoco comprendo que un concepto tan difuso y discutible pueda arrastrar tal carga emocional y despertar un instinto asesino de tal calibre.
ResponderEliminarOtra cosa que me resulta chocante es cómo la "obediencia ciega" es capaz de hacer que un hombre cierre los ojos ante lo que ve y lo que hace, e incluso se imponga ante un sentimiento tan visceral y oomnipresente en una guerra como es el miedo.
La verdad es que este tipo de películas tan estupendamente recreadas me sobrecogen.
David dijo:Y aunque tragedias de esa magnitud no sean comparables, sigo viendo como mucho más cruel la situación de la Primera Guerra Mundial, aunque sólo fuese porque llegamos más inocentes.
ResponderEliminar----
Yo no puedo compartir esa opinión, aunque sólo sea porque en la 1ª murieron 8 millones de personas y el la 2ª 56 millones. Date cuenta que sólo en Stalingrado murieron un millón setecientas mil personas. !En una batalla! La primera tuvo un mayor componente tradicional fue en mayor medida una búsqueda de ampliación de territorios, mientras que en la segunda el fascismo y la xenofobia impulsaron un genocidio que todavía nos pone la piel de gallina. La verdad es que las dos fueron una mierda, pero la 2ª me parece peor.
En cuanto a la patria, yo creo que no existe, es una palabreja que cada uno usa para su beneficio como quiere, sobre todo desde los poderosos, yo siento a España como mi casa, más que como mi patria y suelo sentirla mía sólo en lo deportivo, imagino que por costumbre o cultura. Si yo llego a matar en una guerra no será por una patria, sino por una forma de vida a la que no esté dispuesta a renunciar o por mi familia y su supervivencia.
somos perfectamente humanos y de lo horrendo o lo bello de las cosas es que nos marabillamos! No eres en único que a final de tanto pensar en todo lo que representa esa tremenda foto, piensa en ¿Cómo habrán quedado los cuerpecillos mutilados de las ardillas y demás animalitos del bosque o si se evaporó algún lago ante el calor máximo de sendas explosiones, o peores cosas en el caso de bombardeos nucleares?
ResponderEliminarTambién a mí me sucede en ocasiones algo similar. Y recuerdo cuando mi hermana mencionó: "a tí te llega más en interés por los animales que por las personas"
Sí y no! Adoro a los animales pero obvio que las personas vienen primero... sólo que para colmo, la mayor parte del tiempo me reconozco impotente ante tanta miseria humana, ayudo a gente cercana, pero es imposible abarcar lo que quisiera
Como sea, esa foto es para preocuparse, por donde se le vea