8.2.06

Si A entonces B, si no A entonces B

¡Mañama me licencio!
¡Mañama me licencio!

¡Oeeeeoeoeoeeee! ¡Oeeee, oeee!

Tengo mi último examen, en exclusiva, a las diez de la mañana. En exclusiva porque soy el único que lo hace (larga historia que ahora no hay tiempo para contar, y además ya te la sabes, qué caray), razón por la cuál es en el despacho de mi ilustrísimo profesor (mañana, mañana, mañana le insulto). Y no, no iré con rodilleras ni vaselina. Como mucho con un bate de beisbol y un cuchillo jamonero.

En fin. Qué bonito. ¡Qué bonito! Que ilu. Qué alegría. Qué golgorio. Resulta que si mañana apruebo (supuesto A del título del post), entonces termino la carrera (supuesto B). Pero si no, por ser la última, voy de cabeza al tribunal de compensación, y también termino la carrera (supuesto B). O sea, pase lo que pase, licenciado.

Tiroriroriiii. Aún así, debería irme a estudiar un ratillo, ¿no? Disfrutar de esta última noche de estudiante de mates, ole, ole, ole. Además, lo estoy pasando pipa: Los espacios de Hilbert, donde no todos los operadores lineales tienen por qué ser continuos... Y... bueno, y eso, porque odio esa asignatura y eso es casi lo único bueno que tiene. Eso y los desarrollos en series de senos y cosenos. Otro día tengo que desvariar un rato sobre ellos, son algo fabuloso.

Y qué curioso. Elena, amiga mía y una de las personas más geniales que conozco (la llamaría cosas horribles, pero es que no lee esto, así que puedo ser sincero) ha terminado hoy, matemáticas también, y hace mil años empezamos los dos, juntos, la carrera. Bueno, juntos no, a la vez y en el mismo sitio, porque aún no nos conocíamos. Y la muy perra me ha ganado por un día... si tratamos de coordinarnos no sale mejor.

Iba a decir algo más, pero he olvidado qué era. Sólo veo funciones de Green y ecuaciones diferenciales. Qué bonito. ¡Qué bonito! Qué bonito.

1 comentario:

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.