25.9.09

ah, que ya es el futuro

(Me veo obligado a escribir hoy otro post porque el de esta mañana está en la UCI, después de la paliza de sentido común que le ha dado Vanbrugh en el segundo comentario)

 

Esta mañana, volviendo del desayuno, nos hemos cruzado con una jovencita que iba ataviada con, de arriba abajo, rastas bicolores, tatuajes, una cazadora de plástico negra con bandas rosas, un top, un bolso enorme de lona militar, unos vaqueros plagados de accesorios metálicos caídos que mostraban, en la popa, un tatuaje y la parte superior de la ropa interior negra, y unas zapatillas rosas y blancas de corte militar.

Viéndola pasar he pensado que tan solo con que lleve por alguna parte un iPhone y un pen drive (y quizá una navaja con la empuñadura forrada de cinta americana, un destornillador y/o un revólver de los años 60 con balas dum-dum hechas artesanalmente y empuñadura también forrada de cinta americana, pero eso sería regodearse), sería, tal cual, la habitante de una novela de William Gibson.

Y me he sorprendido pensando de pronto que, en consecuencia, ya es el futuro.

Pues aquí está, sin que nos hayamos enterado de la transición, pese a que no hayamos encontrado monolitos ni centros comerciales en la Luna (sólo agua, anteayer, y gracias).

Así que ala, bienvenidos todos al futuro: es ya.

Y yo con zapatos.

Qué vergüenza.

4 comentarios:

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.