10.5.10

aquí, aquí



Que no que no, que son infundados los rumores sobre mi defunción y posterior resurrección, ante un plato de albóndigas. También los de la abducción alienínena y los de la conjura judeomasónica que me prendió para someterme al recitado, al revés, de salmos selectos de Biblias blasfemas.

Lo que pasa es que ando la mar de ocupado haciendo eso de levantarme, ir a trabajar, pasar el rato y luego volver al Palacete, llamarlo casa (crece entre la población local el rumor, también infundado, de que soy un imitador de E.T.), y luego ir a la frutería a comprar pan bimbo y a la tienda a comprar lechugas (todavía me hago líos). En los ratos libres, nada como montar faraónicas cómodas de 827 cajones por banda y camas de 15 metros de ancho, diez de largo y cuatro de alto.

Y luego están las series, claro, que The Pacific anda ya en la etapa final, Treme acabo de empezarla, y luego las de siempre, con Community habiendo vuelto no sé de dónde y burlándose de todas las películas de acción de la historia con un capítulo perfecto que me ha hecho babear a mí tanto o más que a Casciari. Y Fringe, claro, también terminando, bordándolo, y de Lost no digo nada, que en fin. No digo nada.

Así que no cuento nada. No cuento por ejemplo que hemos estado a punto de perder a la Muchacha por culpa de un jeque que pretendió llevársela a París en jet privado. Tampoco que en la secta han hecho lo más parecido que se puede hacer a matar a Kenny: han echado a Que Sí, y tampoco contaré que acabo de hacer una tortilla de patata ni que me da igual lo que pase el fin de semana que viene porque a mí nunca jamás me ha gustado el fútbol, que yo siempre he sido fan del tenis, de la petanca y de los carajillos, pero del fútbol no, me tienes que estar confundiendo con otro.

Y en fin. Tampoco hablaré de intentos de enrolamiento en clubes de esquí mostoleños, ni de westerncitos comentados al ritmo de rancheras, ni de pastelitos palestinos. Nada cuento, reclamado por las compras y las cómodas y los tornillos y la lámpara que falta por colgar de un baño, etcéteras, tantos etcéteras.

Pero sigo aquí.

Y las Pléyades, por cierto, aquí, que sí que me lo sé.

3 comentarios:

  1. No, no tenías ni idea. Qué fueeeeerte. La caída de un mito.

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  2. Parece que la Muchacha te explota... ¿no? anda y dí que sí.
    Wikipedio.
    Hasta y 32.

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  3. Bueno, no eres el primero que traza la relación entre el poder de JC y el de las albóndigas. No olvidemos que el pueblo es sabio y cuando ante una comida dice "esto resucita a un muerto", por algo será.

    Pero aunque no seas el primero, no se habla lo suficiente de algo tan importante. Así que agradezco tu intención.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.