22.4.10

el Bremen en el Ladrón de Tinta

En nuestra nueva y cansina faceta de animadores socioculturales, tenemos el placer de anunciarles primero que esto no está escrito en un plural de modestia, líbreme el cielo, sino de pluralidad, segundo que no, tampoco es un plural mayestático o coronaticio, y tercero que mañana, que es la noche de los libros, nos han reclutado los del bar El Ladrón de Tinta para que hagamos, precisamente, de animadores socioculturales.

A mí está empezando a escamarme un poco todo esto de decirnos que hagamos cosas allí y luego no invitarnos jamás a una caña, pero digo eso porque soy zafio y maligno y porque ahora mismo tengo hambre, y no recuerdo las tapas con las que nos suelen alegrar las cañas y los vinitos.

La idea es pasarse por allí de ocho a nueve y dejarse de tonterías y escribir un cuentito corto. Dejarse de tonterías, digo, porque ya, ya me parece estar oyéndote, "es que escribir no me sale", "es que escribo fatal", como si los demás pariésemos párrafos novelables a la que nos despistamos o escribiésemos como si tuviéramos una musa atada y amordazada encerrada en el cuarto oscuro.

Habrá un ganador, que se ganará un librito del Bremen, un papel estelar en nuestro flamante blog (es que somos pobres) y una invitación a una noche de taller (es que somos muy pobres: por eso a las copas, que son ineludibles, no invitamos, se siente). Y también accesits consistentes en libros del Bremen, y ya se nos ocurrirán más cosas.

Quien vaya y diga que lo hace porque lo leyó aquí se ganará, además, que proclame que le invito a una caña (luego me escaquearé, que definitivamente: somos pobres).

Y dicho esto hago propósito de enmienda y prometo volver a mi esencia la semana que viene: escribir sin sentido, y mucho.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.